• El homeoffice aumentó las jornadas laborales, pero no la productividad.
  • La mitad de los trabajadores dicen estar contentos con los cambios que trajo consigo la pandemia de Covid-19.
  • Sin embargo, 37% reconoce que ha visto su salud mental severamente afectada en el mismo periodo.

Ocho de cada 10 empleados mexicanos sufrió fatiga por exceso de trabajo burnout durante el confinamiento,  según una encuesta de la plataforma de empleo Bumeran.

Más de 70% se dio cuenta de que el distanciamiento social con el equipo impactó negativamente en la relación con el resto de los compañeros, según datos de LinkedIn.

En el caso de las mujeres, aún hay agotamiento debido a las jornadas de trabajo largas que se compaginan con la vida personal. De hecho 4 de cada 10 mujeres consideraron dejar su empresa o cambiar de trabajo este año, según un estudio de McKinsey, .

Asimismo, Bumeran señaló que 79% de los empleados dicen haber experimentado «burnout» al trabajar desde casa; la mitad (52%) señalaron no haber visto ninguna iniciativa de apoyo para afrontar este periodo de aislamiento por parte de las áreas de Recursos Humanos de sus empresas. Y menos de la mitad de los encuestados mundiales (48%) se siente satisfecho con las perspectivas de carrera en su empresa.

Esto puede parecerse mucho o ir acompañado de otro sentimiento que la pandemia puso a flor de piel: la sensación de perder la ilusión por todo.

«Los responsables de recursos humanos prestan cada vez más atención a fenómenos de este tipo, conscientes de sus implicaciones respecto a la prevención de riesgos psicosociales», dijo el psicólogo de ifeel Rafael San Román.

«Multitasking, estrés, falta de atención y sobrecarga, son aspectos que afectan seriamente al rendimiento, la motivación y el clima laboral. Pueden dar lugar —entre otros factores— a cuadros de burnout en ciertos trabajadores especialmente vulnerables», añade.

Para evitar estos escenarios, Mario Alonso Puig, presidente del Centro de Salud, Bienestar & Felicidad de IE University y participante del XIX Smart Business Meeting, abordó el nuevo paradigma social y profesional de la salud física y mental. Señaló que el cerebro necesita un descanso consciente cada 90 minutos.

«Nos castigamos mucho con los episodios de recuperación», señala. «Da la sensación de que lo único que importa es hacer, hacer y hacer. Esto va en contra totalmente en contra de la fisiología».

«Una persona del mundo empresarial parece que tiene que trabajar incansablemente. Muchas veces uno se pregunta qué hacen trabajando a las 11 o 12 de la noche ¿Dónde está la persona? La persona está ausente, parece que el profit va en contra de ella», reflexiona Puig.

«De alguna manera se nos programó en esta sociedad para ser productivos. Uno de los objetivos del que nos hablan desde pequeñitos es la productividad», puntualiza en una entrevista con Business Insider España la terapeuta y coach, CEO de El Animal Emocional, Ana Sánchez-Anegón.

50% de los trabajadores son más felices con los cambios implementados con la pandemia, pero 37% reconoce que su salud mental se vio afectada

La pandemia cambió, de un día para otro, el mundo tal y como lo concebíamos. Evidenció cuán frágiles podemos llegar a ser nosotros mismos y aquello que nos rodea.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el síndrome de burnout en el 2000 como un factor de riesgo laboral, por su impacto en la calidad de vida y salud mental.

«Está claro que fue un momento de reflexión para todos y hay grandes corporaciones que lo están viendo. La gente se plantea si se necesita trabajar 18 horas diarias o si necesita otras cosas como el smart working, la flexibilidad, trabajar por objetivos…», cuenta Sara Bieger, de Alto Partners, en un evento organizado por Deusto Business School al que este medio fue invitado.

También puso el foco en cuán necesarias son las relaciones humanas. Y sobre todo, en que la mente, el cuerpo y el espíritu son uno, recalcó Puig.

«La mente, el cuerpo y el espíritu son una unidad inseparable. Se pueden distinguir, pero no se pueden separar. Esa es la importancia que tiene cuidar el cuerpo, romper con el sedentarismo y la guerra a la pijama. Mas allá de las horas lógicas de dormir, sencillamente para reducir la posibilidad de sufrir un cuadro de ansiedad o depresión», insiste.

Hay que reconocer que, el teletrabajo, principal responsable de muchos de estos cambios, trajo consigo muchas cosas buenas. Entre ellas, la posibilidades de protegernos del virus y la oportunidad de recuperar el tiempo perdido en los traslados.

«Pero a su vez, difuminó los límites de la vida personal y la profesional y del trabajo y el descanso», señaló Puig.

«Es bueno separar de alguna manera el mundo profesional del familiar. Tu casa no tiene que ser tu empresa. Aunque somos seres humanos, cuando algo te inquieta te lo llevas contigo», ejemplifica el neurocientífico.

«A veces el síndrome de la vida ocupada lo percibimos como la consecuencia de vivir en un entorno altamente demandante al que no le ponemos un límite. Esto nos lleva a tener la sensación de estar en un entorno estresante ante el que poco podemos hacer. Por eso, nos mantenemos en una rueda constante», explicaron los expertos de ifeel.

Un estudio realizado en una empresa tecnológica asiática demostró que sí, se trabaja más con el teletrabajo, pero no se es más productivo

La mitad de los empleados a nivel mundial (49%) son más felices tras los cambios que trajo consigo la pandemia, informó Grupo Adecco.

Sin embargo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) estima que 75% de la población padece fatiga por estrés laboral. Esta cifra supera a países como China y Estados Unidos. 

Además, según un estudio en Estados Unidos, el impacto de la mala salud mental en la fuerza laboral es significativo y tangible, pues 62% de los días laborales perdidos se pueden atribuir a una condición de salud mental.

Estos problemas de salud mental, que podrían derivar en afecciones más graves, incrementaron por la falta de contacto humano, la incertidumbre, los problemas de índole económica y los confinamientos o las medidas que transformaron la realidad del trabajo, la educación, según varios expertos.

«Todas las restricciones que hemos ido viviendo, añadidas al miedo al contagio, la pérdida de seres queridos y toda la situación socioeconómica, llevaron a un estado emocional de mayor desazón, cansancio e incluso aislamiento social», explicó Mercedes Bermejo, fundadora y directora de Psicólogos Pozuelo.

«Nos dimos cuenta de que si nos centramos en la productividad, en los resultados y los objetivos —que es un poco el paradigma en el que nos movemos en estas sociedades— se nos olvida la reflexión, el no hacer nada, el estar con nosotros mismos, aquí y ahora», reclama la terapeuta, Sánchez-Anegón.

Otros expertos como Beatriz Escartín, psicóloga en TherapyChat, creen que es el momento de darle una vuelta a esta incertidumbre e hiperactividad sostenida en el tiempo. «Puede producir un fuerte desgaste a nivel emocional con consecuencias en nuestra capacidad de concentrarnos, de tomar decisiones, de gestionar situaciones de estrés… Pero, por otro lado, también nos permite descubrirnos».

«Lo normal es que las personas entiendan que ese momento para estar presentes, ese momento del aquí y el ahora, de mindfulness, es necesario», resumió Puig.

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