• Tus niveles de energía cambian durante el día cuando estás trabajando y afectan a tu productividad.
  • La clave para lograr esa productividad es programar descansos a lo largo de la jornada que no te hagan desconcentrarte.
  • Según un estudio, las actividades que te harán lograrlo giran en torno a 3 pilares: hacer ejercicio, socializar y conectar contigo mismo.

Cada hora que pasa a lo largo de tu jornada laboral se vuelve más pesada que la anterior y no entiendes cómo es posible que te sientas tan cansado y tardes mucho más en hacer lo que tienes que hacer que cuando empezó el día.

No te preocupes, es normal, ya que tus niveles de energía cambian durante el día cuando estás trabajando.

Un estudio reveló que la gente tenía más probabilidades de tener altos niveles de energía a las 8 de la mañana y luego estos fueron cayendo según pasaban las horas.

Sin embargo, de acuerdo con este estudio que ha publicado Medium, subir las escaleras durante 5 minutos puede elevar los niveles de energía durante más de una hora. Es decir, descansar aumenta la energía, lo que puede hacerte más productivo en el trabajo.

Según dicho medio, la clave para lograr esa productividad es programarlas proactivamente: no es lo mismo decidir tomar un descanso que dejar que tu cerebro se canse y acabe relajándose durante demasiado tiempo y sin saber lo que estás haciendo, como acabar en tus redes sociales.

Un breve descanso a media mañana, otro un poco más largo para la comida, y luego otro breve a media tarde pueden mejorar la jornada laboral de manera efectiva sin desconcentrarte.

Lo ideal sería que estas pausas fueran actividades que aumentan los niveles de energía o que mejoren el estado de ánimo, como demostró un estudio que midió los niveles de felicidad de las personas a lo largo del día y reveló que comer, hacer ejercicio, socializar y participar en actividades espirituales eran las actividades perfectas para ello.

Si quieres hacerlo correctamente, tómate estos 3 descansos.

Los descansos físicos

Esto podría incluir un paseo alrededor de la manzana, pasear al perro, ir a correr, saltar a la cuerda o subir y bajar las escaleras.

Los descansos sociales

El más común y fácil de llevar a cabo. Puede consistir en tomar un café con un compañero de trabajo, aunque sea virtualmente si estás trabajando a distancia, comer con amigos o pareja a ser posible o simplemente llamar a un amigo o a un familiar para ponerte al día.

Los descansos espirituales

No es necesario ponerte a hacer yoga en medio de la oficina. Hacer un descanso espiritual puede ser cualquier cosa que afecte al espíritu y que encaje en un día de trabajo: rezar, meditar, escuchar música relajante o hacer cualquier cosa que te haga conectar con tu interior.

Lo más importante es que los planifiques y no los dejes pasar.

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