Rosalinda Ballesteros

Rosalinda Ballesteros

La Ciencia de la Felicidad

Estoy segura de que comparto algo contigo: la mentalidad de aprendiz.
Todos la tenemos, en menor o mayor medida, pero hay que sacarle jugo para nuestro éxito y felicidad.

Desde niña, siempre fui muy ñoña en la escuela: buenas calificaciones, y mejor conducta. No sé en qué momento aprendí, pero lo hice, que trabajando se superan las limitaciones y, por supuesto, me gustaba destacar.

Estudié relaciones internacionales, pero 10 años después, ya en el terreno laboral, había que sacar proyectos relacionados con la academia y la psicología, y aunque en apariencia no tenía que ver con lo mío, asumí que me gusta aprender cosas diferentes.

Al tiempo, “tuve” (sí, no era opción) que ir a la Universidad de Pensilvania a estudiar psicología positiva, y lo tomé con el mismo entusiasmo. Recuerdo las dificultades en mi primera entrega de un trabajo en inglés, el registro de una entrevista terapéutica, las correcciones y errores, pues no todo sale bien a la primera. Evidentemente, aquello cambió mi vida profesional y personal. Ahora formo parte de esos facilitadores que ayudamos a las personas y a las organizaciones a gestionar su bienestar, a ser felices.

La mentalidad de aprendiz y el miedo

Como tú, enfrentó dificultades diarias, el crecimiento de los hijos, enfermedades y condiciones especiales, pero conforme se van presentando pongo atención, aprendo, defino acciones a tomar y mejoro cada vez. Muchas veces me da miedo, evaluó, aprendo y lo intento o lo vuelvo a intentar. No me quejo, me ha ido muy bien con esta actitud que en gran parte la he aprendido conscientemente y otra ya la traía dentro.

Tú también la tienes, yo le digo mentalidad de aprendiz, pero en el terreno de la psicología se le llama “mentalidad de crecimiento” y es aquella idea personal que tenemos de nuestra forma de ser o pensar.

Si crees que puedes aprender y mejorar con el tiempo y con trabajo, tienes mentalidad de crecimiento, pero si crees que sólo eres bueno para “algo”, y malo para lo otro, tienes una mentalidad fija que no te deja crecer.

Un gran psicólogo, Anders Ericsson, estudió durante su vida el concepto de práctica deliberada, es el salirnos de nuestra área de expertise, de confort, de manera estructurada para aprender cosas retadoras.

La mentalidad de aprendiz es una imagen sobre nosotros mismos y no es absoluta. En algunos aspectos de la vida podemos ser excelentes “aprendices” y en otras, francamente negados. Como quien dice “tengo dos pies izquierdos”.

Por supuesto, si andas en tu “mood” de crecimiento estás dispuesto a encarar los retos de cualquier tamaño, a esforzarte, a aprender de los fracasos y las críticas; a escuchar experiencias y consejos. Vives con la sensación y seguridad de que un día alcanzarás tu meta.

En cambio, cuando vivimos con una mentalidad fija, nos resguardamos en nuestras seguridades. Es cuando evitamos los retos, preferimos no competir para que nadie evidencie nuestras debilidades; rechazamos las críticas o lo mejor de ellas y, si llegamos a intentar algo nuevo, lo abandonamos al primer tropezón.

¿Por cuál camino te gustaría caminar?

Estoy segura de que elegirás, como yo, el primero. Esa actitud nos permite andar con mayor seguridad por la vida y el trabajo. Somos más honestos con los demás sobre nuestros miedos y seguridades, y ello nos permite hallar con mayor facilidad mentores y personas con quien confiar y colaborar.

Se vuelve más fácil atreverse a tomar retos y, en consecuencia, a aprender y crecer en cualquier terreno: el profesional, con la familia, en un deporte, un pasatiempo.

Hay que hacer a un lado la mentalidad fija. La próxima vez que tengas miedo a arriesgarte, a aprender, a compartir conocimiento o pedir ayuda, sacúdete lo que te aterra y trata de ser abierto.

Retoma esa mentalidad de aprendiz que todos tenemos, un signo de vitalidad y juventud eterna, que nos hace conscientes de que todo puede cambiar, que podemos mejorar, que este mundo siempre tiene algo con qué sorprendernos.

Correo: bienestaryfelicidad@servicios.tecmilenio.mx

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Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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