• Vinicius Junior, delantero del Real Madrid, recibió insultos racistas durante un partido disputado el 21 de mayo.
  • El debate que este caso despertó pone en evidencia el racismo que aún existe en el futbol español.
  • Además, podría ayudar a erradicar los discursos de odio en este deporte.
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En el partido de La Liga entre el Valencia y el Real Madrid del pasado 21 de mayo, el delantero madridista Vinicius Junior encaró a las personas que lo insultaban con gritos simiescos desde las gradas.

Desafortunadamente, son agresiones racistas recurrentes en los campos de futbol contra los jugadores africanos o afrodescendientes que —puntualmente y de manera intensa y extensa— los medios enfocan mediante casos particulares.

En 2020, un futbolista del Athletic de Bilbao, Iñaki Williams, sufrió ataques racistas en el estadio del RCD Espanyol, en Barcelona.

¿En el caso Vinicius negamos el racismo en España y en el futbol español? ¿Hablamos de una minoría de “impresentables”? ¿Argumentamos que el jugador es un provocador? ¿Negamos el racismo propio justificando que son actos recurrentes en todos los estadios? En caso de que sea cierto, hemos avanzado poco.

No obstante, históricamente, todo queda en una efervescencia puntual y siempre se niega o banaliza el racismo. Si realizas una búsqueda en línea sobre los “incidentes racistas en el futbol español”, obtendrás una lista muy actualizada de agresiones racistas en los estadios.

Soy mejor que tú

No encontrarás el audio original de 2004 en el que Luis Aragonés discutía contra Thierry Henry: “Dígale al negro: ¡Soy mejor que tú!… ¡Negro de mierda, soy mejor que tú!”.

Eso se ha borrado.

Se habla mucho de la agresión contra Eto’o en Zaragoza, pero se olvidan las acusaciones a la víctima argumentadas por su inestabilidad emocional.

“Eto’o pierde la cabeza y ataca a un periodista”. “Eto’o es una bomba de tiempo a punto de estallar”. “Una personalidad completamente impredecible”. “Amenaza con abandonar la cancha por insultos racistas”.

Como consecuencia, deben plantearse algunas cuestiones: ¿Realmente todas las partes implicadas (instituciones, clubes o medios de comunicación, etc.) tienen interés por acabar con el racismo en el futbol español? ¿Conocemos acciones o iniciativas en este sentido?

El papel de las instituciones futbolísticas

Hace más de dos décadas que instituciones internacionales como la UEFA y las Naciones Unidas (ONU) han creado y amparado organizaciones y campañas contra el racismo en el futbol.

Se ha denunciado internacionalmente el impacto en los agredidos, la normalización de las agresiones racistas en el futbol y su repercusión social.

Sin embargo, apenas se conocen en España acciones por parte de los clubes más allá de fotos con alguna pancarta al inicio de algún partido. Aunque el 23 de mayo, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), La Liga y el Consejo Superior de Deportes (CSD) lanzaron hasta final de temporada una campaña de concienciación contra el racismo.

Busquemos ejemplos en otros países. El futbol inglés asumió hace mucho tiempo la necesidad de lucha contra los discursos de odio (racismo, machismo o LGTBIfobia, etc.) que eran sistemáticos y normalizados socialmente. En la temporada 2019-2020 se denunciaron 319 incidentes racistas.

Se actúa en ámbitos diversos. En la sensibilización y toma de conciencia del problema, los propios jugadores se convirtieron en abanderados contra los discursos y delitos de odio uniéndose bajo el lema Black Lives Matter.

La pasada temporada, jugadores y árbitros de la Premier League llevaron la insignia no room for racism (“no hay espacio para el racismo”).

Como herramienta educativa, la Premier League creó un pack para trabajar en las escuelas. Analizan los impactos negativos que provoca el racismo y cómo luchar contra esta violencia. Incluye videos de futbolistas y propuestas de actividades.

Para atajar las agresiones, la Premier League también inició el proyecto Report Racism, al que se envían imágenes o información de agresiones racistas. Los clubes cuentan con un servicio de mensajes para actuar inmediatamente contra la violencia racista en los estadios.

¿Funcionan? No es perfecto, pero muestra actitud e intención para luchar contra la violencia en los estadios de manera sistemática. Con estas medidas, en un año se han visibilizado las agresiones racistas con un aumento de denuncias del 41%.

El papel de los clubes

Aquí solo hay preguntas:

  • ¿Los estadios son espacios seguros para grupos ultras y violentos
  • ¿Tienen total impunidad para agredir con insultos racistas, machistas y homofóbicos?
  • ¿Tienen derechos y privilegios en sus estadios y/o en sus desplazamientos?
  • ¿Cómo se actúa ante agresiones (racistas, machistas, LGTBIfóbicas) en el campo o en los estadios?
  • ¿Los clubes exigen medidas contra las agresiones generadas por otras aficiones y se castigan las agresiones de los propios?
  • ¿Cuántos clubes han actuado después de sanciones y cuantos han exigido una anulación de las sanciones?

Más allá de algún caso puntual, en España o no se promueve la sanción o los tribunales no las han aceptado o aprobado.

El papel de los medios

Como se puede observar en redes sociales, al grito de “y tú más”, las hemerotecas revelan una histórica falta de responsabilidad de medios y periodistas en la lucha contra el racismo.

Hoy, ellos son quienes se esconden abanderando un discurso desde una superioridad moral que, ni es creíble, ni genera confianza.

La literatura sobre periodismo deportivo parece confirmar que buena parte de la profesión ha demostrado falta de rigor y profesionalidad, transformándose en ultras del propio equipo.

Los medios han buscado audiencias mediante discursos épicos, dramáticos y emocionales. Además, el futbol se siente como espacio de hombres blancos heteronormativos y en donde mediáticamente funciona el enfrentamiento “nosotros contra ellos”.

Como consecuencia, es un “periodismo de bufanda”, pura emoción, sin reflexión crítica y amparándose en discursos que incitan al enfrentamiento y abren camino a discursos excluyentes y discriminatorios.

Racismo más allá de los gritos

Vinicius Junior
JOSE JORDAN / AFP

El caso Vinicius puede ayudar a entender que los gritos simiescos no son una manera más de “desconcentrar los futbolistas”. Sin embargo, este racismo biológico más burdo también se manifiesta en discursos supuestamente más sutiles.

Un ejemplo: en la temporada 2019-2020, RunRepeat, en colaboración con la Asociación de Futbolistas Profesionales de la Premier League, analizó 2,073 declaraciones de comentaristas en 80 partidos de futbol que mencionaban a 643 jugadores de varias procedencias etnoculturales.

Al hablar de inteligencia, estrategia de juego o ética de trabajo, más del 60% de los elogios fueron para jugadores blancos. 63.33% de las críticas fueron contra jugadores no blancos. Eso sí, destacaban su velocidad y su fuerza.

La literatura científica sobre los discursos racistas en el ámbito deportivo (Van Sterkenburg y Knoppers, 2012Carrington, 2008Farrington et al., 2012) evidencia cómo los jugadores blancos son representados dirigiendo el juego desde la inteligencia, la calidad y el esfuerzo.

Por su parte, los jugadores africanos o afrodescendientes son destacados por su físico y potencia natural, es decir, conseguida sin esfuerzo.

Es la dialéctica “músculo vs inteligencia”.

¿Superioridad moral? ¡No, gracias!

Es posible que Vinicius no sea un jugador impecable e irreprochable en sus actitudes. También que los clubes, medios y aficiones estén instrumentalizando la situación y abanderando una campaña antirracista que no se sostiene ante las revisiones de hemeroteca.

Incluso es posible que se estén tomando decisiones injustas e irresponsables generando enfrentamientos entre clubes y aficiones. Casi todos pueden tener razón, pero nada justifica la violencia racista.

Esta es una oportunidad para eliminar los discursos de odio en el futbol: racismo, machismo, LGTBIfobia, etc. Cambiar conductas y normas desde la sensibilización, la educación y/o las sanciones.

Por cierto, después de años de insultos racistas, machistas y homófobos en España, solo se ha suspendido un partido, cuando la grada de Vallecas llamó nazi a Zozulya.

Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.

*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

*Raúl Martínez-Corcuera es profesor en la Universidad VIC de la Universidad Central de Cataluña.

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