• Algunos alimentos no soportan el proceso de congelación de la manera adecuada.
  • Aunque es seguro consumirlos, pierden propiedades organolépticas, por lo que no deberías almacenarlos en este electrodoméstico.
  • Aleja los siguientes alimentos del congelador si no quieres alterar su sabor, olor, textura o apariencia.
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Este electrodoméstico te salva de muchos apuros y te permite conservar numerosas comidas durante muchos meses, pero existen algunos alimentos que debes mantener lejos del congelador si no quieres que pierdan sus propiedades organolépticas.

¿Qué significa esto? Existen varios alimentos que no se congelan bien, no por motivos de seguridad alimentaria, sino porque pierden su textura, sabor o color originales. 

En su cuenta de Instagram, la nutricionista Blanca García-Orea desmiente mitos, explica recetas y brinda numerosas recomendaciones útiles a la hora de congelar alimentos, cocinar o preparar comida para toda la semana.

Esta graduada en Nutrición Humana y Dietética, especialista en nutrición clínica, digestiva y hormonal con Máster en Microbiota Humana y autora de los libros “Dime qué comes y te diré que bacterias tienes”, “Sanotes, sanitos” y “Las recetas de Blanca”, explicó cuáles son los alimentos que jamás deberían congelarse.

Arroz y pasta

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El arroz y la pasta son alimentos ricos en almidón, por lo que pierden su consistencia al congelarse. En concreto, la pasta tiende a reblandecerse y el arroz a desmenuzarse, empeorando su textura.

Si quieres preparar algún plato como el risotto o la lasaña y congelarlo, es recomendable dejar que se cocinen al dente.

Papas

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Conservar papas en el congelador no es una buena recomendación.

“No es que se ponga mala o no nos vaya a sentar bien, (sino que) se queda con una textura mala, perdiendo mucho sabor, ya que la fécula se deshace al congelar”, explicó el blog gastronómico Directo al Paladar.

Alimentos muy grasos

Ramen instantáneo
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Los alimentos muy grasos congelados en casa tampoco son una opción, ya que pueden adquirir mal sabor, olor, perder consistencia o volverse rancios. 

El sabor y la textura cambian porque el agua y la grasa no pueden unirse como estaban antes de congelarse. 

Es el caso de carnes, tocino, embutido o jamón, cuando los congelas, la parte magra permanece en buen estado, pero la grasa se pone rancia.

Salsas como la mayonesa

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Nunca debes congelar la mayonesa, advirtió Consumer. El resultado es pésimo, ya que al descongelarla se torna una masa sólida sin gusto ni textura. 

Tampoco congeles otras “primas” de la mayonesa, como la salsa rosa o elaboradas a partir de nata. Todas pueden cortarse. 

Sin embargo, existen otras salsas que sí puedes congelar, como la salsa de tomate casera, la boloñesa, la salsa verde o el pico de gallo. 

Verduras de hoja verde o ensaladas crudas

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Aunque hay verduras que pueden congelarse, el procedimiento no es recomendable para aquellas que se comen crudas, como el jitomate, el pepino, o la lechuga. 

La congelación incide negativamente en su textura, olor y sabor. Los cristales de hielo romperán sus paredes estructurales y las dejarán hechas un fiasco. 

Huevo crudo con cáscara

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No debes congelar huevos crudos con cáscara, ya que el líquido de su interior se expandiría durante la congelación, provocando que exploten. 

Por su parte, los huevos cocidos pueden perder su sabor y adquirir una extraña consistencia —dura y gomosa—, especialmente en el caso de las yemas sin batir.

La dietista y nutricionista Beatriz Robles reveló a Maldita Ciencia que en todo caso, los huevos deberían congelarse enteros pero sin cáscara, o solamente las claras “en un recipiente tipo moldes de cupcakes”, cubriéndolos bien con plástico transparente. 

Quesos y otros productos lácteos, como la leche o el yogur

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Para conservar un queso de manera óptima, congelarlo no es una buena ideal: afectará su sabor, aroma y textura original, ya que el efecto físico de la formación de los cristales distorsiona la estructura interna de este lácteo. 

Cuando congelas un queso, este pierde humedad y consistencia, volviéndose más quebradizo y seco. 

Finedining Lovers recalcó que el queso en bloques —como el cheddar, el parmesano o el queso de cabra— se congela mejor que los frescos o blandos. Si los congelas es mejor rallarlos antes, guardándolos en una bolsita especial con zipper.

En todo caso, nunca tardes más de seis meses en consumirlo.

Aunque en términos de seguridad se puede hacer, tampoco es recomendable congelar la leche o el yogur. Aquellos con sabores, desnatados o con más aditivos pueden meterse en el congelador, pero se recomienda batirlos al descongelarse, ya que pueden perder su textura homogénea.

Si congelas leche entera, la grasa puede coagularse, alterando su apariencia, de acuerdo con Food Info.

¿Qué debes recordar?

Congelar alimentos no implica la pérdida de nutrientes si sigues las pautas adecuadas.

Jamás debes descongelar a temperatura ambiente —para impedir la proliferación de bacterias—, sino que lo ideal es hacerlo en el refrigerador un día antes, preservando de este modo las propiedades sensoriales del alimento. 

Blanca García-Orea recordó que los alimentos deben congelarse a temperaturas inferiores a -18º C, lo más rápido posible, anotando las fechas en el envase y apostando por porciones pequeñas, que se congelarán de manera más rápida. Esto implica un menor riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria.

Jamás metas comida caliente al congelador y no vuelvas a congelar alimentos previamente descongelados, salvo que se cocinen a más de 70 °C. 

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