• Los científicos descubrieron una enorme colonia de esponjas marinas en la cima de una montaña de aguas profundas en el Océano Ártico.
  • Las esponjas, que tienen una edad media de 300 años, se alimentan de gusanos fosilizados.
  • Es el último descubrimiento en las aguas inexploradas e incrustadas de hielo de los océanos polares de la Tierra.
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En las profundidades del mar ártico, incrustados de hielo cerca del Polo Norte, sobre un volcán inactivo de aguas profundas, una comunidad de esponjas marinas sobrevivió durante siglos comiendo los fósiles de gusanos extintos.

Los investigadores descubrieron la montaña submarina en 2011. Esto mientras cartografiaban aguas árticas inexploradas a lo largo de la cresta Gakkel, situada en el fondo del océano. Cuando enviaron un trineo cargado de cámaras a través del hielo y hasta la cima de la montaña, los científicos se sorprendieron al encontrarla repleta de miles de animales grandes, redondos, blandos y sin rasgos, cubiertos de cerdas como el pelo.

«No vimos ningún fondo marino. Solo vimos vida. Había una esponja sobre otra, y eran enormes», explicó Antje Boetius, bióloga de aguas profundas.

A medida que el equipo de Boetius estudiaba las esponjas, aprendía detalles extraños sobre ellas. En promedio, las esponjas de esta montaña tienen 300 años de edad. Algunas de ellas se mueven lentamente, lo que sorprendió a los científicos porque nadie había documentado nunca el desplazamiento de esponjas salvajes. Boetius y sus colegas pudieron ver las huellas donde las criaturas se habían arrastrado cuesta arriba.

Los investigadores también encontraron estrellas de mar en el lugar, junto con pruebas de que las estrellas de mar se alimentan de esponjas en descomposición|Alfred-Wegener-Institut / PS101 AWI OFOS system/ Antje Boetius

En montañas de aguas profundas, las corrientes oceánicas transportan nutrientes que llueven sobre la cima y alimentan a los organismos que viven allí. Pero en esta montaña, las mediciones de los científicos no revelaron tales nutrientes ni otras fuentes de alimento.

Era un misterio, dijo Boetius. «En medio de la nada, cerca del Polo Norte, en el entorno más pobre en nutrientes de la Tierra… ¿Por qué tenemos la mayor acumulación de esponjas jamás registrada en las profundidades marinas?».

Tras cinco años de expediciones a Gakkel Ridge, los investigadores determinaron que estas esponjas sobreviven digiriendo restos fosilizados de una vasta comunidad de gusanos extintos. Sus conclusiones se publicaron el martes en la revista Nature Communications.

El estudio sigue a otro descubrimiento de los océanos polares que los colegas de Boetius en el Centro Helmholtz anunciaron en enero. Este fue un nido de 60 millones de peces de hielo que se reproducen en un mar antártico.

«Para mí, esto significa que no sabemos lo suficiente sobre los océanos», dijo Boetius. «A veces lo llamo un planeta extraño en el planeta Tierra, porque está tan lleno de vida desconocida», añadió.

Las pistas en el fondo del océano ayudaron a resolver un enigma al estilo de Sherlock Holmes

esponjas marinas 300 años | Business Insider Mexico
Un robot de aguas profundas recoge una esponja de la comunidad de montes submarinos del Ártico para su estudio|Cortesía de Chris German / NUI; copyright WHOI

Cuando los científicos escudriñaron la cima de la montaña en busca de señales de alimento para esponjas, vieron hilos negros y crujientes por todas partes. El material formaba gruesas esteras en algunos lugares.

Boetius recordó que los volcanes de aguas profundas expulsan gases como metano y el azufre. Estos, pueden convertirse en energía, un recurso crucial en un lugar carente de luz solar. Anteriormente había estudiado los respiraderos de metano de las profundidades marinas. Entre las formas de vida más comunes en torno a esos respiraderos estaban los gusanos tubulares.

Los tubos vacíos, que en su día encerraban gusanos fosilizados, cubren la zona donde viven las esponjas|Izquierda: Mario Hoppmann; Derecha: Antje Boetius

Quizá los misterios de la desaparición de los fósiles de gusanos y la falta de una fuente de alimento estuvieran relacionados. Los investigadores recurrieron a las esponjas que habían capturado y analizaron los microbios en sus cuerpos, ya que las esponjas suelen ser más bacterias que esponjas.

Descubrieron que las esponjas «tienen enzimas y herramientas para digerir detritus, detritus fosilizados muy antiguos», dijo Boetius, y añadió: «Se trataba de material antiguo y degradado».

La prueba de fuego fue que las esponjas llevaban los mismos isótopos de nitrógeno y carbono que los gusanos sobre los que se asentaron.

«Fue un enorme proyecto de detective, como el de Sherlock Holmes», dijo Boetius. «Teníamos un enigma que resolver, y nos llevó mucho tiempo tener todos los datos juntos».

Los investigadores no encontraron signos de ventilación de metano, ni un solo gusano vivo.

El volcán está inactivo y los gusanos se extinguieron hace miles de años, pero sus restos alimentan ahora una comunidad de criaturas de otro mundo.

Los biólogos se apresuran a estudiar los ecosistemas oceánicos antes de que desaparezcan

esponjas marinas 300 años | Business Insider Mexico
Esponjas marinas en el yacimiento de Gakkel Ridge|Alfred-Wegener-Institut / PS101 AWI OFOS system/ Antje Boetius

No está claro cuándo las esponjas marinas se quedarán sin gusanos muertos que comer, pero Boetius cree éstos reducirán drásticamente una vez que los fósiles desaparezcan. Algunas esponjas pueden sobrevivir comiendo las algas que caen ocasionalmente desde arriba o excremento de crustáceos que pasan flotando.

Sin embargo, Boetius también piensa en otros problemas que se avecinan en los ecosistemas oceánicos. Teme que el cambio climático, los plásticos y la contaminación estén cambiando los mares más rápido de lo que los investigadores pueden estudiar.

Los océanos cubren 70% de la superficie de la Tierra, y se calcula que 80% de esas aguas permanecen sin cartografiar ni explorar, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Además, la temperatura y la acidez de los océanos aumentan; y sus ecosistemas están especialmente amenazados en los polos de la Tierra, que se calientan más rápido que cualquier otro lugar del planeta por lo que están perdiendo rápidamente la capa de hielo marino.

Boetius espera que más expediciones científicas en aguas profundas como la suya estudien los ecosistemas de difícil acceso antes de que cambien con el clima.

«Creo que es importante que la diversidad de la vida en la Tierra tenga al menos un registro, una imagen, una muestra, un nombre, porque quizá estén desapareciendo o cambiando», dijo Boetius.

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