• Los planes de regreso a las oficinas, las políticas de cubrebocas y los mandatos de vacunación están en constante cambio en estos momentos.
  • Los empleadores están posponiendo sus planes de regreso y cambiando las reglas de cubrebocas y vacunas.
  • Insider habló con un psiquiatra para ver cómo estos cambios constantes están afectando nuestra salud mental.

No es ningún secreto que la pandemia ha causado estragos en nuestra salud mental. Desde el aislamiento social hasta el duelo de seres queridos perdidos por el Covid-19; muchas personas han batallado con su bienestar mental durante el último año y medio.

«Ya existía una necesidad no cubierta en términos de dar acceso a la gente al tipo de atención conductual de salud mental que necesita», dijo a Insider la psiquiatra Nikole Benders-Hadi. «Pero ahora, con la pandemia en curso y las preguntas que siguen sin respuesta, empeoraron aún más los tipos de problemas de salud mental a los que se enfrenta la gente».

Benders-Hadi es la directora médica de salud mental de la empresa de telemedicina Doctor on Demand. Dice que los clientes provenientes de grandes compañías tuvieron un aumento de 325% en sus visitas para recibir atención de salud mental el año pasado.

«Ha habido un aumento significativo en los síntomas de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático», dijo.

Los cambios constantes provocados por la pandemia generan inestabilidad emocional

Un problema general que afecta a muchas personas es el cambio constante que conlleva la pandemia. Las empresas hacen giros drásticos en sus planes y expectativas de que los empleados trabajen desde casa o regresen a la oficina. Las empresas y los gobiernos cambian constantemente sus directrices sobre el uso del cubrebocas. Los empleadores aún están decidiendo si deben exigir o no que los trabajadores se vacunen.

Este tipo de cambios, y la incertidumbre que los acompaña, obligan a las personas a estar en constante modo de «encendido»; es decir, listas para cualquier cosa.

«El mejor enfoque para gestionar el cambio es prepararse por adelantado, es tratar de saber cuál será el cambio y esbozar una serie de pasos para ayudar a gestionarlo», dijo Benders-Hadi. «La dificultad con las decisiones y las prioridades cambiantes que conlleva el avance de la pandemia es que te quita ese tiempo de planificación. Si constantemente necesitas repensar y cambiar las prioridades, puede ser extremadamente difícil realmente llegar al punto de ser productivo y lograr hacer lo que necesitas hacer».

Una parte de la vida en pandemia que muchas personas han encontrado agotadora es evitar que el trabajo se extienda a cualquier otra parte de sus vidas, especialmente a medida que el trabajo remoto se hizo más frecuente y desdibujó los límites entre el trabajo y la vida.

«Cuando careces de esa planificación y preparación, es muy fácil dejar de hacerlo», dijo Benders-Hadi. «Entonces, de repente, el individuo no tiene suficiente tiempo para cuidarse a sí mismo o no pasa tiempo con la familia. Eso puede generar mucha frustración en el extremo más sencillo del espectro, pero, en el peor, puede conducir a problemas en su relación, problemas de comunicación, enojo o síntomas de depresión y ansiedad».

La nueva ola de factores estresantes que enfrenta la población

El equipo de Benders-Hadi ha notado que la pandemia ha sido particularmente dañina para poblaciones específicas, como los trabajadores de la salud, los esenciales y las mujeres. Ahora, a medida que la variante delta proyecta una sombra incierta sobre la reapertura de escuelas, el regreso a las oficinas y otros eventos, muchas personas se enfrentan a una nueva ola de factores estresantes.

«Hay tantos desafíos diferentes, tantos factores estresantes a los que se enfrenta la gente», dijo Benders-Hadi. «Y hay mucha ansiedad por el reingreso».

Una forma en que las personas pueden cuidar mejor de su salud mental es aceptar estos factores estresantes.

«Es importante tener información. Reconocer que es de esperarse tener estrés en estos tiempos; y que es una respuesta natural a esta amenaza muy real», dijo. «Los síntomas de ansiedad, los cambios en la respiración y el aumento de la frecuencia cardíaca son la forma en que tu cuerpo te advierte que existe un peligro. Normalizarlo, que todos tengan información y asegurarse de que las personas sepan que no están solas es un primer paso importante».

«Luego, toma nota de cuáles son esos factores desencadenantes de estrés, sobre qué cosas tienes control frente a cosas sobre las que no tienes control; y luego invierte el tiempo y la energía en tu cuidado personal para hacer frente a esos factores cuando descubras que te enfrentas a ellos».

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