• Los océanos albergan vastas reservas de azúcar desconocidas hasta la fecha, reveló una investigación
  • Además, juegan un papel importante en la retención de carbono.
  • Los pastos marinos podrían contener hasta 1.3 millones de toneladas de sacarosa, equivalentes a 32,000 millones de latas de Coca-Cola.
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Todavía queda mucho por explorar sobre el fondo marino, que se sabe, alberga desde extrañas criaturas abisales hasta restos de antiguas civilizaciones. Y ahora, un grupo de científicos descubrió que en el océano existen grandes reservas de azúcar.

La investigación reveló que las praderas de pastos marinos en el fondo del mar pueden almacenar enormes cantidades de sacarosa —ingrediente principal del azúcar. Además tiene importantes implicaciones para el almacenamiento de carbono y el cambio climático. Los hallazgos se publicaron en Nature Ecology & Evolution.

«Los pastos marinos producen azúcar durante la fotosíntesis», explica la microbióloga marina Nicole Dubilier del Instituto Max Planck de Microbiología Marina en Alemania. La sacarosa se libera de las hierbas marinas y acaba en la rizosfera, zona del suelo cercana a las raíces de las plantas en donde se desarrolla la vida microbiana. Esto provoca que las concentraciones de azúcar en el fondo marino son unas 80 veces más elevadas de lo que se esperaría. 

Los pastos marinos de todo el océano podrían contener hasta 1.3 millones de toneladas de sacarosa, calculan los investigadores. Esta cantidad equivalen a 32,000 millones de latas de Coca-Cola.

Por qué hay exceso de azúcar en el fondo marino

«Bajo condiciones de luz promedio, estas plantas usan la mayoría de los azúcares que producen para su propio metabolismo y crecimiento. Pero bajo condiciones de mucha luz, por ejemplo al mediodía o durante el verano, las plantas producen más azúcar de la que pueden usar o almacenar», explica Dubiliber. 

«Entonces liberan el exceso de sacarosa en su rizosfera, como una válvula de escape».

Una de las sorpresas es que los microorganismos no consumen el azúcar, sino que, al igual que otras plantas, los pastos marinos emiten compuestos fenólicos. Estos también se hallan en el vino tinto, la fruta o el café. Son antimicrobianos e inhiben el metabolismo de la mayoría de los microorganismos, ralentizándolos.

Con una técnica de espectrometría de masas, los científicos se cercioraron de su hipótesis. Añadieron fenoles aislados de pastos marinos a los microorganismos en la rizosfera.

«Se consumió mucha menos sacarosa en comparación con cuando no había fenoles presentes», apunta la microbióloga marina Maggie Sogin del Instituto Max Planck de Microbiología Marina.

Solo hubo un pequeño segmento de microbios que prosperó con la sacarosa pese a los fenoles. Los científicos especulan que, a cambio, podrían devolver a los pastos marinos nutrientes necesarios para su crecimiento.

Los pastos marinos son sumideros esenciales de carbono azul

El carbono azul es una forma de almacenamiento de CO₂ por parte de ecosistemas costeros, particularmente manglares, pastos marinos y marismas salobres. El dióxido de carbono se atrapa y retiene de manera orgánica, tanto en la vegetación como en los sedimentos. 

Los pastos marinos tienen una gran importancia como sumideros: este tipo de áreas pueden absorber el doble de carbono que un bosque del mismo tamaño en tierra, además de 35 veces más rápido.

Para calcular las pérdidas de captura de carbono en las praderas marinas, amenazadas por la acidificación y calentamiento de las aguas, a partir de ahora se podrá tener en consideración los depósitos de sacarosa presentes en estos hábitats acuáticos. «Nuestro estudio destaca lo importante que es preservar estos ecosistemas de carbono azul», concluye Sogin. 

“Los cálculos muestran que si la sacarosa de la rizosfera fuera degradada por microbios, al menos 1.54 millones de toneladas de CO₂ se liberarían a la atmósfera”, sostiene Liebeke, lo que correspondería a la cantidad de dióxido de carbono emitido por 330,000 automóviles en un año.

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