Rosalinda Ballesteros

Rosalinda Ballesteros

La Ciencia de la Felicidad

Hay organizaciones que aseguran que en su interior la cultura machistas ha sido desterrada, pero basta observar con el más ligero rigor para constatar que no es cierto: la desigualdad y discriminación contra la mujer persiste en la cultura.

Se nota desde las preguntas que surgen entre compañeros o institucionalmente, hasta por la forma en que se habilitan los puestos de trabajo.

“¿Qué vas hacer cuando tengas hijos?”, fue una de las preguntas que más me hacían a mis escasos 25 años de edad cuando tuve mi primera posición de liderazgo.

Pero cuántos cuestionamientos de este tipo, planteados incluso por mujeres, parecen advertir que no debemos seguir tirando hacia lo más alto de la pirámide jerárquica.

“¿No te piensas casar?”, “¿no te da miedo salir muy tarde?”, “¿trabajas con puros hombres?”, “¿qué dijeron tus papás…, tu novio…, tu esposo…, tus hijos…?”, en fin.

Las discriminación contra la mujer en el mundo laboral

Pero pasemos a lo real, cuando se nos permite a las mujeres liderar proyectos, empezar a despegar, entramos a un terreno donde los escalones se van volviendo más angostos.

Para empezar, penetramos a un mundo donde somos un puñado entre una abrumadora mayoría de hombres.

Es cierto, habemos muchas ejerciendo diversas profesiones, pero aún el liderazgo femenino es muy escaso.

Cuando conquistamos esos espacios, nos ofrecen las áreas donde los presupuestos son escasos o se manejan menos proyectos y poco personal, lo cual dificulta que demostremos la aportación que realmente podemos dar a la organización encabezando equipos de trabajo.

Difícilmente podemos lucir e inspirar a otras mujeres, aunque finalmente lo hacemos; pero si hubiera un real apoyo, sería distinto.

Hace unos días fue invitada por la Universidad Insurgentes a participar en su programa Mujeres Líderes, y su director general, Ricardo Phillips, presumía lo que han logrado con mujeres encabezando esa casa de estudios. 

La gran mayoría de los puestos directivos y gerenciales, desde la rectoría, diversas áreas y planteles, están encabezadas por mujeres, en un 68%.

A pesar de su avance, no se rinden, quieren más: intentarán formar y capacitar a unas 45 mil mujeres, principalmente alumnas, en los temas de género y equidad (incluirán también hombres), para evitar repetir esa cultura machista, y además las capacitarán en liderazgo, desde las perspectivas, circunstancias y retos femeninos.

Estoy invitada a aportar mi experiencia desde el mundo del liderazgo de bienestar, lo cual me pone muy contenta y me hace sentir responsable.

Reconocer la diversidad

La humanidad repite patrones, la mitad femenina de esa humanidad, también. Por eso, es importante que, aunque somos mujeres que buscamos nuestra libertad y empoderamiento, nos capacitemos y deconstruyamos la identidad que nos ha sido impuesta por la sociedad.

Por ejemplo, una mujer cuya mamá trabaja, verá al trabajo como parte de su identidad.

No hay mejor herramienta para conquistar nuestra independencia y personalidad que trabajar no por necesidad económica, sino como una forma de construir el ser, de usar nuestras fortalezas para aportar al mundo.

Aspiro a un mundo en que las personas si tuvieran la oportunidad de renacer y elegir quiénes serían, su respuesta fuera volver a ser ellas mismas, especialmente si son mujeres.

Que estén dispuestas a desarrollar su propósito de vida por quienes son y en las condiciones que se le presentan. 

Vivir en un mundo que reconozca la diversidad, en el que verdaderamente se haya desterrado la desigualdad y discriminación de la mujer.

discriminación contra la mujer | Business Insider México
Brenda Peralta | Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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