• Hasta el momento, ninguna persona ha tenido relaciones sexuales en el espacio, aunque esto podría cambiar muy pronto.
  • La sexología espacial o astrosexología es un ámbito en crecimiento que se encarga de estudiar las relaciones sexuales fuera del planeta Tierra.
  • Según los investigadores, tener sexo en el espacio supone una labor crítica para la salud humana y la felicidad.
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Hasta donde se sabe, ninguna persona ha tenido sexo en el espacio. Sin embargo, con la llegada del turismo espacial, eso podría cambiar pronto.

Algunos investigadores argumentan que debe ser una prioridad el estudio de la intimidad y la sexualidad fuera de la Tierra, también conocida como “sexología espacial” o “astrosexología”.

En un nuevo estudio publicado en la revista Current Sexual Health Reports, los autores Simon Dubé, investigador del Instituto Kinsey, y María Santaguida, candidata a doctora en la Universidad de Concordia, han examinado toda la investigación sobre el tema.

Las investigaciones sobre sexualidad en el espacio en los últimos cinco años ha concluido que es urgente prestarle más atención.

“Existe la dañina idea errónea de que la investigación en sexología espacial no es urgente ni importante”, explicó Dubé a Business Insider

“En este momento, las organizaciones espaciales aparentemente están esperando que surjan problemas, en lugar de garantizar de manera proactiva que tengamos el conocimiento necesario para permitir la expresión segura y completa del erotismo humano en el espacio. Esto debe cambiar ya mismo”, agregó.

El sexo en el espacio será crucial si queremos convertirnos en una especie multiplanetaria

Aunque las personas todavía no han tenido relaciones sexuales en el espacio, esta función humana básica debe tenerse en cuenta si queremos convertirnos en una “especie multiplanetaria totalmente independiente de la Tierra”, según Santaguida.

Los aspectos del espacio —como la radiación y los cambios en la gravedad— podrían hacer que el sexo y la reproducción sean un gran desafío para las personas. 

Además, existe “el estrés de vivir en un entorno aislado, confinado y extremo con un número limitado de personas durante un periodo prolongado”, aseguró Dubé.

Todos estos problemas deben abordarse para que podamos vivir en el espacio. En última instancia, el sexo es crítico para la salud humana.

“Más allá de sus beneficios para la salud y las relaciones, la actividad sexual podría ayudar a las personas a vivir felices en el espacio y normalizar la vida espacial”, señalaron Dubé y Santaguida en el artículo.  

El sexo en el espacio se topará con algunos desafíos logísticos

La mecánica de tener relaciones sexuales en el espacio podría resultar difícil cuando no tienes peso y tampoco experiencia. 

El traje Vanna Bonta es un ejemplo de una innovación que señalan los autores. Este es artilugio que permite a los usuarios ponerse velcro y cerrar la cremallera junto a su pareja para tener relaciones sexuales. No obstante, evitar que tu pareja se aleje flotando en medio del acto no es el único problema. 

La falta de gravedad también podría afectar la fisiología del sexo. Existe evidencia de que las personas con pene aún pueden tener erecciones en el espacio, pero los cambios en el entorno podrían crear desafíos adicionales con la excitación, la lubricación y el flujo sanguíneo.

Incluso los juguetes sexuales deben adaptarse al espacio. En el documento, los autores aconsejan que “dichos productos deben ser livianos, discretos, fáciles de limpiar y producir poco o ningún desperdicio”. 

El sexo espacial aún no ha ocurrido, pero podría suceder pronto

Santaguida explicó que es “difícil decir” si las personas tendrán relaciones sexuales en el espacio en el corto plazo, “pero con la rápida llegada del turismo espacial, como los vuelos espaciales comerciales, las estaciones orbitales y los hoteles espaciales, el tiempo vuela”.

Dicho eso, Dubé señaló que “la falta actual de investigación en humanos ha sido inesperada y extremadamente preocupante”. 

La ausencia de investigación sobre el sexo podría deberse a muchas razones que incluyen “normas sexuales conservadoras, no querer gastar el dinero de los contribuyentes o de los inversores en temas relacionados con el sexo, o simplemente que este tema no se consideraba una prioridad en el pasado”.

En 2016, Business Insider señaló que la NASA parecía “un poco conservadora” sobre el tema.

Sin embargo, la NASA habría cambiando su actitud. En 2012, aseguró a MIC.com que “si se identificara una necesidad futura de un estudio más profundo sobre la salud reproductiva en el espacio, la NASA tomaría las medidas apropiadas”.

Santaguida y Dubé argumentaron que, sin duda, estudiar el sexo y la reproducción en el espacio es fundamental.

“El futuro de nuestra civilización en el espacio depende de la sexología espacial”, finalizó Santaguida.

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