- El formaldehído es una sustancia con la que convivimos todos los días y que de manera contradictoria, utilizamos para limpiar nuestros hogares y cuidar nuestra higiene personal.
- Sin embargo, en exceso, puede contaminar nuestro ambiente y afectar nuestra salud, provocando enfermedades tan graves como el cáncer.
- Junto con las bacterias y el moho, el formaldehído es uno de los 5 principales contaminantes interiores que preocupan a la gente.
Siempre que compramos un producto de limpieza o de cuidado personal nos fijamos en detalles como en lo que prometen hacer por nosotros, en sus colores, olores, en la textura y en todo aquello que nos hace decir “sí lo compraré”.
Pero, pocas veces nos cuestionamos sobre si esos productos son o no son dañinos para la salud; sobre todo en aquellos que en teoría están hechos para protegerla, como los productos de limpieza, los cuales contradictoriamente esconden una sustancia con la que no deberíamos convivir tan de cerca llamada formaldehído.
¿Qué es el formaldehído?
Esta sustancia química, que de acuerdo con el Chemical Safety es un compuesto simple formado por hidrógeno, oxígeno y carbono, es producida en pequeñas cantidades por todas las formas de vida (bacterias, plantas, peces, animales y humanos) como parte del metabolismo celular.
Aunque el formaldehído es valorado por sus propiedades conservadoras y antibacterianas; en su forma sintética se utiliza para hacer una amplia gama de productos y cuando se emplea en grandes cantidades ya no es tan benéfica como parece.
Según datos de Dyson, este compuesto químico está presente en nuestras vidas de la forma más común de lo que creemos; lo podemos encontrar en paredes, armarios, el suelo y en múltiples productos con los que diariamente tenemos contacto directo como:
- Pinturas
- Barnices para los muebles
- Cosméticos
- Jabones
- Detergentes
- Desodorantes
La sustancia se transporta como gas mezclado en el aire que respiramos.
¿Hace daño? ¿Es importante eliminarlo de nuestras vidas?
De acuerdo con la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de Estados Unidos, cuando el formaldehído está presente en el aire a niveles que exceden las 0.1 ppm (partes de formaldehído por millón de partes de aire), algunas personas pueden presentar efectos adversos como ojos llorosos, sensación de ardor en los ojos, en la nariz y la garganta; tos o respiración con silbidos; náuseas e irritación de la piel.
No obstante, una exposición a altos niveles puede causar enfermedades tan graves como algunos tipos de cáncer de acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer. De acuerdo con esta organización, en 1980, estudios de laboratorio indicaron que la exposición al formaldehído podría causar cáncer nasal en ratas.
Luego de este hallazgo y de diversas investigaciones, en 1987, la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency, EPA) de Estados Unidos catalogó al formaldehído como probable carcinógeno en seres humanos en situaciones de exposición extraordinariamente alta o prolongada.
Desde ese entonces, algunos estudios en seres humanos han indicado que la exposición al formaldehído está asociada a ciertos tipos de cáncer y por ello, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (International Agency for Research on Cancer, IARC) tiene clasificado al formaldehído como carcinógeno en los seres humanos.
Incluso, en China, junto con las bacterias y el moho, el formaldehído es uno de los 5 principales contaminantes interiores que más preocupa a los profesionales de la salud.
¿En qué momento se vuelve peligroso para la salud? ¿Es hora de tirar todos los productos que lo contengan?
Si bien todas las formas de vida (bacterias, plantas, peces, animales y humanos) producen naturalmente este compuesto como parte de su metabolismo celular, a partir de concentraciones altas es donde se comienza a tener un problema.
Conforme el número de partículas aumenta y la sensibilidad de las personas sea mayor, pueden aparecer síntomas como lagrimeo, sensación de ardor, tos, náuseas, presión en el pecho, sarpullidos, dolor de cabeza, fatiga, bronquitis o asma. La intoxicación por altos niveles de exposición al formaldehído también provoca dificultad para conciliar el sueño y, en dosis muy elevadas (hablamos de 20-30 ppm) puede ser mortal.
Sin embargo, es importante señalar que estos niveles sólo se producen en ambientes industriales.
Entonces, ¿qué podemos hacer para disminuir la exposición al formaldehído?
Afortunadamente, es posible reducir y hasta erradicar los niveles de este químico para respirar un aire más puro que beneficie a nuestra familia; lo mejor es que los procesos para lograrlo son muy simples.
Una de las formas más comúnmente aceptadas para eliminar este contaminante de nuestro hogar es la ventilación. El formaldehído se encuentra comúnmente en el aire, y los niveles en interiores son más altos que al aire libre.
Al respecto, Dyson compartió con Business Insider México algunos consejos para reducir los niveles de este compuesto en el hogar y minimizar los riesgos de exposición:
- Abre las ventanas para una ventilación adecuada.
- Evita usar productos de belleza, consumo y limpieza que contengan altos índices de formaldehído.
- No fumes dentro de casa, debido a que el humo de tabaco contiene formaldehído.
- Los calentadores sin ventilación también producen formaldehído. Para evitar su acumulación en el hogar, procura cambiarlos por purificadores y humidificadores higiénicos.
- Lava la ropa nueva antes de usarla, reducirá la cantidad de formaldehído y el riesgo de exposición.
Asimismo, el avance en soluciones tecnológicas también juegan a favor de la eliminación del formaldehído a nivel molecular. Por ejemplo, en el mercado existe un filtro de Oxidación Catalítica Selectiva (SCO, por sus siglas en inglés) que es capaz de destruir el formaldehído desde sus partículas más pequeñas.
