• En una encuesta reciente, 97% de las personas dijeron los emojis que agregaron algo "extra" en las comunicaciones digitales.
  • La palabrería y el uso excesivo de la puntuación nos ayudan a evitar que nos malinterpreten, destacan los expertos.
  • Si bien esto puede provocar fatiga psicológica, tiene ventajas para los equipos.
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Los emojis y el exceso de signos de puntuación aparecieron en nuestras vidas y se colaron en el trabajo. Estos son ejemplos al respecto:

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Bienvenido al extraño, agotador y común mundo de Slack y otras aplicaciones de mensajería instantánea.

Todos lo hacemos. De hecho, parece que no podemos evitarlo. Los mensajes sobrescritos con puntuación de más y abundantes emojis son tan comunes en los lugares de trabajo remotos de la actualidad como lo fueron las sobras malolientes que quedaron en el refrigerador de la oficina en 2019.

Según una encuesta realizada por Loom a aproximadamente 3,000 personas trabajadoras de Estados Unidos y Reino Unido, 97% dijeron que sentían la necesidad de agregar algo «extra» en la comunicación digital, incluidas oraciones múltiples, puntuación adicional y emojis, para aclarar el tono y el significado.

Agotamiento mental

Puede parecer inocuo (algunos signos de exclamación por aquí, una carita sonriente al revés por allá), pero los expertos dicen que tener que explicarse en Slack o cualquier aplicación de mensajería instantánea puede ser psicológicamente agotador. 

Eso se debe en gran parte a la gran cantidad de mensajes digitales con los que lidiamos durante la jornada laboral. 

Un informe de Zapier elaborado el año pasado encontró que 90% de los trabajadores pasaban hasta cinco horas al día revisando las aplicaciones de mensajería del trabajo como Slack y Microsoft Teams, entre otras.

«Ciertamente no ayuda a nuestra ansiedad social», comentó Aditi Paul, profesora asistente en la Universidad Pace cuya investigación se enfoca en la influencia de la tecnología en la comunicación interpersonal. 

Pero según Paul y otros expertos, eliminar definitivamente las explicaciones de Slack no es una solución, ya que pensar más en los demás tiene claros beneficios.

El equilibro, mencionan, vive en la intersección de la empatía y la autenticidad: ser considerado con los miembros del equipo y, al mismo tiempo, mantenerse fiel a uno mismo. 

Si te inclinas demasiado en cualquier dirección, aumentas el riesgo de agotamiento y desconexión para ti y los demás.

«Convertir tus pensamientos en comunicación escrita es muy diferente a escupir palabras en una reunión», puntualizó Paul. 

«Tienes que pensar en tu mensaje, considerar el contexto e imaginar cómo se interpretará en última instancia. Todos esos microcálculos hacen que el proceso sea complicado y agotador. Por supuesto, nos pasará factura».

¿Por qué hay que explicar con emojis?

Cuando las oficinas cerraron en marzo de 2020, casi toda la comunicación se volvió digital, aparentemente de la noche a la mañana. 

Desde entonces, el trabajo remoto o híbrido se ha convertido en el predeterminado para parte de la población. 

La falta de interacción «cara a cara» con los colegas dificulta el desarrollo de ritmos naturales de comunicación. 

Natalie Bartels, una gerente sénior de relaciones públicas de 31 años, vive en San Diego. 

Ella dirige un equipo de 10 personas de la generación Z repartidas por todo Estados Unidos. Dijo que tuvo que cultivar una personalidad «de Slack» en el trabajo que es marcadamente diferente de su comportamiento en la vida real, que tiende a ser «sarcástico y seco».

Bartels comentó que, a menudo, le preocupa que los mensajes de Slack que envía a los miembros de su equipo se malinterpreten, por lo que «los altera con emojis y signos de exclamación» para asegurarse de que no sean demasiado negativos. 

«Tengo que asegurarme de que suene bien», declaró.

Su impulso es de bondad, pero eso no lo hace menos agotador. Ha visto a sus colegas en persona solo unas pocas veces.

«Tengo que pensar en los sentimientos de los miembros de mi equipo: si alguien está teniendo un mal día, no quiero que un mensaje sea la razón por la que se vuelvan locos», puntualizó. «Pero también es muy agotador tener que pensar en eso todo el tiempo».

Replicar lo que nos falta

Estamos constantemente tratando de replicar lo que falta de cómo hablamos en la vida real en nuestra «personalidad» digital, según Jeanine Turner, profesora de la Escuela de Negocios McDonough de la Universidad de Georgetown y autora de «Estar presente: Comandando la atención en el trabajo (y en casa) mediante la gestión de tu presencia social«.

Cuando estamos físicamente con otras personas, nos comunicamos tanto verbal como no verbalmente a través de nuestras expresiones faciales, lenguaje corporal, tono y uso del espacio, detalló. 

En un entorno que elimina las señales (correo electrónico, mensajes de texto y Slack), sentimos la necesidad de complementar lo que decimos. 

«En persona, podrías decir ‘¡Qué gran idea! Sonreirías y te inclinarías hacia adelante; habría emoción en tu voz», comentó.

 «Tu desafío en Slack o cualquier plataforma es comunicar ese mismo entusiasmo con las manos atadas a la espalda. Si tuvieras que decir ‘agradable’ o ‘bien’ sin un signo de exclamación o un emoji sonriente, la otra persona podría salir pensando: ‘¿Esto es horrible?'».

La ventaja sutil de las plataformas y los emojis

Sí, explicar en Slack o cualquier plataforma de mensajería instantánea requiere un esfuerzo adicional. Y hay algo de pensamiento excesivo y dudas psicológicas involucradas. 

Pero, consideró Turner, puede que sea para bien. Cuanto menos conozcas a una persona, mayor será el esfuerzo que tendrás que hacer para transmitir el significado de algo. 

Después de todo, con tan poca interacción «cara a cara», ¿de qué otra manera brillará tu personalidad

“Con el trabajo remoto, la relación no puede desarrollarse de otra manera”, señaló. 

«Elimina las oportunidades de conocer a alguien en la ‘hora feliz’, o con una porción de pastel de cumpleaños en el comedor de la oficina. Slack (un otra vía) y el correo electrónico son las maneras en que construyes relaciones».

Además, el fenómeno tiene un lado positivo, reflexionan los expertos. El impulso de la mensajería instantánea nos obliga a comunicarnos con claridad y empatía, una habilidad muy necesaria en el lugar de trabajo actual, hizo énfasis Paul, de la Universidad de Pace. 

En dosis demasiado altas, puede dejar a los más animados de nosotros sintiéndonos agotados. 

Pero «con medida», puede promover la cohesión entre los equipos y, en última instancia, hacernos mejores personas.

«Tienes que pensar en cómo tu audiencia recibirá tu mensaje», concluyó Paul, «lo que te hace más consciente y sensible».

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