• Tanto consumidores como inversionistas comienzan a fijarse más en cómo actúan las empresas.
  • Si no cumplen con los principios medioambientales, sociales y de gobernanza dejarán de ser atractivas para consumo e inversiones.
  • Sin embargo, poner en marcha esos criterios no será posible sin ayuda del gobierno y la sociedad en general.

En un futuro, no muy lejano, desde las pequeñas hasta las grandes empresas dejarán de atraer el interés de los inversionistas —y de los consumidores— si no aplican los principios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).

Estos incluyen la reducción de emisiones contaminantes, la gestión integral del personal y la actuación ética de la empresa. En la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), que dirige María Ariza, el trabajo se apega a estos principios, que a su vez se basan en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible en la que participa México.

Como parte de la mesa redonda Inversión Sostenible, que organizó BIVA, consultores empresariales destacaron que sin los principios ESG, las empresas no serán tomadas en cuenta para recibir inversiones.

Pacto Mundial promueve los valores de Naciones Unidas en el sector empresarial para que seamos ese ejemplo que la sociedad necesita”, dijo Carlos Mendieta, presidente interino del Consejo Directivo del Pacto Mundial México sobre la persecución del equilibrio social para lograr mayor desarrollo integral en los países.

Primero, la sensibilización de las empresas en los principios ESG

Aunque el potencial de poner los principios ESG en marcha es una sociedad más justa con menos carencias económicas y con cuidado al medio ambiente, muchas empresas todavía no incorporan esas prácticas a sus operaciones cotidianas.

Por ejemplo, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) ya tenía sus propios principios de dimensión social —que publicó en febrero de 2020—; con ellos trata de sensibilizar a la comunidad empresarial a contribuir al bienestar social. “Desde el empresariado tenemos que aportar a mayor bienestar, mejor calidad de vida y desarrollo equitativo”, destacó en la mesa redonda Odracir Barquera, director de planeación del CCE.

De hecho, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indicó en un estudio que el consumo en países desarrollados —más sensibles a los principios ESG— ayuda a cambiar la cadena de valor. Es decir, con un consumo más consciente, los exportadores privilegian la compra de productos apegados a estos principios. 

Los principios ESG involucran a las empresas, gobierno y sociedad civil

Aunque la comunidad empresarial haga esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estos no serán posibles sin la ayuda del gobierno y la sociedad en general.

De hecho, un estudio de UBS de 2021 señaló que 58% de las empresas que cotizan en la bolsa tienen un rezago en la puesta en marcha de los principios ESG, dijo Ariza. Esto significa que estos criterios necesitan impulso desde varios frentes.

“Se requiere de un convencimiento y participación de todos los actores del país. No puede ser algo que se le eche la responsabilidad a las empresas o a los mercados”, dijo Joel Muñiz socio senior partner de BCG.

No obstante, México y Brasil están en un nivel promedio de desarrollo de los criterios ESG; mientras que otros países de Latinoamérica como Venezuela tienen un claro rezago. En contraste, Chile muestra más convencimiento social y empresarial de impulsar estos criterios.

“(Los principios ASG) no son un gasto, es una inversión que hacen las empresas hacia su viabilidad futura”, destacó Muñiz.

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