• A pesar de las huelgas de guionistas y actores, Netflix está pasando por un buen momento.
  • Sus acciones se han disparado y ha sumado 5.9 millones de suscriptores desde que comenzó a luchar contra las contraseñas compartidas.
  • Desde fuera, la empresa proyecta confianza y un ambiente de normalidad.
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Hollywood atraviesa un mal momento, con huelgas de actores y guionistas que paralizan las producciones. 

El fenómeno Barbenheimer en taquilla dio a las distribuidoras Warner Bros. Discovery y Universal algo que celebrar. Sin embargo, sus plataformas de streaming siguen acumulando pérdidas y el camino hacia la rentabilidad sigue siendo empinado.

Por otra parte, una empresa que no parece estar pasándolo tan mal es Netflix. Su cotización se ha disparado 150% desde que tocó fondo el año pasado, mientras Disney, Warner Bros. Discovery y otros valores del sector languidecen.

Las medidas enérgicas de Netflix contra las contraseñas compartidas y su tarifa publicitaria más barata están empezando a dar sus frutos. Tuvo un gran segundo trimestre, sumando 5.9 millones de suscripciones. 

De hecho, en los seis días siguientes a la entrada en vigor de su ofensiva contra el uso compartido de contraseñas en Estados Unidos (el 23 de mayo), Netflix registró “los cuatro días de mayor captación de usuarios en el país” en los cuatro años y medio que la empresa de análisis Antenna lleva realizando este seguimiento. 

En todo junio, Netflix consiguió 3.5 millones de suscriptores, el mejor mes del servicio desde que Antenna empezó a medirlo.

El plan de publicidad ha ganado popularidad desde su lanzamiento en noviembre, con entre 17% y 19% de nuevos suscriptores que contrataron el plan en el segundo trimestre, de acuerdo con Antenna. 

Netflix y su esquema publicitario

El negocio publicitario de Netflix aún no es importante para la empresa, explicaron varios ejecutivos al presentar la cuenta de resultados. No obstante, a medida que crezca la popularidad de su plan de anuncios también debería hacerlo esta vía de ingresos.

Por otra parte, la sólida maquinaria de contenidos globales de Netflix también debería ayudar a garantizar que los suscriptores sigan viendo series nuevas durante la huelga, al menos en el corto plazo.

“No he notado ningún cambio”, afirmó uno de los principales agentes del sector. “Simplemente, no están preocupados. Por eso acaban siendo objeto de tanta ira. Tienen tantas alternativas”.

“Tenemos la sensación de haber gastado una tonelada en contenido, pero estábamos pagando una calidad premium que la gente no estaba percibiendo como tal”, comentó un productor.

Este se refería a la tradición de Netflix de expedir grandes cheques para construir su biblioteca de contenido mientras acababan con los acuerdos que reparten parte del beneficio entre los creadores.

De hecho, muchos guionistas culpan a Netflix de que hoy les es más difícil ganarse la vida, uno de los motivos que les ha llevado a la huelga.

Sin embargo, esta no es precisamente una preocupación compartida por Wall Street.

Con iniciativas como el pago compartido y las ventas de anuncios, Netflix tiene mucho que ofrecer a los inversionistas a largo plazo, comentó el analista Mark Mahaney, de Evercore ISI, al reiterar su calificación de “funcionando por encima de lo esperado (outperform)” para las acciones de la empresa.

Wedbush también compartió un análisis positivo en el que que ve a Netflix “bien posicionada en un entorno turbio en el que los principales streamers están cambiando de estrategia”.

También hay que recordar que el mercado publicitario en general no va demasiado bien. Esto podría frenar las ambiciones de Netflix, al menos por ahora. 

Además, algunos anunciantes dudan sobre la capacidad del servicio streaming para satisfacer las expectativas de los anunciantes en cuanto a la compra automatizada de anuncios.

“¿Cómo van a garantizar que la calidad de los anuncios no perjudique a la marca Netflix?”, se preguntó la firma LightShed Partners en uno de sus análisis.

El limitado tamaño de la audiencia de Netflix para el nivel de anuncios (que sigue siendo solo 2% del total de suscriptores) y su uso de Microsoft para gestionar la venta de espacios publicitarios también han sido objeto de quejas entre los anunciantes.

Esto lleva a algunos a preguntarse si finalmente la empresa va a construir o si va a comprar sus propios sistemas de ventas de anuncios.

Por otra parte, el crecimiento de los suscriptores de Netflix procede cada vez más del extranjero, donde el menor poder de fijación de precios podría reducir sus ingresos promedio por usuario. 

El cierre de producciones por la huelga ha devuelto a Netflix 1,500 millones de dólares en flujo de caja libre. No obstante, si esta se prolonga, la empresa se verá afectada en algún momento por la escasez de nuevos contenidos.

También hay que cuestionar cómo va la inversión de Netflix en los videojuegos y su interés en la compra de más activos. Claro que ahora es difícil ser humilde cuando eres la única plataforma streaming rentable.


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