• Correr distancias largas puede ser duro para el sistema digestivo debido a la mecánica y al flujo sanguíneo.
  • Para reducir el riesgo de fugas el día de la carrera, practica tu dieta e hidratación y evita los alimentos grasosos.
  • En caso de que te entren ganas, estudia la ruta previamente y lleva toallitas para bebés.

Correr un maratón no es solo una hazaña de fuerza, resistencia y perseverancia: también puede ser un logro para el colon.

«Al fin y al cabo, correr durante horas pone a prueba los órganos», explica a Insider Tamara Duker Freuman, dietista neoyorquina que trabaja en una consulta de gastroenterología.

«Además, aleja la sangre del tracto digestivo y la dirige hacia las piernas», explica. Esto puede provocar incontinencia en algunos corredores y estreñimiento en otros.

Aunado a esto, los horarios de salida matutinos pueden impedir que algunos corredores hagan sus necesidades antes de que suene la señal de salida. Los nervios del día de la carrera tampoco ayudan, según explicó a Insider la entrenadora de corredores Carrie Zimmerman. «La ansiedad de correr una carrera o con gente nueva puede activar los intestinos en momentos inoportunos», dijo.

En efecto, las molestias digestivas a mitad de carrera son habituales. Los estudios demostraron que entre 30% y 65% de los corredores tienen alguna dolencia abdominal.

Pero hay maneras de reducir las posibilidades de que los corredores defequen el día del maratón —y de hacer que la necesidad de ir sea un poco menos incómoda.

Cómo reducir el riesgo de fugas en la carrera

Lo que entra antes de una carrera afecta a lo que sale y cuándo. Los alimentos picantes, grasosos o muy fibrosos pueden ser contraproducentes.

Jenn Savedge, una profesional del marketing en Virginia, lo aprendió de la manera más dura al regalarse un sándwich de carne asada de una clásica carnicería neoyorquina un día antes del maratón en 2014. La carrera, dijo, «fue literalmente un recorrido por los baños portátiles de la ciudad».

En su lugar, los expertos recomiendan hacer pequeñas comidas ricas en carbohidratos el día anterior, así como un desayuno rico en carbohidratos unas horas antes de la salida. Un pan con mantequilla de cacahuate y plátano es un ejemplo de comida previa a la carrera con una buena proporción de carbohidratos, grasas y proteínas.

«Durante la carrera, ten cuidado con los geles hechos con lactosa o fructosa, en lugar de glucosa simple, que puede ser más difícil de digerir para algunas personas», dijo Duker-Freuman.

La hidratación antes de y durante la carrera también es clave, pero no con bebidas con cafeína si tu estómago es sensible a ella.

«Practica tu comida antes de correr igual que practicas tu carrera», dice Amy Goodson, dietista deportiva, a Runner’s World. «Prueba unos cuantos desayunos en días de carrera larga y comprueba qué es lo que mejor funciona».

Deirdre Keane suele hacer caso a la mayoría de estos consejos, y ya completó 34 maratones. Pero en 2014, su apurado desayuno no se digirió del todo —y la obligó a parar en nueve baños portables en los primeros 25 kilómetros de la carrera de 42 km.

Qué hacer si te dan ganas

A veces, las ganas de ir al baño el día de la carrera simplemente ocurren. En ese caso, los corredores recomiendan checar previamente en qué lugares del recorrido habrá baños públicos y llevar papel higiénico o toallitas para bebés en la cangurera.

Beber líquidos fríos y reducir la velocidad también puede ayudar a calmar el malestar estomacal. Eso «permite que el flujo sanguíneo se redistribuya en el tracto gastrointestinal, y puede ayudar a sentirse mejor», dijo Goodson a Runner’s World.

Pero esperar que la sensación pase no suele ser eficaz. Si puedes encontrar un baño, Zimmerman sugiere que lo aproveches. «Yo me metería en él y me iría rápidamente, y me ocuparía de mis asuntos. Entonces correrás más rápido porque estás más cómodo», dijo.

Incluso la atleta de élite Shalane Flanagan, que ganó el maratón de Nueva York en 2017, tuvo que hacer una parada en Boston en 2018. Solo le costó 13 segundos, y pronto recuperó el ritmo del pelotón, quedando finalmente séptima.

Algunos corredores se retiran a una zona apartada para hacer sus necesidades en la naturaleza, y nunca falta el corredor que va en pants. Así lo hizo Tamara Torlakson, que logró un récord personal solo 13 meses después del parto.

«No quería que una sola caca lo estropeara todo», explica a Insider.

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