• Una noche donde duermes poco requiere tres noches completas de sueño para recuperarte.
  • Mientras descansas, tu ritmo cardíaco y presión arterial disminuyen, tu sistema inmunológico inicia la reparación celular y reconstruye tus músculos, entre otras funciones.
  • Cuando el cuerpo no descansa, elegirá la curación emocional sobre la reparación física y la consolidación de la memoria.
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¿Cuándo fue la última vez que tuviste una buena noche de descanso? Seguramente has pensado que recuperarás el sueño una vez que llegue el fin de semana. O quizá sentirte cansado puede ser lo normal para ti, y ya ni te preguntas si eso es saludable.

Cuando trabajaba en un hospital como médico internista, todos considerábamos el sueño como un lujo. Pasar la noche sin dormir era motivo de orgullo al día siguiente.

No es sorpresa que yo, al igual que muchísimos profesionales de la salud, finalmente nos agotáramos.

Aunque podríamos decirnos a nosotros mismos que es posible recuperar el sueño durante el fin de semana, la realidad es que ponerse al día con el sueño no es tan fácil como parece, especialmente después de una larga y ocupada semana de trabajo.

Si te privas de sueño, te agotarás y dañarás tu salud de más de una manera. Sabemos que es imposible que nuestros dispositivos tecnológicos funcionen sin cargarlos, sin embargo, esperamos que nuestros cuerpos tengan suficiente energía continuamente sin una recarga.

Si mantenemos un enfoque en el exterior, eventualmente podemos agotarnos tanto que ni siquiera un largo fin de semana o unas vacaciones son suficientes para recuperarnos.

Consecuencias de «dormir mal»

Cuanto menos dormimos, más caemos en un déficit de sueño. La investigación muestra que puede llevar hasta cuatro días de sueño consistente recuperarse de solo una hora de déficit de sueño.

Sin embargo, no todos necesitan exactamente la misma cantidad de sueño cada noche. De acuerdo al Department of Health Human Services, los adultos necesitan 7 o más horas de sueño de buena calidad en un horario similar todas las noches. 

Darte ese tiempo cada noche puede ponerte en el camino correcto para prevenir o revertir el agotamiento. La falta crónica de sueño puede causar déficits en la función ejecutiva y el rendimiento de tu cerebro.

Los estudios muestran que la privación de sueño pasa una gran factura a la capacidad de nuestra corteza prefrontal, nuestro centro principal de pensamiento crítico e integración de datos, para funcionar de manera óptima.

Cuando se trata de una pérdida constante de sueño, el metabolismo de la glucosa disminuye, lo que resulta en un aumento de peso. Gran parte de esto puede aliviarse al dar a tu cuerpo el descanso regular que necesita.

Cómo el sueño te cura

El sueño no es opcional. De hecho, es vital para tu salud a largo plazo y tu bienestar.

Tu cuerpo está tan ocupado internamente mientras duermes como lo estás durante el día. El sueño debe ser un ritual necesario, tan importante como cepillarte los dientes, bañarte o mover tu cuerpo, un requisito para que tu cuerpo se sienta en su mejor forma.

Dormir no es una señal de «pereza», es el tiempo precioso que tu cuerpo necesita para realizar reparaciones y mantenimiento necesarios. El sueño proporciona innumerables actividades vitales que te permiten funcionar mejor.

Mientras descansas, tu ritmo cardiaco y presión arterial disminuyen, tu sistema inmunológico inicia la reparación celular y reconstruye tus músculos, tu cerebro procesa tus emociones y consolida tu memoria, y tus órganos eliminan las toxinas que se acumulan a lo largo del día.

Eliminar el sueño a corto plazo no es sostenible a largo plazo. El peligro de no descansar lo suficiente cada noche es que tu cuerpo debe priorizar lo que procesa, ya sea tu yo físico o emocional.

Puede sorprenderte saber que cuando el cuerpo no descansa, tiene que decidir qué elementos son más importantes para completar su lista de tareas internas, y elegirá la curación emocional sobre la reparación física y la consolidación de la memoria. Sí, lo leíste bien.

«Si no tienes sueño de calidad, tu cuerpo está perdiendo algunas etapas importantes», afirmó el doctor Param Dedhia, un colega especialista en medicina del sueño.

El experto dijo que si había privación de sueño, el cuerpo puede reorganizar el orden de estas etapas. El ciclo REM puede comenzar más temprano porque el cuerpo quiere priorizar el procesamiento de emociones intensas antes de ocuparse de la reparación física.

«Si el cuerpo tiene que elegir entre la reparación física y el procesamiento emocional, las emociones son la prioridad más alta. Es por eso que dormir poco puede dejarte agotado y susceptible a agotarte con más facilidad», concluyó Dedhia.

Lo esencial de un buen sueño

«Hay horarios diferentes para todos; no es necesario que todos sigan un mismo modelo», dijo Dedhia.

En general, el experto afirmó que es importante dormir unas siete a nueve horas cada noche. Esto nos permite pasar por cada ciclo de sueño que nuestro cuerpo necesita para recuperarse.

Si existen dificultades para conciliar el sueño, es importante seguir una rutina consistente para preparar nuestro cuerpo para esta fase del día.

Esto puede involucrar rituales o cualquier cosa que necesites para descomprimirte.

«Al dormirte y despertarte a la misma hora, podemos crear un ritmo curativo y ponernos en sintonía con nuestra biología», dijo Dedhia.

Practica una buena higiene del sueño

Si acabas de darte cuenta de que las cuatro, cinco o seis horas de sueño que estás teniendo no son suficientes, asegúrate de que la transición a un horario de sueño de ocho horas sea gradual.

Según explica Dedhia, cambiar las rutinas biológicas lleva paciencia y se logra mejor con el tiempo, prueba agregar media hora cada noche durante toda una semana.

Otros consejos para mejorar la calidad general de tu sueño:

  • Evitar la actividad estimulante dos horas antes de acostarte (por ejemplo, ver la televisión, navegar en internet, contestar correos electrónicos).
  • Evita sustancias que pueden interferir con el sueño: alcohol, cafeína, azúcar, antihistamínicos, estimulantes (por ejemplo, Ritalin), esteroides (por ejemplo, prednisona), medicamentos para el resfriado que contienen pseudoefedrina o fenilefrina, sedantes (que pueden provocar dependencia y alteración de los ritmos normales del sueño).
  • Toma un baño tibio o practica algún deporte para relajar tu cuerpo.
  • Mantén tu dormitorio completamente a oscuras.
  • Utiliza tapones para los oídos para bloquear el sonido.
  • Asegúrate de estar en una temperatura cómoda y fresca.
  • Apaga los aparatos electrónicos una o dos horas antes de acostarse.
  • Utilice música relajante o medita para relajar el cuerpo.

Dormir bien por la noche y escuchar a nuestro cuerpo puede amplificar el desempeño laboral y darse la oportunidad de conectarse consigo mismo y con los demás de una manera nueva.

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