• Hay un medicamento que están consumiendo los menores de edad para perder peso.
  • La FDA aprobó Wegovy para tratar la obesidad en adolescentes con un índice de masa corporal superior a 95%.
  • Muchos padres de familia tratan de inculcar la confianza en el cuerpo y la positividad en un niño, pero al mismo tiempo, los someten a medicamentos para bajar de peso.
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Natalie tiene 12 años, el pelo oscuro y unas cejas perfectamente arqueadas que denotan su talento para el teatro. A esta niña de sexto de primaria, le encantan las clases de interpretación y la danza, además, tiene una capacidad para la comedia superior a la de su edad, pero hay un problema, quiere perder peso.

Detrás de su humor se esconde algo tenso y frágil, sobre todo cuando habla de ciertos temas, como la hora de comer o la clase de gimnasia. 

Al igual que su madre, Natalie padece el síndrome de ovario poliquístico, una enfermedad en la que los ovarios producen demasiada testosterona, lo que provoca una serie de síntomas desagradables y, en muchos casos, resistencia a la insulina y propensión al aumento de peso. 

Kailey, de 36 años, empezó a tomar el medicamento para la diabetes de tipo 2 Mounjaro (tirzepatida) en agosto de 2022 para aliviar algunos de estos síntomas, incluido el aumento de peso.

Unos nueve meses después, empezó a administrar a su hija preadolescente un medicamento similar, Wegovy, que ya está autorizado en Noruega, Alemania y Dinamarca. 

Para Kailey, la decisión de administrar a su hija de 12 años un medicamento inyectable para perder peso fue complicada.

Lo meditó durante un año, investigando sobre Wegovy y tomando nota de su propia experiencia con Mounjaro. Lo que más temía era que su hija desarrollara un trastorno alimentario.

Pero también le preocupaba la salud de Natalie en el futuro, incluida su resistencia a la insulina y los síntomas de depresión que Natalie empezaba a desarrollar en la escuela secundaria, a medida que se preocupaba más por encajar con sus compañeros. Kailey decidió que tenía que intentar algo. 

«Es una niña, así que desconfío de las cosas que le metemos en el cuerpo, pero un día llegó a casa llorando», contó Kailey.

«Ella es perfecta, y se lo decimos todo el tiempo, pero no quiero minimizar cómo se siente; estamos abordando esto desde el punto de vista del tratamiento de una enfermedad», añadió su mamá.

Kailey es sólo uno de los muchos padres que tratan de inculcar la confianza en el cuerpo y la positividad en un niño, pero al mismo tiempo, los someten a medicamentos para bajar de peso, y puede convertirse en una cuestión de por vida.

Los adolescentes están consumiendo un medicamento que puede ser perjudicial

En diciembre de 2022, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglos en inglés) aprobó Wegovy para tratar la obesidad en niños de 12 a 17 años con un índice de masa corporal superior a 95% de los niños de su edad y sexo.

Al igual que su medicamento gemelo, Ozempic, pertenece a una clase de fármacos conocidos como agonistas del receptor GLP-1. 

Estos fármacos ayudan a regular el azúcar en sangre haciendo que el páncreas produzca más insulina, también ralentizan la digestión e impiden que el cerebro note señales de hambre.

Menos de dos semanas después de la aprobación, la Academia Americana de Pediatría publicó unas controvertidas directrices en las que recomendaba la medicación para adelgazar como opción de tratamiento para niños con obesidad, a partir de 12 años de edad. 

Cuando se conoció la noticia, la doctora Claudia Fox, codirectora del Centro de Medicina de la Obesidad Pediátrica de la Universidad de Minnesota, se mostró entusiasmada.

«‘Estoy súper feliz, emocionada y aliviada de tener por fin terapias eficaces para nuestros pacientes'», relató Fox.

Fox explicó que tradicionalmente había pocas opciones para los niños con problemas de salud relacionados con el peso.

«Llevo mucho tiempo haciendo este trabajo, a lo largo de 15 años, hemos utilizado sobre todo medicamentos no aprobados por la FDA para la obesidad infantil», señaló la experta.

Solo hay otros tres medicamentos aprobados por la FDA para tratar la obesidad a largo plazo en niños de hasta 12 años: Qsymia, Alli y Saxenda. Aunque los estudios han demostrado que los adolescentes son los que más peso pierden con Wegovy. 

Uno de cada cinco niños estadounidenses de entre 12 y 17 años cumple los requisitos para tomar Wegovy en función de su IMC.

La escasez del fármaco, su precio de 1,300 dólares al mes y su reciente aprobación hacen que el número de niños que lo toman sea mucho menor de lo que podría ser, de acuerdo a las declaraciones de la experta, solo 1% de sus pacientes consumen el medicamento.

Los padres luchan contra la obesidad de sus hijos y los prejuicios

Rasheeda, de 47 años, se mostró escéptica cuando su médico le habló por primera vez del Ozempic hace tres años. Había oído las historias de efectos secundarios gastrointestinales, como vómitos y diarrea incontrolables.

Al principio, rechazó el medicamento, pero ninguna otra estrategia para perder peso le había funcionado.

«Llevaba años intentando adelgazar, comiendo más sano y raciones normales. Incluso mis amigos me decían que no comía demasiado, que ellos comían más que yo, pero mi cuerpo simplemente no perdía peso», explica Rasheeda.

Después de un año y medio tomando la medicación para adelgazar, perdió 45 kilos. Fue entonces cuando vio cómo su hijo Brian, de 16 años, reproducía su lucha.

Preocupada, dejó de cocinar comida frita y eliminó los ingredientes procesados, mientras Brian iba al gimnasio cinco días a la semana, pero seguía engordando.

Sus valores de colesterol y enzimas hepáticas mejoraron gracias a una alimentación más saludable, pero los análisis de presión arterial alcanzaron el límite saludable.

Perder peso no significa estar más saludable

Rasheeda tenía claro que los cambios en el estilo de vida por sí solos no le habían bastado para perder peso, ni tampoco a su hijo.

Tras un año de investigación, Rasheeda buscó un pediatra que le recetara Wegovy a Brian. Debido a que el papá de Brian es diabético, su mamá esperaba evitarle el mismo destino a su hijo.

«Brian tiene una motivación diferente. Quiere poder hacer más actividades físicas. Además, está harto de que se burlen de él en el colegio, y ve la pérdida de peso como una forma de no conformarse», afirma Rasheeda.  

Su madre también comentó que era doloroso que el adolescente no pudiera valorar sus cualidades físicas y su personalidad.

‘Perder peso no define quién eres. Yo quiero que realmente ames quién eres dentro de tu cuerpo en este momento y que el peso sólo sea un efecto secundario», es lo que suele recordarle su mamá.

Desde que empezó a tomar Wegovy, el control de las raciones de Brian mejoró, y perder peso fue sencillo, ya que perdió 9 kilos; incluso le resultaba más fácil la actividad física.

«Ahora tengo más energía. Hago más cosas al aire libre, como pasear al perro y hacer deporte, y ahora me siento más seguro jugando al baloncesto porque puedo moverme más», explicó el adolescente.

Actualmente acude a un médico para la pérdida de peso, así como a un nutricionista y a un psicólogo, como parte de su plan de tratamiento.

Su madre siente un bienestar emocional y físico debido a que transformó su estilo de vida.

«Siento que puedo hacer más, como en mis clases de interpretación. Antes no quería hacer nada físico, y ahora puedo bailar», añadió.

No todos los padres piensan que los niños deben medicarse para bajar de peso

Aunque Natalie y Brian dijeron a sus padres que están contentos al tomar medicamentos para adelgazar, el camino no ha sido fácil. 

Brian dice que al principio tuvo «muchos efectos secundarios», como calambres y diarrea, aunque afirma que han mejorado.

El principal efecto secundario de Natalie han sido las náuseas. Se siente mareada si come alimentos de escaso valor nutritivo. En cambio, necesita proteínas y le desconciertan sus nuevos antojos de ensaladas y fruta.

Los alimentos procesados, como la pizza o las papas fritas le provocan náuseas e incluso vómitos. Los dulces ya no llaman su atención porque hacen que sienta presión en la cabeza y la mandíbula.

Los médicos siguen divididos sobre si las tallas corporales más grandes son poco saludables, y el sistema del IMC lleva años siendo cuestionado como métrica de la salud.

«Se puede estar metabólicamente sano con cualquier peso, y el peso no equivale necesariamente a salud», afirma la doctora Karla Lester, pediatra y especialista en obesidad y medicina de Nebraska.

La experta fundó su propia plataforma de salud para ofrecer tratamiento metabólico y asesoramiento a adolescentes. Está a favor del uso de medicamentos como Wegovy para ciertos niños, pero está en contra de la «cultura de la dieta» y de las evaluaciones de la salud pediátrica basadas exclusivamente en el IMC.

«Si no es un problema para ellos, entonces no es un problema para mí», dice Lester sobre el peso o el IMC de un niño. 

A la doctora Elizabeth Wassenaar, directora médica regional del Centro de Recuperación de la Alimentación, le preocupa que la recomendación de la Asociaciòn Americana de Pediatría (AAP) sea que los niños se mediquen o se sometan a cirugía para perder.

«Refuerza el mensaje de que hay que tener un aspecto determinado para tener éxito, ser feliz y estar sano», afirmó la doctora.

Para los padres, la presión puede ser aún mayor, ya que, de acuerdo a la experta, vivimos en una sociedad en la que existe una tremenda presión para no fastidiar a tus hijos.

Se refuerza la idea de que si dejas que tu hijo tenga un cuerpo con más kilos, de alguna manera has fracasado como padre. Necesita perder peso.

Los padres pueden transmitir estas inseguridades a sus hijos, que se enfrentan a presiones adicionales de sus compañeros y de las redes sociales.

Kailey todavía no sabe cómo hablar con su hija sobre su experiencia con Wegovy. Aun así, está contenta de que su hija de 12 años tome el fármaco.

«Es una línea muy fina y el peso no es igual a la salud. Su peso es causado por una enfermedad metabólica, así que volví a decirle que su peso iba a cambiar a lo largo de su vida y que ella era perfecta sin importar lo que sucediera», añadió Kailey.

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