Ivonne Vargas

Ivonne Vargas

Laberinto Laboral

El déficit de mujeres y la desigualdad respecto a sus carreras son una constante que, sale de nuevo a relucir, con el confinamiento. Por ejemplo, el porcentaje de jóvenes que cursa una carrera STEM (por sus siglas en inglés, Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en Europa es 20%. En México solo la eligen 8%.

Otro Hack: se tiene una tasa de desocupación para las mujeres, en el país, de 4.3%, siendo que esa cifra era de 3.6 en 2019 (dicho sea de paso, mayor que la de hombres situada en 3.3%).

Pero así como el Covid-19 ha hecho que las desigualdades sean evidentes, también ha abierto oportunidades para reconstruir lugares de trabajo, replantear el liderazgo y adoptar nuevos enfoques sobre cómo se pueden crear y fortalecer las mujeres sus redes y enfrentar el desempleo —entre otros problemas— desde otra perspectiva.

Esta semana, del 23 al 25, se llevará a cabo el evento #WomenOnAir, un hackaton digital desde el cual más de 30 mujeres nos conectamos para escuchar cuál es la propuesta en México y Europa (España) para determinar cómo será el mundo para las mujeres después de la pandemia y qué podemos hacer para aprovechar las áreas de oportunidad que desde lo profesional, el emprendimiento y otros ángulos, se presentan en este momento de crisis.

Tratándose de redes, les quiero compartir en este espacio tres perspectivas, que resumen el impacto por Covid-19 en la vida de las mujeres, qué mitos son importa romper en cuanto a cómo viven las mujeres el desarrollo profesional.

¿Acaso vivo el fenómeno de suelo pegajoso?

La consultora McKinsey refiere en su informe que para ellas se eleva 1.5 las posibilidades de dejar su carrera para cumplir con tareas del hogar, y cubrir el estereotipo que se espera de una mujer. Alrededor de 200 millones podrían dejar su desarrollo profesional para cuidar de la educación de sus hijos, de un familiar o hacer más labores de casa. Es decir, viven el fenómeno de “suelo pegajoso”, termino que se utiliza para describir la dificultad de escalar laboralmente en ciertos momentos de la carrera, dice Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias de la Felicidad en TecMilenio, y participante en este foro.

A ver, ¿quién no tiene un ejemplo cercano o es caso propio? de mujeres viviendo dobles y triples cargas de trabajo, unidas a salarios precarios y a la discriminación que viven. Estos es lo que produce que no puedan subir la escalera de ascensos, que no intenten tener un trabajo o renuncien a él en cualquier momento. Tal vez no en todos los casos  haya golpes, pero el hecho de ver un proyecto de vida truncado genera otros tipos de violencia, especialmente la económica.

Entonces un aprendizaje que podemos compartir con otras mujeres, y aquí invito a leer sus comentarios, es ¿qué herramienta creen que pueda ayudar o empoderar para, antes de decir hasta aquí, dar un movimiento estratégico a la carrera?

“Las mujeres al aplicar a un puesto nos enfocamos en los puntos que no cumplimos, a diferencia de los hombres que omiten esa situación y van hacía lo que han trabajado. Un claro ejemplo de en qué trabajar para subir el escalón”, me cuenta Rosalinda Ballesteros.

 Debido a que con la pandemia el suelo se ha vuelto más pegajoso, es importante encontrar más herramientas para controlar el nivel de estrés, y además, dejar de perpetuar el modelo de que la mayor competencia se da entre mujeres.

Llegó el momento de creer en las cuotas

Núria Soler y Carlota Fàbregas, son madre e hija, generaciones distintas, educadas de forma diferente, pero ambas tienen la meta de impulsar la equidad entre hombres y mujeres, y para ello crearon el hub Womanthon. Su sistema de mentoras, que invito a conocer, empuja hacía un cambio de mindset en madres e hijas que creer que por vivir diferentes momentos no pueden apoyarse en ser para cada una un rol de referencia, del cual aprender lecciones para enfrentar la complejidad del mercado. Con Nuria y Carlota se charla desde cómo elegir cualquier carrera por vocación y convicción, hasta cómo lidera -y si es necesario hacerlo- con la idea de que las mujeres son más fuertes en ciertas habilidades blandas.

Para lograr la equidad, Nuria me cuenta que el reto es lograr mayor representación, pero que este discurso no se quede a nivel de ‘posiciones de liderazgo’, sino en el reto de que cada mujer encuentre al role model que la puede impulsar en su desarrollo: familiar, amigos, jefe o jefa el trabajo.

Los micro- machismos se dan desde que somos niños, así que un reto para que el avance logrado no se pierda es no replicar estereotipos y recordar varias veces a la mujer, desde chica, que las diferencias existen pero que el poder sobresalir dependerá de ella, porque en muchos casos las mujeres “siguen pidiendo permiso para liderar”, opina Carlota, la hija, quien dedican horas a platicar con su hermana menor sobre cumplir sueños, por ejemplo, hacer robots.

Cuotas sí, pero con recelo, dice su madre Carlota. Es cierto que no sería favorable dar el puesto a una persona, que carece del talento, pero solo por ser mujer recibe el ascenso. Sin embargo, agrega Nuria, si no se pone presión en este tema para llegar a la equidad, pueden pasar más décadas en que existe una representación diversa de mujeres en distintas áreas de la organización.

Que el objetivo sea perder el miedo

Las mujeres no quieren hablar de su logro, porque teme que la consideren arrogante y presumida, me responde categórica Gabriela Mitri cuando platicamos sobre la forma que tiene una mujer para “venderse” laboralmente.

Así que resulta valioso no solo ligarse a estos eventos para entender cómo hacen otras mujeres su Lobbying profesional, también pienso en lo que la fundadora de SpeakHer Nights  comenta sobre cambiar la narrativa de considerarte arrogante, en lugar de aprovechar la habilidad de comunicar para hablar sobre tu portafolio de logros. Para romper con el miedo hay que empezar con ejercicios de auto conocimiento y ser muy clara respecto a las contribuciones que realizas.

Una vez que reconoces quién eres y qué aportas, el siguiente según Gabi es responder a la pregunta ¿cómo me puedo convertir en una influencia positiva para el entorno?, porque es este impulso lo que permite conocer las historias de otras mujeres y armar redes con ellas. Eso es lo que Mitri define como “volverte embajadora de tus propios principios”.

Para cerrar con este tema, quiero dejar la siguiente pregunta:¿qué historia te has comprado o has escrito para frenar tu desarrollo profesional en momentos de crisis?

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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