Ivonne Vargas

Ivonne Vargas

Laberinto Laboral

Sabemos que la pandemia ha obligado a millones de personas a buscar un ingreso económico en el emprendimiento, en sectores profesionales diferentes, en la informalidad; casi donde sea mientras el mercado se reactiva.

Aunque lo cierto es que, aun con una mejora económica, hay aspectos del trabajo que no tienen marcha atrás, como la digitalización de los puestos. Ojo, no me refiero a que si hoy eres abogado mañana seas experto en minería de datos.  

La digitalización de un puesto implica que la persona tiene las herramientas y el conocimiento para colaborar mejor con sus compañeros, realizar una tarea en forma más asertiva y, por consiguiente, cambiar su productividad. Incluso ser más autónomo. Pero eso no se logra con una computadora nueva, hay que aprender todo el tiempo y ser flexible para ir de una competencia a otra. 

El asunto es que, para 2025, se estima que las personas y las máquinas dividirán las tareas relacionadas con el trabajo al 50%; esto generará 97 millones de nuevos empleos relacionados con Inteligencia Artificial, de acuerdo con proyecciones de la firma ManpowerGroup.

Primeras profesiones digitalizadas

Los roles que están en la mira para vivir con más fuerza la automatización son los de primera línea, de administración y de atención al cliente; percibiendo quienes están en esta última actividad un salario promedio de entre 5,500 y 7,000 pesos.

¿Se podría cambiar esa percepción con nuevas habilidades digitales? 

La respuesta a esta pregunta la abordaremos con detalle en otra colaboración. Por lo pronto, se prevé que los sectores en franco crecimiento duplican la digitalización de puestos de trabajo, como resultado de la pandemia. Esto sectores son finanzas, seguros, bienes raíces y servicios comerciales, según el informe ‘Reinicio de la revolución de habilidades: las 3Rs – renovar, reaprender, reorientar’, de la firma de capital humano. 

Alberto Alesi, director general para México, Caribe y Centroamérica en ManpowerGroup, cuenta que 21% de las medianas empresas a nivel internacional planea automatizar sus puestos como resultado de la crisis por la pandemia.

El informe —realizado entre 26,000 empleadores de 40 países— responde a la pregunta de cómo la crisis por Covid-19 afecta los planes de digitalización y automatización en las organizaciones. Una de las principales conclusiones es que la intención de contratar no se pierde; 86 % de los empleadores que están automatizando prevé aumentar o mantener su plantilla, y esta cifra es de 91% en el caso de México.   

El asunto, como todo cambio, es la inmediatez con la que se realiza la automatización. Estados Unidos —mercado que impacta con sus operaciones a México— tiene más probabilidades de aumentar la digitalización de las funciones de atención al cliente. En México, un sector clave es la manufactura; que por cierto ha tardado en automatizarse y ahora debe hacerlo a gran velocidad, de acuerdo con Alberto Alesi. 

Al poner esto en números, resulta que 21% de las organizaciones en manufactura planea agilizar la automatización; sin embargo, 19% la pondrá en pausa por considerar que los cambios se darán en forma paulatina.

Las tres «R» para sobrevivir a la digitalización laboral

Si queremos aplicar renovación, reaprendizaje y reorientación en el terreno profesional, sugiero no perder de vista estos aspectos:

  1. Renovarse: ya pasamos la fase de vivir medidas rápidas e inesperadas, como perder un trabajo, para la complejidad continua, y aquí hay que hacer hincapié en la supervivencia. Ante el caos una buena herramienta es renovarse con conocimientos de liderazgo, por ejemplo, comunicación y escucha asertiva, pensamiento analítico y flexible, resiliencia, establecimiento de objetivos. Claro, lo importante no solo es estudiarlo sino ponerse nuevas retas profesionales donde se instalen estos conocimientos. 
  2. Reaprender:  a diferencia del punto anterior, se trata de aprender de desarrollar capacidades que los empleos y las organizaciones necesitarán para aprovechar las oportunidades laborales futuras. Aquí entran conocimientos técnicos (como lo digital) y habilidades blandas. Se sugiere trabajar en ello, al menos, cuatro semanas.
  3. Reorientación: durante esta fase la idea es ‘re-imaginar’, pero ejecutando todo el tiempo, ¿en qué tipo de escenario laboral se quiere estar? Esta ‘R’ demanda una mentalidad de adaptarse a la ambigüedad, por lo que es plantear objetivos de corto alcance, para que la flexibilidad y no la frustración sea el aliado en los cambios laborales.
Jonás Cortés | Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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