Paul Alejandro Sánchez

Paul Alejandro Sánchez

Energía Circular

Concluyeron los Juegos Olímpicos Tokio 2020 que, por motivos de pandemia, se pospusieron hasta este 2021. Hay dos símbolos muy interesantes de energía y economía circular que ocurrieron en este evento y que, tiene sentido, que haya sido en Japón. El primero es que, para mantener la llama olímpica, se haya utilizado hidrógeno; el segundo, que los metales de las medallas provinieron de materiales reciclados.

Indudablemente, la llama olímpica es uno de los símbolos más reconocidos de los Juegos Olímpicos y tiene una historia muy interesante. De acuerdo con los historiadores, en las Olimpiadas de la antigua Grecia se encendía un caldero en los templos de Zeus y Hestia durante la justa.

Existía toda una tradición en la antigua Grecia. El fuego se iniciaba unos meses antes de los juegos en el templo de Hera donde se encendía con la luz del sol a través de un espejo parabólico; después, era transferido a una antorcha junto con una rama de oliva y se le entregaba a un atleta de alto prestigio en Grecia. Finalmente, se liberaba una paloma blanca. 

El atleta viajaba por todo el país hasta llegar a la ciudad sede de los Juegos Olímpicos para encender la llama olímpica, lo que daba inicio a la justa.  Parte importante de este simbolismo se recoge en los juegos modernos desde 1928, cuando se introdujo en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam, Holanda.

Actualmente, la antorcha se enciende en Grecia y viaja por el mundo —incluso llegó al espacio en 2014—, hasta llegar a la ciudad sede de los Juegos Olímpicos, en este caso, Tokio. Para este evento, Japón diseñó un caldero esférico alimentado, por primera vez en su historia, por hidrógeno.

Ya hemos hablado en otra ocasión de la apuesta de Japón por el hidrógeno, por lo que hace muchísimo sentido que, en tiempos de crisis climática y el creciente interés por impulsar una transición energética, la llama olímpica de Tokio 2020 se presente como un símbolo para reducir el uso de las fuentes fósiles de energía, dado que la combustión del hidrógeno no emite gases de efecto invernadero, sino que solo produce agua. 

Otra característica importante es que la combustión de hidrógeno es incolora, es decir que no produce la característica llama amarilla. Para resolver este inconveniente, a la llama se le roció carbonato de sodio.

Por otro lado, respecto a las medallas, para crear las 5,000 medallas para los olímpicos de Tokio 2020, Japón utilizó 78,985 toneladas de desechos electrónicos, incluyendo más de seis millones de celulares, los cuales fueron reciclados y procesados para obtener oro, plata y bronce reciclado, los cuales después fueron entregados a los artesanos para crear las medallas olímpicas. Esta es la primera vez que se utilizan metales reciclados en los Juegos Olímpicos y es un gran ejemplo que pone Tokio para encaminar al evento en la senda de la economía circular.

Sin duda, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 serán históricos, no solo por su retraso por la pandemia derivada del Covid-19, sino también por una llama olímpica histórica que no usa fuentes fósiles y por unas medallas históricas que utilizaron material reciclado para su elaboración. Esperemos que esto sea una práctica recurrente en futuros juegos.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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