• Un buen líder, no solo habla, sino que también escucha a las personas, se involucra, se interesa por sus planes personales, sueños y necesidades.
  • También toma en cuenta la mentalidad, intenciones, los sueños e incluso el estado de ánimo de sus miembros de equipo.
  • Cuando el líder deja ver su humildad y se convierte en parte del equipo, la escucha se abre de manera directa, de una manera más personal.
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Sabemos que los líderes deben de tener ciertas capacidades y habilidades para dirigir, supervisar y delegar, con el propósito firme de llegar a los objetivos planteados con máxima eficiencia y productividad, y al mismo tiempo, motivar el crecimiento de cada uno de los integrantes. Basta mencionar que el 43% de las personas que han renunciado a su trabajo, lo hicieron por no tener un buen líder.

Un líder es el capitán del barco, quien elige la ruta y otorga tareas a cada miembro de su tripulación, para llegar más rápido y dando solución a cada contratiempo. Pero un buen líder, no solo habla, sino que también escucha a las personas, se involucra, se interesa por sus planes personales, sueños y necesidades. ¿Esto los distrae del objetivo? La respuesta es no.

Escucha más y habla menos

Ya no es suficiente con poner atención a las actitudes, aptitudes, habilidades y dominio de cada puesto de trabajo. Un buen líder también toma en cuenta la mentalidad, intenciones, los sueños e incluso el estado de ánimo de sus miembros de equipo.

Actualmente, 4 de cada 10 candidatos a un puesto de trabajo, consideran como punto medular para considerar tomar un empleo, la empatía y respeto del líder.

La mentalidad de cada integrante del equipo es el espejo de su forma de trabajar, de su personalidad, de lo que quieren lograr. Escuchar y poner atención en ello, facilitará el flujo de trabajo pues abrirá un canal de confianza para compartir sus inquietudes y proponer mejores y más eficientes soluciones al trabajo del día a día.

No obstante, aún queda un largo camino por recorrer. Los líderes mexicanos utilizan el 19% de su tiempo en involucrarse, asesorar o desarrollar a sus empleados.

Inspira con el ejemplo

Un líder se forma interactuando, conociendo a su gente, platicando y no simplemente ordenando o delegando actividades. Sí, es necesario que el líder conozca la empresa desde adentro, desde la operación de todos y cada uno de los colaboradores, conocer las entrañas tanto del negocio como de las personas.

Según información estadística, los líderes que dedican más tiempo a administrar que a interactuar con su equipo de trabajo, son 32% menos comprometidos.

Un buen líder analiza, también, el ambiente de trabajo, que las instalaciones sean las adecuadas y mantiene un ambiente agradable, contagia el entusiasmo por trabajar día a día y por el propósito del negocio. Se dice que un empleado contento es un empleado más productivo.

Los buenos líderes inspiran; ser ejemplo de buenas actitudes con y para los miembros, mostrar empatía entre compañeros y así volverse un verdadero equipo, haciendo cada uno su parte para conseguir el objetivo.

Lidera desde el corazón

Cuando el líder deja ver su humildad y se convierte en parte del equipo, la escucha se abre de manera directa, de una manera más personal, sin crear barreras de puestos o cargos en el organigrama, sino una escucha desde el corazón, desde la importancia de que cada individuo cumple una parte primordial dentro del equipo y haciendo notar que el desempeño de cada integrante es importante para el crecimiento de la compañía.

Otra característica que tiene un buen líder es disfrutar la vida bajo una experiencia 360°, tanto en lo profesional, como en lo familiar y personal. Al tener una armonía en estos tres aspectos, se logra el equilibrio necesario para la plenitud. Si tenemos un balance en todos los aspectos de la vida, si su vida personal está bien por consecuencia su vida profesional también lo estará.

Las características de un buen líder son el reflejo de la buena gestión humana, de darle el valor a cada uno de los ejecutantes de una estrategia, de cada uno de los integrantes del equipo, con su forma de ser, sentimientos, de su funcionamiento y buen rendimiento y al sentirse parte de ese equipo, al ponerse la camiseta se logra el engagement de los colaboradores y la trascendencia en la operabilidad de la compañía, permite perpetuar y sostener el buen desempeño, el crecimiento y la innovación tanto de las organizaciones como de sus colaboradores.

Es momento de escuchar a nuestros colaboradores y liderar con el corazón. Toma en cuenta que mientras el 80% de los líderes piensa que sus trabajadores se encuentran a gusto, solamente el 28% está realmente satisfecho.

* José Manuel Arana es autor del libro Liderando desde el corazón. Ha desempeñado cargos de CEO y Dirección General en Estados Unidos, Europa, Brasil y México en los sectores de agronegocios, biotecnología, alimentos, industrial, automotriz y salud.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.


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