La dificultad para cubrir vacantes en ciertas industrias y la creciente tendencia a emplearse en la informalidad son problemáticas que pueden disminuir en México si apuesta por esquemas más flexibles y seguros de empleo, opina Jonas Prising, CEO de ManpowerGroup.
Prising se refiere a la ‘flexiseguridad’, que consiste en trabajar en un mercado laboral donde no existen restricciones ni para la contratación ni para el despido. Pero también hay una parte de “seguridad”, es decir, las empresas ofrecen apoyo a la persona durante el tiempo que se encuentra desempleado. La Unión Europea recomienda el uso de este sistema desde 2007, aunque solo se ha implementado de forma total en Dinamarca.
El CEO visitó México y en entrevista comentó que una medida útil es inentar conciliar la necesidad de los empleadores de contar con una fuerza laboral flexible, con la de priorizar la seguridad de los trabajadores; buscando que las personas no se enfrenten a largos periodos de desempleo. Un ejemplo común lo reflejan los trabajadores del sector turismo, cuyas oportunidades laborales incrementan durante los periodos vacacionales —con trabajos eventuales— pero buena parte de esos empleos se pierden al término de la estacionalidad.
Al incorporar el esquema de flexiseguridad, se garantiza que las personas puedan continuar con un sueldo y opciones de capacitación para desarrollar otras habilidades y colocarse rápidamente en otro trabajo.
La flexiseguriddad en Dinamarca, por ejemplo, tiene como pilar que puede realizar despidos sin indemnización; únicamente si se avisa a la persona con tres meses de anticipación. Pero también demanda de parte del Gobierno dar formación gratuita a las personas para que identifiquen nuevas destrezas y apliquen éstas en trabajos diferentes a lo que venían desarrollando.
Es por ello que aplicar el modelo en México requiere cambios no fáciles de realizar pero indispensables para denominarse un país con ‘flexiseguridad’, por ejemplo, que el sistema provisione seguridad social a la persona.
El país, sin embargo, tiene 60% de la población en condición laboral en el mercado informal.
Entre Dinamarca a México hay una gran brecha para la flexiseguridad: la informalidad
Jonas Prising no titubeó en señalar que modelos de este tipo transforman las características económicas del mercado laboral, pues el primer indicador que mejora es el desempleo (en Dinamarca, la tasa de paro laboral es de 6%). Pero si México quiere alcanzar ese ‘primer mundo’, y fortalecer el sector formal, el gobierno sí tiene el cometido y la responsabiliad de ayudar al sector privado con reglas claras para todos.
Para el director, este esquema permitiría impactar de forma positiva a disminuir la escasez, pues el mercado presenta el pico más amplío de este fenómeno en los últimos 15 años. La razón es que los colaboradores entran en la dinámica de generar habilidades nuevas continuamente. Esto lo coloca en una posición diferente frente a los reclutadores, aunque otro desafío —por supuesto— es que ese mercado formal se haga más competitivo en salarios.
Esta firma de capital humano ha reportado, a través de diversos estudios, que hace cinco años, al cuestionar a empleadores sobre la importancia de fortalecer las habilidades de los empleados, solo 20% de los directores reconocía esto como algo valioso. En 2021 esa cifra cambió a 80 por ciento.
Tras esta entrevista con el CEO global de la marca, que hoy apuesto por el reclutamiento de perfiles especializados en cinco áreas, queda claro que el agobio a nivel laboral no está en las empresas, éstas harán lo que consideren necesario para tener a la persona indicada en el tiempo necesario. Sea mejor sus salarios, su onboarding, los planes de compensación. Lo que sea.
El asunto con el empleo, como en otros aspectos, es que mejorar esta indicar requiere de que varios, y no solo un actor, ‘jalen’ con mayor uniformidad. Por más que millones de personas deseen acceder a mejores posiciones, sino cuentan con las destrezas necesarias, no logran hacerlo. Así que hoy es vital, y es necesario grabarlo, el reentrenamiento, sea que corra por nuestra cuenta, por el empleador, una política educativa mejor encaminada. E, idealmente, los tres aspectos al mismo tiempo.
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