Ha pasado un año y medio desde que se declaró la pandemia por Covid-19. A la mayoría de las personas alrededor del mundo les ha quedado clara una lección: sin salud no hay nada. Así de simple.
Creo firmemente que estamos ante un momento histórico y revolucionario, donde mucha gente está comenzando a despertar; pone sobre la mesa temas trascendentales sobre su salud y su vida en general; reflexiona sobre cómo han vivido hasta este momento; se cuestiona si vivir bajo estrés es lo “normal”; se pregunta si hay otras posibilidades, y sobre todo, se informa. Ahora la gente busca sobre temas, antes totalmente desconocidos, como la inflamación celular y su impacto en el sistema inmune, la nutrición holística, entre otros. Así toman sus decisiones alineadas al bienestar.
Diabetes, cáncer e hipertensión, causan más muertos que el Covid-19
IQVIA Holdings Inc, empresa estadounidense especializada en datos de salud, reportó recientemente que se calcula un gasto mundial en vacunas contra el Covid-19 por 157,000 millones de dólares, hasta 2025. En abril de este año, Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público, declaró que el gobierno de México ha pagado 15,809 millones de pesos por estas vacunas.
¿Y el presupuesto para las “vacunas” para las enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, el cáncer, la hipertensión, las enfermedades del corazón, las enfermedades pulmonares crónicas?
Me sorprende observar que gran parte de la atención, los recursos y los esfuerzos continúan en el tema de la pandemia por Covid-19; cuando en realidad, tanto en México como en el mundo, las Enfermedades Crónico No Transmisibles (ENT) siguen siendo la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ENT matan a 41 millones cada año; esto equivale al 71% de las muertes en todo el mundo. Mientras que, a agosto de 2021, alrededor de 4.4 millones de personas fallecieron a nivel mundial a consecuencia de la Covid-19. 41 millones contra 4.4 millones. ¿Qué te hace sentir esto?
Aclaro que este comparativo lo comparto, no para minimizar la crisis de salud pública mundial por la pandemia de Covid-19 y el impacto de ésta en las estructuras políticas, económicas y sociales; sino todo lo contrario.
Traigo a la luz una verdad MUY incómoda para el sistema; es parte del urgente llamado para unirnos todas y todos en este movimiento clave que dará paso al nuevo mundo que deseamos crear al tomar consciencia, despertar y volver a asumir la responsabilidad de nuestra propia salud.
La salud perfecta y la nutrición holística
“Existe para cada persona un lugar libre de enfermedades, en el que nunca siente dolor, en el que no puede envejecer ni morir. Cuando alguien va a ese lugar, las limitaciones que todos damos por sentadas desaparecen. No cabe considerarlas siquiera como posibilidad.
Ése es el sitio llamado salud perfecta.” Deepak Chopra
Urge recordar que el cuerpo físico es perfecto por naturaleza y en él está contenida esa salud perfecta esperando a ser desplegada; así lo comparte Deepak Chopra en su libro “La salud perfecta”.
El cuerpo humano fue dotado de una inteligencia divina y de una tecnología perfecta que ninguna máquina creada por el hombre ha podido igualar o superar. A pesar de todo, tu cuerpo no ha dejado de trabajar ni un segundo para mantenerte con vida y prueba de eso es que hoy estás leyendo esto.
Seguramente te preguntarás, ¿Entonces por qué si es perfecto hay una gran crisis de salud pública? La respuesta es muy simple. El estilo de vida marcado por el sistema nos hizo creer que vivir bajo estrés constante era lo normal; que sentirse cansado, presionado, apático, irritable, de prisa todo el tiempo y con disfunciones era el “deal” de la vida. Así me lo han compartido muchas personas que llegan a programas de coaching conmigo.
La nutrición holística para combatir estrés, inflamación y mejorar el sistema inmune
Como te he compartido en otras columnas, el estrés como tal es un sistema de supervivencia ancestral el cual nos permite reaccionar de manera rápida cuando nos vemos frente a alguna situación de peligro; sin embargo, haz de saber que el cuerpo humano NUNCA fue diseñado para permanecer en ese estado de alerta, de supervivencia y de miedo por un tiempo prolongado y esa es justamente la razón por la cual se comienza a desencadenar la gran crisis de salud pública muchos años antes a la pandemia por Covid-19.
El estrés crónico se refiere al estado de estrés prolongado que da origen a la inflamación crónica, llamada “el asesino silencioso” por diferentes autoridades de salud, ya que se ha descubierto que todas las enfermedades crónico degenerativas tienen una misma raíz: la inflamación crónica.
La inflamación es la respuesta saludable y normal del organismo cuando se ve amenazado el sistema inmune.
Por esta razón, cuando el nivel de inflamación se sale de los rangos normales se activa inmediatamente el sistema inmunológico. El desequilibrio surge cuando hay una sobreactivación de este sistema y puede llegar a tal punto en que desconoce al propio organismo y comienza a atacarlo como en el caso de las enfermedades autoinmunes.
El efecto del estrés en la inflamación y; por consiguiente, en el sistema inmune es tal que, como lo comparte el Dr. Bruce Lipton en su libro “La biología de la creencia”, durante cirugías de transplantes de órganos se le administran al paciente hormonas del estrés (como el cortisol) para “apagar” el sistema inmune y evitar que el organismo rechace ese nuevo órgano.
La nutrición holística para tomar la responsabilidad de la salud en tus manos
Si deseas comenzar a tomar la responsabilidad de tu salud, como primer paso debes comprender que la mente y el cuerpo son inseparables y que, por esta razón, debes considerar una perspectiva integral u holística de la salud.
El plato de la nutrición integral es una excelente herramienta que te guía para lograr una nutrición física, así como mental, emocional y hasta espiritual. Dentro de esta propuesta que promueve el Institute for Integrative Nutrition of New York, la escuela de nutrición holística más grande e importante a nivel mundial, se consideran dos grandes grupos de alimentos: los primarios y los secundarios.
Dentro de los alimentos secundarios están integrados los diferentes grupos de alimentos que vemos de forma tangible en el plato: frutas, vegetales, proteínas, granos enteros, aceites y grasas saludables.
Se ha comprobado que poder ayudar a tu cuerpo a fortalecer el sistema inmune es necesario que elijas alimentos antioxidantes, que compensen la oxidación celular generada por el estrés, y alcalinos que permitan disminuir el nivel de la inflamación, por ejemplo: vegetales de hoja verde, apio, pepino, aguacate, limón, té verde, alcachofa, manzana, uvas, plátano, quinoa, arroz salvaje, agua de fuente natural, entre otros. Y se recomienda disminuir o evitar alimentos de origen animal, alcohol, agua carbonatada, azúcar y comida procesada.
Ahora bien, tal vez te sorprenda saber que los alimentos primarios que a continuación te compartiré, en muchas ocasiones, tienen un impacto mayor en tu salud.
Los alimentos primarios son cuatro: las relaciones interpersonales, el ejercicio físico, la vocación o carrera profesional y la espiritualidad que pueden ser fuente de correcta nutrición o bien fuente de estrés.
Como te puedes dar cuenta, la salud va más allá del tema de las vacunas, de comer frutas y verduras o de hacer ejercicio. La salud es hacerte cargo de lo que piensas, sientes, dices y haces. El cuerpo físico es el fiel reflejo de esto.
¿Qué preguntas debes hacerte para empezar un programa de nutrición holística?
Por último, regresando al tema del gasto de las vacunas. ¿Qué pasaría si esas cantidades de dinero se llevaran a subsidiar la industria de los alimentos orgánicos para que sean accesibles a las personas?, ¿qué mundo se crearía si ese dinero se llevara a subsidiar programas que entreguen a las personas su kit de vitamina D, vitamina C, zinc, quercitina, etc.?
¿Cómo estaría la salud de las personas si parte de ese presupuesto se llevara a apoyar los huertos locales para que incrementen su producción de frutas y vegetales orgánicos y se repartieran de forma gratuita a los grupos vulnerables?, ¿cómo se sentiría la gente si ese dinero se invirtiera en programas especiales de meditación, mindfulness y activación física para llevarlo de forma gratuita a las personas?
También debemos preguntarnos ¿qué cambios veríamos alrededor nuestro si ese dinero apoyara programas de medicina funcional para ofrecer consultas gratis a los grupos vulnerables?, ¿cómo se transformaría el mundo si se invirtiera parte del dinero en programas disruptivos de educación sobre estos temas? Interesante, ¿no?
Como puedes observar, hay una gran tarea por hacer y se debe de comenzar por la más importante: asumir la responsabilidad de tu propia salud para ir generando entre todas y todos ese efectó dominó que transforme al mundo.
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