• Cordyceps sinensis es un hongo ampliamente usado desde hace siglos en la medicina tradicional china.
  • Fue descubierto por pastores hace 1500 años en las montañas de Tíbet.
  • Una molécula de este hongo del Himalaya alterado de forma química podría emplearse para un nuevo fármaco de quimioterapia.

Un hongo del Himalaya atesora una molécula que podría revolucionar las quimioterapias gracias a su potencial anticancerígeno. 

Científicos de la Universidad de Oxford y la biofarmacéutica Nucana desarrollan un fármaco para el cáncer derivado del hongo del Himalaya Cordyceps sinensis, también llamado hongo-oruga.

Este crece como parásito en los insectos y es común en las regiones montañosas del Nepal y el Tíbet.

Las tradiciones orientales del Himalaya emplean este hongo como hierba sanadora y sustancia afrodisíaca

Entre sus posibles beneficios para la salud figuran la mejora del desempeño físico y la función sexual, la protección hepática y la atenuación del daño cardíaco, así como propiedades antiinflamatorias. 

Ahora la cordicepina, un compuesto derivado de Cordyceps sinensis y alterado de forma química, podría servir como nuevo fármaco para quimioterapia, según la investigación recientemente publicada en la revista Clinical Cancer Research. 

El medicamento derivado del hongo del Himalaya mata las células cancerosas con una potencia 40 veces superior al compuesto natural.

El resultado recibe el nombre de NUC-7738 y, en comparación con los medicamentos de quimioterapia existentes, también resulta menos dañino para el cuerpo.

Todavía hay muchos peros y un largo camino por delante, ya que el fármaco está en las primeras etapas de desarrollo. 

Alteración química de la cordicepina para ser 40 veces más eficaz

Para desarrollar el medicamento los científicos tuvieron que resolver varios problemas.

La cordicepina se degrada con bastante rapidez en el torrente sanguíneo, ya que una enzima conocida como ADA la descompone enseguida: apenas sobrevive minuto y medio en el plasma. 

Por otra parte, las células tienen dificultades para absorber el compuesto, debilitando la eficacia de la molécula contra las células tumorales. 

Para hacer posible el fármaco, NUC-7738 aprovecha una serie de ventajas de ingeniería para permitir que la cordicepina ingrese a las células independientemente de los transportadores de nucleósidos, mejorando sus capacidades anticancerígenas. 

También se diferencia de su contraparte natural en que está preactivado y resiste a la degradación en la sangre: cuenta con protección incorporada contra ADA.

Sus modificaciones logran que las propiedades anticancerígenas sean 40 veces más potentes, dato que se extrae de los experimentos in vitro con células cancerosas humanas. 

Los resultados preliminares del primer ensayo clínico en humanos de NUC-7738, que comenzó en 2019 y aún está en curso, son positivos hasta el momento.

Cuando se demuestre la seguridad del fármaco y se defina el régimen recomendado para los pacientes se avanzará en su evolución clínica. 

Las muestras de tumores obtenidas de los ensayos clínicos de fase I en curso se utilizaron luego para probar su eficacia en humanos, y estos experimentos validaron los hallazgos anteriores.

Los autores también concluyeron que tiene efectos secundarios tóxicos limitados. 

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