- Arthur Brook es profesor de Harvard y doctor en ciencias sociales que trata temas cotidianos desde una perspectiva sociológica y psicología.
- Una de sus líneas de investigación es el uso del tiempo en nuestra vida cotidiana.
- ¿Cómo gestionas tu tiempo en el día a día? Esto puede ayudarte en ello.
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Es posible que hayas escuchado demasiadas veces la frase «la vida se pasa demasiado rápido» o «el tiempo vuela»; es una verdad innegable.
Sin embargo, la sensación de que los días, las semanas y los años pasan fugazmente muchas veces es resultado de que no se sabe gestionar bien el tiempo en la vida cotidiana.
El profesor de Harvard y doctor en ciencias sociales, Arthur Brook, estudia cuáles son las herramientas científicas y psicológicas para que la gente viva sus vidas al máximo.
En su columna en The Atlantic escribe sobre temas cotidianos como el desamor, el aceptar que no sabemos de todo o cómo ser felices.
En una de sus columnas pone especial atención en cómo gestionar bien el tiempo y evitar terminar con una lista de pendientes descomunal.
Ante la multitud de distracciones que tenemos alrededor, y especialmente esa que traemos encima a toda hora: el teléfono, es difícil tomar realmente conciencia de a dónde va el tiempo.
Según el profesor de Harvard, el reloj se utiliza para evaluar la productividad y eso también puede hacer que no se aprecie el espacio libre que tanto se desea.
El tiempo que se dedica a las redes sociales y la adicción a la pantalla, también afecta a la forma en la que se desperdicia el tiempo.
El valor de las horas y los minutos es algo a lo que Brook le da especial importancia: si no se valora el tiempo, cómo se va a saber aprovecharlo.
Desconectar y descansar, pasar tiempo de calidad con uno mismo, con familiares y con amigos, además del trabajo y los diferentes quehaceres, es posible si se gestiona bien el tiempo.
El experto en sociología propone dos consejos básicos:
1. Planificar el tiempo de descanso o desconexión
Desconectarse un rato cada día es crucial. Esto se puede hacer de muchas maneras pero, por lo general, se tiende más bien a malgastar el tiempo en vez de realmente hacer una actividad que relaje o que haga olvidar momentáneamente todo lo que se tiene que hacer.
El primer paso que propone Brook es planificar el tiempo de descanso y desconexión y no dejarlo para el momento en el que se vaya a realizar la actividad en sí, ya que las decisiones pueden verse afectadas por la búsqueda de descanso a corto plazo.
Brook menciona al escritor Cal Newport que recomienda una estrategia para ser productivo llamada «bloqueo de tiempo».
En ella, se planifica por adelantado cómo va a ser el día, incluyendo los momentos de descanso y de ocio, fuera del trabajo.
La tarea más difícil, sin embargo, no es la planificación, sino cumplir con el cronograma marcado.
2. Ponerle precio al tiempo
Quizás no hay nada que dé más rabia que cuando se malgasta el dinero. El valor del tiempo es oro puro, pero no se trata como tal.
Brooks propone ponerle precio al tiempo, dándole un valor monetario a cada hora del día, algo que también plantearon dos académicos de la Universidad de Toronto.
Pensando en cuántas horas se dedican a las actividades cotidianas, se puede valorar si se está desperdiciando o no ese dinero y si es rentable dedicar el tiempo a esas cosas.
Al pensar en estos términos, la gente se da cuenta de que sus actividades de ocio, realmente no concuerdan con el valor que tiene para ellos.
Con esta fórmula, se puede identificar en qué momentos se está desperdiciando realmente el tiempo, qué actividades son necesarias para el día a día (aunque no nos gusten) y qué realmente se puede hacer para que el tiempo libre proporcione la desconexión y el descanso que se necesita.
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