- Cuando alguien tiene una influencia negativa sobre cualquier aspecto de tu vida, le estás dando poder sobre ti, y eso puede detenerte.
- En cambio, establece límites saludables con las personas que te rodean y asume la responsabilidad de tus emociones, no de las de ellos.
- Sigue tus valores y date cuenta de que siempre estás tomando decisiones: deberías estar haciendo cosas por ti y no por probarle algo a otras personas.
- No pierdas tu tiempo quejándote o pensando en malas interacciones.
Cada vez que permites que alguien tenga una influencia negativa sobre tu forma de pensar, sentir o comportarte, le das poder sobre tu vida y sobre ti.
A veces es sutil. Tal vez cambies la forma en que actúas frente a ciertas personas porque quieres complacerlas, pero eso no afecta demasiado tu vida.
O tal vez es importante. Quizás permitas que las críticas negativas de un ser querido afecten gravemente tu bienestar.
De cualquier manera, regalar tu poder personal te quita la fuerza mental que necesitas para ser la mejor versión de ti.
Aquí hay 10 maneras de dejar de darle poder a la gente sobre ti.
1. Establece límites saludables
Ya sea que tengas un compañero de trabajo que malgasta su tiempo desahogándose de lo mucho que no le gusta su trabajo, o un amigo que siempre pide prestado dinero, algunas personas se tomarán su tiempo, dinero y espacio si se los permites. Por lo tanto es importante establecer límites saludables para ti mismo.
Di no, habla y pide lo que necesitas. Cuando las personas violen tus límites, sigue adelante con consecuencias claras.
2. Asume la responsabilidad de tus emociones
Asume toda la responsabilidad de cómo te sientes.
Si alguien está afectando tus emociones de una manera inútil, toma medidas positivas. Cambia la situación o cambia la forma en que respondes a la situación. Quizás decidas alejarte y entrar en un nuevo entorno. O tal vez decidas respirar hondo, practicar el uso de un diálogo interno positivo y continuar entablando una conversación difícil.
3. Deja que otras personas sean responsables de sus emociones
No asumas la responsabilidad de las emociones de otras personas. No puedes hacer felices a todos, y no puedes hacer enojar a nadie.
Si bien es importante ser consciente de cómo tus acciones afectan a los demás, no depende de ti controlar cómo se sienten las demás personas.
4. Reconoce tus elecciones
Cuando te encuentres pensando que tienes que hacer algo, cambia tu lenguaje. No tienes que ir de compras. Y no tienes que llevar al perro al veterinario. Estas son elecciones.
Incluso ir a trabajar y pagar tus facturas son opciones. Por supuesto, hay consecuencias si no haces estas cosas, pero reconocer que tienes algo que decir sobre el asunto te permite asumir la responsabilidad de tu propia vida.
5. Vive de acuerdo con tus valores
Te importará menos ir con la multitud y estarás menos preocupado por las opiniones de otras personas cuando tengas claros tus valores.
Identifica las cosas que son más importantes para ti y vive en consecuencia. Si eso significa que valoras tu tiempo libre, trabajas largas horas, disfrutas de tus pasatiempos o practicas tu fe, gasta tiempo y energía en las cosas que son importantes para ti. Cuando confías en tus prioridades, los juicios de otras personas serán menos importantes.
6. Perdona y sigue adelante
Guardar rencor disminuye tu vida, no la de nadie más. No pierdas tu valioso tiempo y energía repitiendo tu pasado y tratando de castigar a alguien más.
Sin embargo, reconoce que el perdón no se trata de decir que lo que alguien hizo estuvo bien. Y no significa que tengas que relacionarte con ellos. En cambio, el perdón puede implicar dejar ir la ira que te mantiene atrapado para que puedas concentrarte en cosas más valiosas.
7. Deja de intentar demostrar que la gente está equivocada
Es posible que te sientas empoderada por un momento cuando dices: «¡Se los mostraré!». Pero tratar de demostrar que las personas están equivocadas solo es darles poder sobre ti.
Tratar de mostrarle a alguien que eres mejor de lo que piensan se trata de ellos, no de ti. Trabaja en objetivos que sean importantes para ti. Si sorprende a las personas en el camino, considéralo un bono adicional en lugar del objetivo principal.
8. No permitas que tu autoestima dependa de las opiniones de otras personas
Si necesitas aprobación o afirmación de otros sobre lo suficientemente bueno que eres, esas personas siempre tendrán poder sobre ti y tu vida. No hagas que tu autoestima dependa de nadie más.
Haz las cosas que te hagan sentir como una buena persona (ya sea que vayas al gimnasio o te ofrezcas como voluntario para ayudar a otros), y tu autoestima se construirá sobre una base mucho más estable e independiente.
9. No desperdicies energía quejándote
Cuanto más tiempo pasas quejándote de las personas, más espacio les permites ocupar en tu vida.
Entonces, antes de sumergirte en un monólogo de 20 minutos sobre cuánto te desagrada tu jefe o qué tan molesta es tu familia, piensa en el hecho de que les dedicarás más tiempo y energía. Elige usar tu tiempo y energía en actividades más positivas y valiosas.
10. Deja de pensar en interacciones inútiles con otros
Rehacer conversaciones e imaginar interacciones terribles les permite a las otras personas tomar más poder sobre tu cerebro. Si bien ciertamente deseas aprender de los errores y planificar el futuro, no reflexiones sobre las cosas hirientes que alguien ya dijo o los comentarios groseros que podrían hacer en el futuro.
Cuando notes que estos guiones inútiles se reproducen en tu cabeza, cambia el canal en tu cerebro. Si esto significa que necesitas hacer algo de actividad física o hablar con un amigo sobre un tema completamente diferente, el punto es que busques rechazar concentrarte en las personas que te deprimen.
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