• La obesidad es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Su prevalencia no deja de crecer años tras años, también de manera alarmante en menores.
  • El problema es que los niños con sobrepeso suelen seguir teniéndolo al hacerse adultos. Lo que aumenta su riesgo de padecer ciertas enfermedades incluyendo algunos tipos de cáncer.
  • Entre las formas de prevenir la obesidad en niños está asegurar una dieta saludable y hábitos de vida activos.

Más allá del coronavirus, hay otra pandemia que de manera quizá más silenciosa lleva años asolando el mundo. 

Se trata de la obesidad, una enfermedad de proporciones epidémicas, según la Organización Mundial de la Salud, que cada año causa la muerte de 2.8 millones de personas y cuya prevalencia no deja de crecer año tras año. 

Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado a escala global. Las últimas cifras de la OMS indican que en 2016, más de 1,900 millones de adultos tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.

Pero el problema es, asimismo, debastador en los menores, donde la incidencia de sobrepeso lleva tiempo disparándose a un ritmo alarmante.

Siguiendo con los datos del organismo internacional, el número de niños y adolescentes entre los cinco y los 19 años que presentan obesidad se ha multiplicado por 10 en las cuatro últimas décadas.

Si nos referimos a México, los datos no son más optimistas. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) un tercio de las y los niños y adolescentes mexicanos tienen sobrepeso u obesidad.

Además, nuestro país es el mayor consumidor en América Latina de productos ultra procesados, incluidas las bebidas azucaradas; las tasas más altas de este consumo se encuentran entre niños y niñas en edad preescolar que comen alrededor del 40% de sus calorías de esta manera.

La Secretaría de Salud declaró en 2016 una alerta epidemiológica debido a las altas tasas de diabetes y obesidad.

¿Qué es la obesidad infantil y qué riesgos conlleva?

La obesidad es una afección médica que supone una acumulación de grasa excesiva que puede afectar a la salud.

El problema es que los niños y niñas con obesidad o sobrepeso suelen seguir siéndolo al hacerse adultos. Lo que aumenta su riesgo de padecer ciertas enfermedades no crónicas.

El exceso de peso pronunciado se ha vinculado a comorbilidades que incluyen enfermedades cardiovasculares, diabetes o incluso mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer (como el de colon o de mama). En el escenario actual,  la obesidad se coloca además como uno de los principales factores a la hora de evolucionar a un caso grave de Covid-19.

Algunos estudios han vinculado la obesidad infantil con mayores presiones psicológicas en los menores, que pueden derivar en ansiedad y depresión. También se ha relacionado esta afección con peores resultados educativos y menores ingresos futuros. 

¿Cómo detectar si tu hijo tiene obesidad?

Como enfatiza el portal médico de la Clínica Mayo no todos los niños que tienen algunos kilos de más padecen sobrepeso. 

«Algunos tienen una estructura corporal más grande que el promedio. Además, los niños suelen tener diferentes cantidades de grasa corporal en las diversas etapas del desarrollo», afirma el portal.

Por ello, es posible que no sepas si el peso es un motivo de preocupación solo con mirar a tu hijo.

Aunque cada vez son más las voces que ponen en entredicho la utilidad de este indicador, por el momento la forma de valorar el sobrepeso y la obesidad en niños, como en adultos, es en función del Índice de Masa Corporal (IMC) que tiene en cuenta aspectos como el peso y la altura.

Más allá de este dato matemático, ciertos rasgos también se han asociado con padecer obesidad. Por ejemplo si tu hijo además de un peso elevado, tiene un comportamiento altamente sedentario o se fatiga rápidamente al caminar o correr.

Si tienes dudas sobre si tu hijo puede estar enfrentando un sobrepreso preocupante puedes consultarlo con el médico; a través del IMC, gráficos de crecimiento e incluso pruebas, el especialista puede determinar si el peso de tu hijo está o no dentro de un rango saludable.

Cómo prevenir la obesidad infantil

Más allá de factores hormonales y genéticos (además de socioeconómicos) las principales causas de la obesidad infantil recaen en una alimentación poco saludable y un estilo de vida cada vez más sedentario.

La mala alimentación ya es responsable de una de cada cinco muertes en el mundo. En cuanto al ejercicio, al menos 1,400 millones de adultos están en riesgo de padecer enfermedades crónicas debido a sus bajos niveles de actividad física.

Los expertos en alimentación y salud alertan de la necesidad de reducir drásticamente el consumo de alimentos altamente procesados, ricos en grasas poco convenientes, azúcares y sal; todos ellos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras afecciones serias.

Desde etapas tempranas debe primarse en los más pequeños una elección de alimentos saludables, a partir de una dieta rica en productos frescos donde predominen frutas, verduras, cereales integrales y las grasas saludables ( como las presentes en el pescado, los frutos secos o aceite de oliva).

En un momento en el que las condiciones actuales han disparado los tiempos frente a la pantalla, es vital, además, asegurar un estilo de vida activo en los menores.

Tanto niños como adolescentes necesitan realizar cada día como mínimo 60 minutos de ejercicio de moderado a intenso, según directrices recientes de la OMS. 

Estas actividades físicas deben ser principalmente aeróbicas, entre lo que se incluye correr o montar en bicicleta.

No es muy difícil motivar a los más pequeños a esto. Nada más fácil que animarles a salir a jugar o ir al parque.

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