- Una mejor salud mental en el trabajo se debe en parte a los directores ejecutivos y líderes, dice el autor James Routledge.
- Routledge ha luchado con su propia salud mental como fundador de una startup.
- Los directores ejecutivos deben aprender a ser más empáticos si quieren mejorar la salud mental de los trabajadores.
Con el agotamiento y el presentismo que le cuestan a la economía miles de millones (incluso billones) de dólares al año, los directores ejecutivos y gerentes deben tomar en serio la epidemia de salud mental en el lugar de trabajo.
El empresario británico James Routledge es el fundador de la empresa de salud mental Sanctus y un emprendedor en serie. Él dice que la actitud de los líderes hacia la salud mental en el trabajo debe cambiar.
«Un director ejecutivo, en particular, tiene un papel increíblemente influyente», escribe en su nuevo libro, «Salud mental en el trabajo». «A menudo, la relación personal de un director ejecutivo con la salud mental puede ser suficiente para definir completamente el enfoque de la salud mental de toda una empresa».
Las investigaciones indican constantemente que la mala salud mental es un golpe para la productividad. El gobierno del Reino Unido describió la mala salud mental como la principal causa de discapacidad del país y estimó en 2011 que le costó a la economía 142,000 millones de dólares. La mala salud mental puede costarle a la economía 6 billones de dólares para 2030, según The Lancet.
Routledge dice que se sintió atraído por el espíritu empresarial a través de historias sobre el éxito y la riqueza de los jóvenes fundadores. En un artículo de opinión anterior para Insider, describió su mala salud mental después del colapso de su primera startup, y mientras dirigía su segunda, Sanctus. Con el tiempo, escribió, se reemplazó a sí mismo como director ejecutivo.
Hablamos con él sobre cómo los líderes pueden mejorar la salud mental en el trabajo.
1. Revalúa tu relación con la salud mental fuera del trabajo
La propia relación de un CEO con su salud mental afectará la forma en que lo aborde en el trabajo, escribe Routledge.
«Si eres un director ejecutivo que lee esto, entonces tienes el poder, la responsabilidad de efectuar cambios, y no hay duda de que tu relación personal con tu salud mental define absolutamente el enfoque de tu empresa hacia la salud mental«.
Describe a un CEO que descartó la salud mental como una de las cosas «más suaves» en el trabajo. Fue solo cuando alguien cercano a él comenzó a luchar con la salud mental que su perspectiva cambió por completo.
«Un despertar a la salud mental fuera del lugar de trabajo podría transformar radicalmente nuestro enfoque en el lugar de trabajo», escribe.
2. Adopta las cualidades del liderazgo «femenino»
En declaraciones a Insider, Routledge agrega que los líderes deben dejar de lado las cualidades estereotípicamente masculinas.
«Empatía, escucha, desaceleración, un enfoque más afectuoso, estas son cualidades que generalmente se definen como rasgos más femeninos», dijo a Insider. «Será interesante ver cómo responde la gente a la frase ‘cualidades femeninas’ y lo aterrador que puede resultar para algunas personas.
«Algunos de los mejores líderes, ya sean hombres o mujeres, tienen un equilibrio saludable de estas cualidades».
Una actitud de que el trabajo se trata de la supervivencia del más apto significa que los empleados no se han sentido seguros al hablar abiertamente sobre salud mental, dijo. Tres de cada cinco trabajadores estadounidenses no sienten que sus lugares de trabajo brinden un entorno seguro para las personas que padecen enfermedades mentales, según un informe de 2021 Mental Health America.
«No ha habido espacio para la vulnerabilidad ni para las conversaciones sobre salud mental, porque ha habido un temor subyacente de que te coman vivo, simplemente, tu carrera no sobrevivirá», escribe Routledge.
3. Pregunta, escucha y comprométete
Preguntar a los empleados cómo se sienten es un paso bastante sencillo para cambiar la cultura del lugar de trabajo.
Routledge ofrece consejos en el libro: «Pregúntale a alguien cuáles son sus problemas, escúchalo, comprométete a hacer algo y dile cuándo está hecho. Esa simple acción de preguntar, escuchar y comprometerse crea mucha confianza en los empleados.
«Cuando una empresa hace esto, podemos confiar en las personas de arriba, podemos confiar en nuestro jefe, podemos confiar en el liderazgo, porque cada vez que dicen que harán algo, lo hacen».
