• Durante la cobertura del Puebla ePrix de la Fórmula E tuve la oportunidad de dar una vuelta rápida en el safety car junto al piloto portugués Bruno Correia. 
  • Di la “hot lap” en el BMW i Roadster, un auto que alcanza una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora y acelera de cero a  100 kilómetros por hora en 4.6 segundos.
  • Aunque bajé del auto eléctrico temblando, volvería a hacerlo de nuevo sin pensarlo. 

Como una apasionada del automovilismo, siempre me había preguntado qué se siente subir a uno de los coches más veloces del mundo y dar un par de vueltas rápidas en un circuito.

Los pilotos de las diferentes categorías constantemente platican sobre toda la preparación física que necesitan tener para aguantar la fuerza g que sus cuerpos experimentan al correr a toda velocidad por la pista.

Y, por si eso fuera poco, también necesitan estar lo suficientemente concentrados como para conducir, tomar decisiones de último momento y no terminar estampados contra un muro. Sí, desgraciadamente todavía hay personas que piensan que no son atletas de alto rendimiento.

Mi curiosidad por saber qué se siente vivir una experiencia así aumentaban cada vez que veía videos de celebridades ajenas a los deportes de motor que ponían sus vidas en manos de experimentados pilotos para dar una vuelta.

Por ejemplo, la actriz Millie Bobby Brown lo hizo en 2018 junto al heptacampeón del mundo de la Fórmula 1 (F1), Lewis Hamilton; mientras que la estrella de la NBA Jimmy Butler salió de paseo junto al piloto Lando Norris de McLaren en 2019.

Tomando en cuenta todo lo anterior, jamás, ni en mis sueños más locos, creí que yo podría estar en esa situación. Pero, como me dijo recientemente un amigo, si sueñas alto y trabajas duro para conseguirlo, no hay nada que te pueda detener.

El pasado fin de semana tuve la oportunidad de visitar el Autódromo Miguel E. Abed para cubrir el Puebla ePrix. La Fórmula E, el Campeonato Mundial eléctrico de la FIA, me invitó a mí y a Business Insider México a dar una “hot lap” junto a Bruno Correia, el piloto oficial de su safety car.

Sin pensarlo dos veces, acepté, me puse el casco y volví uno de mis sueños realidad. Aquí les contaré todos los detalles de lo que pasó.

Antes que nada, ¿qué es un safety car?

También conocido como “auto de seguridad”, un safety car es un vehículo oficial que depende directamente de la dirección de carrera y de la organización de un campeonato. En el caso del Puebla ePrix, fue la Fórmula E.

Su objetivo es entrar a la pista para neutralizar las carreras agrupando a todos los participantes cuando hay condiciones meteorológicas adversas (como una tormenta); o tras un accidente que requiera retirar a un auto o algunas partes del circuito para garantizar la seguridad de todos.

“Hay mucha responsabilidad”, dijo Bruno Correia, el piloto oficial del safety car de la Fórmula E, a Business Insider México. “Es un campeonato que se difunde en todo el mundo y son carreras que se transmiten en vivo”.

“No hay espacio para errores. El piloto del safety car tiene que estar enfocado al 100%. Se necesita mucha concentración”, agregó. “Siempre hay que estar en sintonía con el equipo de la FIA, el promotor local y hacer un trabajo con mucha responsabilidad”.

Antes de tomar este rol, Correia fue piloto y se coronó campeón portugués de la Fórmula Ford 1600cc (1994) y ganador del Campeonato de España de la Fórmula Renault 2.0 (1996).

“He tenido que poner la parte de la competencia de lado porque cuando manejas el safety car la responsabilidad es gigante”, platicó Correia. “Es un sueño estar en el deporte que amo, al que siempre dediqué mi vida y a este nivel, que es altísimo”.

Además de ser el piloto oficial del auto de seguridad de la Fórmula E, el portugués cumple con la misma función en el Campeonato Mundial de Turismos (WTCC); aunque también lo ha hecho en el Campeonato del Mundo de la FIA, en las Copas Intercontinentales de la Fórmula 3, en la Fórmula 2, la LMP y carreras de karting.

Aunque la Fórmula E tiene dos safety cars diferentes, yo subí al BMW i Roadster

Este 2021, la categoría eléctrica anunció que el MINI Electric Pacesetter sería uno de sus safety cars de la temporada.

Sin embargo, la vuelta rápida a la que fui invitada fue en el BMW i Roadster, que fue lanzado en 2019 y se convirtió en el primer auto de seguridad descapotable del mundo.

De acuerdo con BMW, el coche eléctrico alcanza una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora que solo requiere energía eléctrica para 120 kilómetros por hora.

Si esto no es suficientemente intimidante, el safety car alcanza una velocidad de cero a 100 kilómetros por hora en 4.6 segundos, todo con el objetivo de poder seguir el paso de los monoplazas de la Fórmula E y cumplir con su labor.

Correia también compartió a Business Insider México que conducirlo es completamente diferente a los safety cars de otras categorías del automovilismo.

“(La Fórmula E) es un campeonato que te permite rodar despacio. Como las pistas son chicas en temas de longitud, hay que controlar las velocidades para que demos tiempo a los equipos de pista para trabajar”, detalló.

Para subir al safety car tuve que firmar una carta en donde reconocía todos los riesgos que había en juego

La Fórmula E me contactó el viernes por la noche para invitarme al día siguiente a una experiencia única: dar una vuelta rápida en su safety car en el Autódromo Miguel E. Abed, horas antes de la sesión de clasificación de la ronda ocho de su actual temporada.

Aunque, literalmente, estaba poniendo mi vida en manos de un piloto talentoso y experimentado como Correia, siempre hay riesgos que se pueden correr, por lo que tuve que firmar una carta en donde reconocía que:

  • Era mayor de 18 años.
  • Estaba en un buen estado de salud y tenía la condición física adecuada para participar en la actividad.
  • Podía renunciar a la actividad en cualquier momento si sentía que las condiciones no eran seguras para mi integridad.
  • Hay un riesgo inminente en todos las actividades que se realizan en una pista de carreras.
  • Dar la vuelta rápida era completamente bajo mi propio riesgo y responsabilidad.

Aunque a la hora de firmar la carta estaba completamente consciente de lo anterior, traté de no darle muchas vueltas al asunto. Ya saben, para no ponerme más ansiosa de lo que ya estaba.

A las 11 am, personal capacitado de la Fórmula E me acompañó a la pista

Como mencioné anteriormente, la vuelta rápida se programó a las 11 am del sábado 19 de junio, horas antes de que se celebrará la sesión de clasificación de la ronda ocho del Puebla ePrix.

El staff de la Fórmula E me acompañó en todo momento y me dirigió a la curva ocho del circuito (la zona donde se activaba el “attack mode”) para iniciar la actividad.

En ese momento, un cumuló de emociones invadieron mi cuerpo: alegría, nervios y preocupación por tener la capacidad de tomar alguna foto o video del momento. Seamos honestos, ¿quién no querría guardar algún tipo de recuerdo de un momento como este?

Las “damas” van primero

Puebla ePrix Formula E
Andrea Saint Martin/Business Insider Mexico

Además de mí, otros cuatro periodistas de la prensa mexicana tuvieron la oportunidad de dar una vuelta rápida en el safety car de la Fórmula E.

Lo más curioso fue que yo era la única mujer del grupo que acompañaría a Correia, por lo que a la hora de que el staff preguntó: “¿quién quiere ir primero?”, todos mis acompañantes voltearon a verme y dijeron: “las damas van primero”.

Siendo honestos, nunca me ha gustado ser la primera en probar algo nuevo; pero respiré hondo y acepté el reto. No tuve mucho tiempo de pensar las cosas y, para cuando me di cuenta, un miembro del staff me estaba ayudando a ponerme un casco.

En todo momento se cumplieron los protocolos sanitarios para evitar la propagación del Covid-19, por lo que tuvimos que batallar un poco para mantener mi mascarilla en orden mientras me colocaba el casco.

Antes de acercarme al BMW i Roadster, me tomé una selfie que prácticamente refleja todas las emociones que estaba experimentando.

El staff de la Fórmula E me ayudó a subirme al safety car

Safety Car
Andrea Saint Martin/Business Insider Mexico

Un miembro del staff me acompañó hasta la pista y me ayudó tomándome una fotografía junto al BMW i Roadster antes de subirme en él.

El chico era español y me recordó varias veces que podíamos hablar el mismo idioma, pero los nervios del momento hicieron que se me borrara la memoria prácticamente al instante. Terminé haciéndole varias preguntas en un “spanglish” del que no me siento orgullosa, a las que él me respondió amablemente en español.

Una de ellas fue asegurarme de que podía tomar fotografías y video con mi celular, a lo que él me reafirmó que este momento era para mí, que lo disfrutara y que grabara todo lo que quisiera.

Para subirme al safety car, tuve que agacharme torpemente, para que luego me ayudaran a abrochar todos los cinturones.

Conocí a Correia hasta que me convertí en su copiloto

Andrea Saint Martin/Business Insider Mexico

Anteriormente les compartí todo lo que Correia platicó a Business Insider México sobre su labor como piloto del Safety Car de la Fórmula E. No obstante, dicha plática fue horas después de mi “hot lap”, por lo que fue mucho más tranquila y dentro de los boxes del autódromo.

La realidad es que conocí al piloto portugués en el preciso momento en el que me convertí en su copiloto.

“Tranquila, estás en buenas manos. Él es un piloto muy experimentado”, me dijo el miembro del staff de la categoría eléctrica mientras colocaba mis cinturones de seguridad.

Con muchísima amabilidad y emoción, Correia se presentó y me garantizó que estaría a salvo.

“Que bonito español tienes”, no pude evitar reconocerle, a lo que el me agradeció con mucho entusiasmo.

Mi mente se puso en blanco cuando el safety car arrancó

Andrea Saint Martin/Business Insider Mexico

Correia me preguntó por última vez si estaba lista, a lo que yo respondí que sí mientras gritaba varias veces “Oh my god, oh my god!”. Sí, de nuevo el “spanglish” del que no me siento orgullosa.

Presioné el botón de “play” de mi celular y trate de mantener mi brazo firme. En un instante, el portugués aceleró a toda velocidad, tomamos la primera curva y mi mente se puso en blanco.

Arriba pueden ver un video de mi cara mientras volábamos por la pista. Una disculpa por mis gritos que asemejan a los de una ardilla o un animal similar a ese.

No hay nada más liberador que soltar el control y disfrutar

Andrea Saint Martin/Business Insider Mexico

Si se han subido al “Superman” de Six Flags México o a cualquier montaña rusa, pueden darse más o menos una idea de lo rápido que fue el safety car. Claro, compararlos es un poco absurdo y éste es mucho más veloz, pero más o menos tengan eso en mente.

Lo que más me sorprendió es la aceleración que puede alcanzar desde un punto muerto, porque no hay nada que te prepare para ese momento.

Mientras corríamos por el Autódromo Miguel E. Abed, sentí mi cuerpo mucho más ligero mientras me aferraba a mi asiento y me despegaba de éste a la vez que tomábamos las curvas.

Sentía como si el safety car corriera pegado a la pista y las fuerzas g que se experimentan dentro del él realmente te sacuden sin previo aviso.

Correia también frenó en varios puntos del recorrido, sorprendiéndome de la rápida respuesta que tiene el auto y reafirmando el poco control que tenía de toda la situación.

Curiosamente, la mezcla de todo lo anterior fue extremadamente liberadora, por lo que me la pasé gritando de emoción durante todo el recorrido.

Cuando bajé del safety car, mis piernas se sentían como si estuvieran hechas de gelatina

Formula E
Andrea Saint Martin/Business Insider Mexico

La “hot lap” terminó mucho más rápido de lo que me hubiera gustado. Cuando Correia regresó a la curva ocho del circuito. Respiré hondo y le dije que eso había sido increíble.

También le agradecí por cuidarme durante todo el trayecto, a lo que el rió mientras sostenía mi mano.

El miembro del staff de la Fórmula E abrió la puerta del auto, desabrochó mi cinturón y me ayudó a bajar de él. Sentía la adrenalina todavía corriendo por mi cuerpo, pero eso tampoco evito que mis piernas tardaran en responder y parecieran hechas de gelatina.

Mi cuerpo todavía estaba temblando por los nervios y la emoción. Así fue como salí de la pista.

Viviría otra vez está experiencia si se me volviera a presentar sin pensarlo

Me hubiera encantado que el relato de mi experiencia hubiera sido más detallada sobre cómo se sintió cada una de las curvas del circuito, pero, siendo muy honesta, en ese momento solo me dediqué a disfrutar de lo que estaba sucediendo.

En ningún momento me sentí mareada ni con ganas de vomitar. Continué mi día lleno de otras actividades muy emocionantes que ya tendré tiempo de detallar más adelante.

Cuando regresé a mi hotel y platiqué por teléfono con Andrea Deydén, mi editora adjunta, ella me pidió que descansara, a lo que le contesté que todavía me sentía con mucha energía.

“Eso es porque ahorita sigues llena de adrenalina, pero espera a que te despiertes mañana y ya me dirás que tal”, me dijo.

Y vaya que tenía razón. Al día siguiente, sentí como si el mismísimo safety car me hubiera arrollado en lugar de llevarme de paseo.

A pesar de eso, si algún día tengo la oportunidad de volver a vivir una experiencia como esta, lo haría sin pensarlo. Quién sabe, quizá en un futuro cercano podré contarles cómo es conducir en un safety car de la F1 o cómo es ser copiloto de Max Verstappen, Daniel Ricciardo o el mismísimo Sergio “Checo” Pérez.

Se vale soñar. Eso es lo que yo hago.

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