- Facebook antes era el trabajo soñado en Silicon Valley pero ahora, los comentarios y reflexiones de los empleados en los papeles de Facebook revelan una realidad muy diferente.
- Para los empleados, está claro que trabajar en Facebook es un rol emocionalmente agotador en el que los valores personales y la misión corporativa están en constante tensión.
- "Tenemos que tomarnos un momento para hacer un cambio retórico en nuestro lenguaje. Internet —y Facebook— es el mundo real", critica un empleado de la compañía.
En septiembre de 2020, dos meses antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, un empleado que ha trabajado en Facebook durante 13 años compartió algunas reflexiones con sus colegas acerca de cómo «sobrevivir» trabajando en la empresa.
El consejo: piensa en tu trabajo en Facebook como un juego de ajedrez surrealista en el que nunca tendrás la satisfacción de jugar el juego hasta el final.
«Te sientas en una mesa con un tablero de ajedrez y te luces con tus movimientos», escribió metafóricamente el empleado sobre trabajar en Facebook. «Entonces, de repente, aparece un pequeño extraterrestre verde. El alien te quita tu tablero y lo cambia por uno nuevo… Así que te agachas y empiezas a jugar el nuevo juego durante un tiempo. Pero luego el alien te lo quita otra vez y te da un nuevo tablero».
El empleado que redactó ese memo, incluído en la avalancha de documentos filtrados en los Facebook Papers, quiso transmitir un pensamiento inspirador para sus colegas, aconsejándoles que aceptaran el caos y aprovecharan las oportunidades de aprendizaje que surgen al trabajar en esta compañía tan propensa a las crisis.
Pero la nota también revela la naturaleza peculiar y frustrante de trabajar en una de las compañías más poderosas del mundo; de las más vilipendiadas. «Uno debe aceptar esto por su propio bien», escribió el empleado.
No hace falta ser un consultor en gestión para imaginar que la vida en Facebook tal vez no sea tan agradable estos días. Pero más allá del bloqueo mental que se apoderó de muchos empleados en medio de la lluvia de artículos negativos en la prensa provocado por los Facebook Papers, dentro de la organización hay un malestar más profundo que se hace evidente entre más lees en las miles de páginas de documentos filtrados.
Para muchos empleados, está claro que trabajar para el gigante de las redes sociales es un rol emocionalmente agotador. En este los valores personales y la misión corporativa están en constante tensión. Incluso quienes creen que Facebook es una fuerza para hacer el bien parecen estar agotados por una cultura que glorifica a los ‘apagafuegos’, y a la práctica de ‘todas las manos a la obra’ para enfrentar emergencias.
Trabajar en un proyecto masivo como Facebook y su abanico de apps representa un desafío emocionante para muchos. Los documentos muestran constantemente a los empleados discutiendo apasionadamente los cambios e innovaciones para mejorar el producto; o al menos para disminuir sus aspectos negativos. Sin embargo, también es una tarea que puede dejar a los empleados enfurecidos por la realidad de tener que lidiar con una máquina que no está completamente bajo su control.
Un miembro del equipo de integridad de Facebook que se estaba despidiendo de la compañía confesó estar agotado por «todos los vientos en contra» y dijo sentirse «cada vez más cansado».
Trabajar en Facebook ya no es el empleo soñado
«Por alguna razón ya no me siento orgulloso de trabajar en Facebook», escribió en 2016 otro empleado. «Reconozco nuestro buen trabajo, pero ya no me siento conectado con él».
No fue hace tanto que Facebook, ahora Meta, fue percibido como el empleo soñado por excelencia en Silicon Valley. Un lugar con abundantes opciones para adquirir paquetes de acciones bursátiles, mucha comida gratis y transporte con wifi, para aligerar a los empleados los traslados a las oficinas corporativas.
La pandemia eliminó algunos de esos beneficios, pero incluso antes de que el Covid-19 obligara a los empleados de Facebook a trabajar desde casa, los Facebook Papers revelan una vida laboral mucho más complicada y menos glamurosa para las decenas de miles de empleados de la empresa.
Incluso la famosa comida gratis de la empresa, ofrece una visión clara de la vida cotidiana al interior de la empresa.
«Sería de gran ayuda que ofrecieran clases o información sobre cómo manejar el estrés, la ansiedad, las dudas sobre uno mismo y la imprevisibilidad general de la vida en FB. En mi experiencia, mi obsesión por la comida aumentaba cuando tenía ansias o estrés; independientemente del tipo de comida que había o si es que había comida cerca», escribió un usuario de Facebook en respuesta a una publicación interna de 2018 titulada «Mi pasantía en Facebook revivió mi trastorno alimenticio».
«Ahora estoy tan concentrado en el trabajo y el estrés laboral que no tengo el tiempo y la energía emocional para preocuparme mucho por lo que como», dijo otro empleado en el hilo de respuestas.
Una ventana al mundo oculto de Facebook
El proyecto interminable de construir Facebook lo llevan a cabo los empleados de Facebook en Facebook.
La empresa opera Workplace, una versión de su red social pero especializada y centrada en el trabajo. En este sus más de 60,000 empleados confluyen para gestionar proyectos, conversar, reaccionar a las noticias, reportar errores. Y también llevar a cabo todo el trabajo de operar una empresa de 950,000 millones de dólares.
Desde que la pandemia envió a casa a la gran mayoría de los empleados de Facebook, la herramienta se volvió vital para el funcionamiento. Y es Workplace lo que filtró Frances Haugen: la gestora de productos del equipo de integridad cívica de la empresa que decidió hablar en contra de su empleador.
Haugen, una ingeniera de 37 años, sustrajo miles de páginas de documentos y capturas de pantalla y las entregó al Congreso y a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). Un consorcio de medios de comunicación, incluido Insider, obtuvo las versiones editadas de los documentos recibidos por el Congreso.
Los documentos son una muestra imperfecta de la opinión de los empleados de Facebook y no necesariamente representan todas las perspectivas dentro de la empresa. Pero arrojan luz sobre cómo Facebook ha estudiado de cerca los daños sociales que causan sus productos y, a menudo, no los ha aborda. También muestran una fuerza laboral ocupada en las consecuencias diarias causadas a la empresa por la propia compañía.
Un empleado describió en una nota de 2017 cómo debido a su activismo político, su padre se había convertido en el objetivo de una protesta a favor de Donald Trump. Un montón de esos simpatizantes aparecieron en su propiedad en la costa este y marcharon rumbo a su granero después de que en Facebook se difundiera un llamado a tomar las armas.
«La dirección de su casa (…) está ahora publicada en un contexto de confrontación en un grupo con más de 40,000 seguidores», escribió el empleado. «Facebook lo hizo fácil. A decir verdad, no estoy seguro de cómo me siento al respecto».
En los documentos, algunos empleados son captados cuando advierten sobre cobertura negativa en la prensa («esto es una locura», comentó un trabajador al poner un aviso de un video del presentador de extrema derecha de la cadena Fox, Tucker Carlson, criticando a Facebook por contratar ciudadanos chinos). Otros empleados son mostrados compartiendo pensamientos sobre qué estrategias serían más exitosas a ojos del todopoderoso CEO Mark Zuckerberg; deliberando sobre el plan de contratación y por qué es «difícil en este momento»; o simplemente opinando con franqueza sobre una serie de cuestiones de políticas y productos.
Joe Osborne, portavoz de Meta, dijo a Insider en un comunicado que «enfrentar los desafíos y construir para el futuro requiere que desarrollemos equipos, sistemas y tecnologías que nunca antes habían existido. Valoramos y apoyamos a las personas que hacen este difícil y complejo trabajo».
Signos de tensión, estrés e inquietud
2020 fue el «año de la tensión» para Facebook. Enfrentó crecientes desafíos tanto específicos de la empresa como globales y promulgó su versión de un Código Rojo de emergencia. Esto durante un periodo de «intensa reorientación y fuerte apuesta en un conjunto de productos, políticas y procesos», como explicó un empleado en una nota.
Es otro ejemplo de cómo la cultura y el lugar de trabajo en Facebook han sido moldeados por las crisis de los últimos años. A largo plazo, advirtió el empleado, estas tensiones excesivas pueden conducir a «un círculo vicioso de sprints cada vez más largos; agotamiento y desgaste lamentable». Así como oportunidades perdidas y una memoria institucional más corta.
El autor del memorando tenía una advertencia para la compañía: «Creo que esta cultura es un estado fallido».
Sin embargo, el empleado admitió que «es poco probable que dejemos de tener estas fuertes tensiones en el corto plazo. Según mi evaluación personal, solo están aumentando año tras año. Me temo que nos estamos cavando nosotros mismos dentro de un agujero de donde cada vez será más difícil poder salir».
La duda de cómo trabajar de manera sostenible en medio de los desafíos de Facebook ha estado en la mente de otros empleados incluso antes de los grandes retos de 2020. En otoño de 2019, el director Samidh Chakrabarti (quien recientemente dejó la compañía) escribió que consideraba que una de las principales prioridades del equipo de integridad de Facebook era mejorar el tema de la «Armonía de Trabajo / Vida».
«Cuando se trata de elecciones o crisis humanitarias, el tiempo importa. Los plazos son a menudo inamovibles e impredecibles. No actuar puede tener consecuencias reales para el mundo, creando una urgencia constante», escribió. Como resultado, Facebook necesitaría tomar decisiones difíciles acerca de los países y los problemas en los que se debe priorizar el trabajo. Mientras los empleados deben desarrollar estructuras claras para organizarse y comunicarse. Así como tomarse un tiempo libre y «fomentar nuestras relaciones con nuestros amigos y familiares».
La tensión del trabajo se manifiesta de otras formas. Por ejemplo en el «mensaje de despedida» —la tradición de Facebook en la que un empleado que se va envía un mensaje para decir adiós a sus colegas. A partir de la época de las elecciones de 2016, estas se han convirtieron en vehículos para lanzar duras críticas a la empresa y sus líderes.
El autor de uno de esos mensajes expresó que Facebook está teniendo una «influencia neta negativa en la política de los países occidentales». Y otro empleado dijo en 2016 que se fue porque estaba preocupado ya que «la búsqueda del crecimiento puede afectar negativamente nuestra ética y nuestra misión».
Estas publicaciones y otras similares incluidas en los Facebook Papers, muestran una profunda introspección por parte de algunos empleados sobre las consecuencias del servicio online que se dedican a mantener en sus horas de trabajo.
El «mundo real» y Facebook
Un empleado estaba lidiando con cómo conceptualizar los daños e impactos de Facebook en el asalto al Capitolio de Estados Unidos en enero de 2021. Instó a sus colegas a dejar de establecer una distinción entre la red social y el «mundo real».
«Ciberespacio. La palabra acuñada para describir el extraño nuevo mundo de internet. En los años 80 y 90, lo pensamos literalmente como un mundo nuevo en el que podrías ser quien sea. Internet era cibernético, no era real.
Acuñamos nuevas frases como IRL (‘en la vida real’) para distinguir entre el tiempo que pasamos en Neo-mascotas, en comparación con el tiempo que pasamos con nuestras mascotas maullando en la sala», escribió el empleado.
«En Facebook seguimos usando frases como «mundo real» para describir la mitad de los impactos de nuestros productos y políticas; decimos cosas como «daños en el mundo real». Necesitamos tomarnos un momento para hacer un cambio retórico en nuestro lenguaje. Internet y Facebook son el mundo real».
Informes anteriores basados en documentos filtrados por Haugen a The Wall Street Journal, con quien los compartió por primera vez, destacan los esfuerzos de los equipos de integridad de Facebook para cuantificar los daños que causa la compañía.
Estos van desde el impacto negativo en la salud mental que causa Facebook en muchas adolescentes a las fallas de la empresa para hacer frente a los cárteles de la droga y a los traficantes de personas. Así como la proliferación de activistas antivacunas en Facebook y el papel de la red social en la difusión del odio racial en la India.
Hiperobjetos y el “ajedrez alienígena”
Con 3.58 mil millones de personas que utilizan uno de sus productos al menos una vez al mes, Facebook es una entidad con un alcance y un poder sin precedentes; un «hiperobjeto» en palabras del periodista Tom Scocca.
Facebook está «en una escala demasiado grande o compleja o generalizada para que los humanos la comprendan, respondan o controlen adecuadamente. Es como el cambio climático o los desechos nucleares», escribió Scocca en septiembre.
Facebook “existe para generar más Facebook, más conexiones, más datos, más dinero. Cualquier insumo o componente continuará con su existencia y su crecimiento. Está construido para dejar fuera otras posibilidades».
Los documentos internos filtrados que componen los Facebook Papers, incluidas las reflexiones sobre el «ajedrez alienígena», muestran cómo incluso los propios empleados de Facebook batallan en cómo conceptualizar el alcance e impacto de la metamorfosis interminable de Facebook.
Este es el desafío central de gran parte del trabajo de los equipos de integridad de Facebook que quedó al descubierto con las filtraciones de Haugen. La lucha interminable para comprender completamente la escala y las consecuencias de la existencia de Facebook.
«Si estás tratando de ganar en el ajedrez con los extraterrestres, no se trata de enfocarte en un solo tablero para ganar al final, se trata de lidiar con muchos tableros en una rápida sucesión», escribió el veterano de 13 años.
«¿Quién dejó el tablero mejor que como lo encontró? ¿Quién hizo ‘buenas’ y ‘malas’ movidas? Sumas cuántas mejoras hiciste en cuántos tableros y ese es tu ‘impacto a largo plazo’ como líder».
«No es culpa del alien, este es el juego que acordamos jugar cuando nos unimos», escribió el empleado en su nota.
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