• Compré mi primer inmueble para invertir en 2006, con la intención de modificarla y venderla, pero tuve que terminar ofertándola en renta, cuando llegó la recesión.
  • Desde entonces, compré otros inmuebles y en mis 14 años como propietario he aprendido algunas cosas. Primero, que los inquilinos no son tus amigos.
  • Además, es importante ceñirse a criterios escritos al elegir un inquilino y nunca alquilar a amigos o familiares.
  • También aprendí, por las malas, que puede llevar mucho tiempo desalojar a un inquilino, quien no paga el alquiler.

Siempre he sido un fanático de las transacciones que te permiten ganar dinero por rentar. La idea de poder gastar algo de dinero por adelantado, para obtener una rentabilidad mensual es algo que me resulta realmente atractivo. Entonces, la idea de comprar una propiedad como inversión es algo que investigué desde muy temprano en mi vida.

Durante los últimos 14 años de ser propietario de un inmueble, he aprendido algunas cosas, consejos para rentar, que desearía haber sabido cuando recién comenzaba.

Cómo comencé como arrendador

Antes de comenzar, pensé en compartir un poco sobre cómo me convertí en arrendador. Probablemente ahora parezca una locura, pero en 2006, los bancos estaban dando acceso a préstamos, dinero y líneas de crédito como si fueran caramelos.

En una reunión de inversionistas inmobiliarios locales, conocí a un corredor que me ayudó a acceder a dos líneas de crédito por 50,000 dólares cada una, con base únicamente en mi empleo y calificación crediticia. Usé esas líneas para comprar mi primera propiedad para utilizar como inversión.

El plan era arreglarlo y luego entregarlo a un comprador final; pero cuando lo tuve listo, estábamos en lo más profundo de la recesión de 2007-2008. De repente, los mercados crediticios e hipotecarios se habían reducido y su acceso era más difícil, por lo que las personas que buscaban comprar casas en este rango de precios ya no podían calificar para hipotecas. Así que hice la transición para convertirme en arrendador. Pronto compré una segunda propiedad, y cuando me mudé a una nueva casa, también alquilé mi antigua residencia como un tercer alquiler.

Lecciones que aprendí sobre como poner una propiedad en renta

1. Para tener éxito con tu propiedad que quieres rentar, la regla principal es: los inquilinos no son tus amigos

Lo primero que aprendí es que los inquilinos no son tus amigos. Eso no significa que no debas ser cortés y tratarlos de manera profesional. Tampoco significa que no debas esperar que tus inquilinos te traten con respeto. Lo que significa es que debes recordar mantener la relación separada.

Para mí, debido a que una de mis casas de alquiler está en la misma comunidad en la que vivo, es importante recordar esto, ya que de vez en cuando nos veremos en la ciudad.

De hecho, en un momento, mi hija y la hija de uno de mis inquilinos estaban en la misma clase de la escuela y mi hija fue invitada a su fiesta de cumpleaños. ¡Que estaba en mi casa de alquiler! Manejar la situación de manera profesional evitó lo que podría haber sido una situación incómoda.

2. Cuando tienes una propiedad que alquilas, hay una regla escrita nunca le rentes a amigos o familiares

En la misma línea, uno de los consejos más comunes que se les da a los propietarios nuevos y potenciales es que nunca alquilen a amigos y familiares.

Si bien, afortunadamente, nunca me he encontrado con una situación en la que esto me haya afectado, conozco a varias personas que han tenido un sinfín de problemas para lidiar con las consecuencias de rentarle a amigos y familiares.

Incluso si ambos comienzan la relación mercantil con la mejor de las intenciones, el hecho es que tú, como propietario, y tu inquilino, como arrendatario, tienen expectativas y objetivos diferentes. Entonces, cuando surge una situación inesperada, es bastante natural que ambos velen por sus propios intereses, y ahí es donde puede ocurrir el daño potencial a la relación.

Creo que el único escenario en el que estaría dispuesto a considerar alquilarle a un amigo o familiar sería si fuera un pariente cercano (como mi hijo) y si estuviera dispuesto y financieramente capaz de absorber el impago de varios meses de alquiler, si llegara hasta ese punto.

3. Respeta siempre tus criterios descritos en el contrato de renta

Otra cosa que he aprendido que ha quemado a muchos otros propietarios es la importancia de ceñirse a los criterios de alquiler escritos, al evaluar a los inquilinos.

Veo a muchos propietarios que intentan elegir un inquilino «por instinto». Esto no solo los expone potencialmente a demandas, sino que también puede llevarlos a rentarle a un mal inquilino.

He escrito criterios sobre ingresos mensuales, desalojos anteriores, condenas y juicios, y me apego a ellos. Alquilo a la primera persona que cumpla con todos los criterios y pague la tarifa de apartado.

4. Puede tomar MUCHO tiempo desalojar a un inquilino que no paga

Afortunadamente, solo he tenido que desalojar a un inquilino en mis 14 años. He tenido algunos otros en los que la relación no ha terminado en buenos términos por una razón u otra, pero solo una ha llegado hasta el final del desalojo, que tomó mucho tiempo (varios meses) y Ohio, donde vivo, no es un estado tan favorable a los inquilinos como muchos otros.

Para cuando finalmente obtuve la orden judicial, los inquilinos ya habían dejado la propiedad, uno o dos meses antes. Todavía no había entrado al inmueble, por consejo de mi abogado, pero cuando obtuve la posesión legal, me quedé con miles de dólares en remoción de basura y reparaciones, además de los meses de alquiler faltante.

AHORA LEE: El valor de tu casa puede aumentar. Estos son los factores que contribuyen a que la plusvalía de tu vivienda se incremente

TAMBIÉN LEE: Si eres un aspirante a propietario de vivienda, usa la regla 30/30/3 para determinar qué tipo de casa puedes pagar

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en FacebookInstagramLinkedIn y Twitter