Las hipotecas son altas, los precios promedio de las viviendas duplican a los de hace una generación y el acceso a la financiación es como mínimo engorroso. Estos tres puntos trazan la frontera que separa actualmente a las nuevas generaciones de su primer hogar.
En Estados Unidos, por ejemplo, ya advierten uno de los efectos colaterales de la pandemia sobre la demanda de viviendas. La masificación del trabajo remoto impulsó la búsqueda de propiedades con mayor cantidad de metros cuadrados; esto impactó en el precio promedio, que no ha dejado de aumentar.
Sin embargo, mientras estos datos le quitan el sueño a algunos millennials, otros ya empiezan a encontrar atajos. Y la tokenización aparece como uno de ellos.
La criptoeconomía le acercó la posibilidad de inversión a personas que de otro modo no se hubieran convertido en agentes bursátiles. Ahora, la tokenización del mercado inmobiliario se asoma como un horizonte accesible y menos burocrático para entrar en el real estate con tiempos y modos mucho más flexibles.
En el centro de esta innovación, la clave es la inversión por fracciones. Comprar un tercio o la decimocuarta parte de una propiedad todavía puede sonar exótico para nuestros patrones de consumo; sin embargo, la liquidez que esto puede inyectarle al mercado y la democratización que supondría para millones de personas podrían volverlo algo mainstream en los próximos años.
Tal como nos enseñó el Monopoly, la diversificación en el negocio de los bienes raíces es la mejor estrategia para ganar; ni lo más caro “ni el primer lugar donde cae el dado”. Hay que comprar en varios lugares y armar un portfolio atractivo que genere ganancias de manera periódica.
Precisamente, lo disruptivo de la tokenización es que lleva la diversificación a un nuevo nivel. Desde este punto de vista, los “tokennials” no sólo serán aquellos que accedan a su primera vivienda bajo esta modalidad sino quienes puedan capitalizarse paulatinamente con montos que hoy resultan absurdos para el mercado “clásico” de bienes raíces.
Un negocio que se acelera
Si de un lado de la mesa, la tokenización i, del otro lado el impacto tampoco será menor. Los jugadores del negocio inmobiliario tienen entre manos un acelerador técnico y financiero para dinamizar el negocio, que ya se beneficia de la internacionalización y la simplificación de las transacciones mediante el pago con criptomonedas.
Al mismo tiempo, los círculos virtuosos que podría generar la tokenización van más allá de solucionar el déficit habitacional de las nuevas generaciones.
Para el mercado inmobiliario, la tokenización facilitará la liquidez. Las opciones para traducir el valor cripto de una propiedad están ahora en el menú de inversiones, especialmente para quienes quieren diversificar su portafolio.
Los jugadores más estratégicos del mercado, mientras tanto, le están dando a los pequeños inversores un lugar cada vez más preponderante. El “crowdinvesting” es vital para motorizar a nuevos compradores; sin embargo, también para fortalecer la intersección entre lo mejor de cada mundo: la seguridad del real estate y la liquidez de las criptodivisas.
Aunque esta fusión todavía sigue tomando forma y enfrenta vacíos regulatorios en algunas partes del mundo, los “tokennials” están haciendo sus primeros cálculos. Y cada fracción cuenta.
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