- Un estudio encontró una conexión entre el pensamiento negativo repetitivo y la demencia.
- Uno de los autores dijo que los resultados sugieren que la meditación podría tener más beneficios clínicos de los que se creen.
- El estudio tuvo limitaciones: aunque participaron 360 personas, la mayoría eran blancos y mujeres.
La preocupación obsesiva por el futuro o la fijación por los problemas podría tener serias ramificaciones para la salud en el futuro, de acuerdo con un nuevo estudio de la University College de Londres.
La investigación encontró una conexión entre el pensamiento negativo y el deterioro cognitivo, así como el aumento en la cantidad de dos proteínas asociadas con la enfermedad del Alzheimer.
El estudio fue publicado en Alzheimer’s and Dementia, la revista de la Asociación de Alzheimer. En ella se realizaron escáneres cerebrales y se monitoreó la conducta de 360 personas.
“Una mejor comprensión de los riesgos de la demencia es vital para mejorar intervenciones terapéuticas”, comentó a Insider Natalie Marchant, autora del estudio, psiquiatra e investigadora senior en el departamento de salud mental de la University College de Londres.
“Los hallazgos de este estudio dan un mayor respaldo a la importancia de considerar la salud mental en la detección de la demencia”, agregó.
Actualmente, los médicos usan escáneres cerebrales y exámenes cognitivos para examinar la demencia. Sin embargo, la detección de problemas de salud mental puede ser parte de futuros tratamientos clínicos para pacientes en las fases tempranas de la enfermedad.
Pensar mucho las cosas está relacionado con la acumulación de proteínas en el cerebro
Durante dos años, 360 participantes — mayores de 55 años y con un pariente que tiene o ha tenido demencia — fueron monitoreados por conductas de pensamientos negativos. La mayoría de ellos eran blancos y 73% eran mujeres.
Las conductas de pensamientos negativos incluían una continua preocupación por el futuro y un pensamiento continuo sobre sus problemas y emociones.
Los participantes rellenaron formularios sobre síntomas de depresión y ansiedad, y se juzgaron sus funciones cognitivas, las cuales incluyeron la memoria, lenguaje y capacidad de atención.
Solo un tercio de los participantes (113) se sometió a escáneres cerebrales PET, los cuales revelaron depósitos de proteínas tau y beta amiloides, señales de advertencia que los médicos buscan para detectar Alzheimer en fases tempranas.
El estudio también reveló que las personas con patrones de pensamiento negativo más repetitivos eran más propensos a tener acumulaciones de proteínas en el cerebro.
Además, esas mismas personas presentaron tasas más altas de deterioro cognitivo.
Es necesario investigar sobre los beneficios clínicos de la meditación
La depresión y la ansiedad son conocidos como factores de riesgo del Alzheimer, pero este estudio busca explicar las razones subyacentes y el porqué.
Examinar las formas negativas de pensar que tienen las personas con depresión y ansiedad — así como los efectos a largo plazo que puedan tener — serviría para explicar por qué la depresión y la ansiedad siguen siendo factores de riesgo.
El Dr. Gael Chételat de la Universidad de Caen-Normandie, coautor del estudio, sugirió que las prácticas de entrenamiento mental, como la meditación, podrían ayudar a promover el positivismo, mientras se regulan los esquemas mentales negativos asociados.
Se requiere investigar más para entender si este hallazgo es universal
El Alzheimer es la forma más común de demencia, una enfermedad que provoca que las células cerebrales se degeneren.
La enfermedad se caracteriza por el deterioro de las habilidades cognitivas y sociales, así como por la pérdida de la funcionalidad independiente.
Es crucial para los médicos detectar la enfermedad en una fase temprana, ya que hasta el momento no hay una cura para ella. Esa es la razón por la que se necesita identificar factores de riesgo potenciales para un tratamiento preventivo.
Sin embargo, Merchant dijo a Insider que se necesita más trabajo para entender qué tan universal son estos hallazgos, particularmente para otros grupos raciales.
Por ejemplo, los afroamericanos suelen ser poco representados en las investigaciones sobre el Alzheimer, pero parecen tener un mayor riesgo de sufrir la enfermedad.
“La gran mayoría de los participantes eran caucásicos, así que fuimos incapaces de hacer algún comentario significativo sobre diferencias raciales potenciales”, detalló Merchant a Insider.
Fiona Carragher, directora de Investigación e Influencia en la Sociedad del Alzheimer, coincidió.
“Muchas de las personas de este estudio ya estaban identificadas como personas con un gran riesgo de padecer la enfermedad del Alzheimer”, explicó.
“Necesitaríamos ver si estos resultados tienen eco en la población general y si el pensamiento negativo repetido aumenta los riesgos de la enfermedad del Alzheimer en sí misma”, añadió.
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