Rosalinda Ballesteros

Rosalinda Ballesteros

La Ciencia de la Felicidad

Seguro lo notas, la mayoría de los habitantes del país y del mundo se han dejado arrastrar por la polarización de las emociones que nos provocan los malos resultados del manejo de la política, la economía, la vida laboral, la salud o el bienestar públicos.

Quizá conoces a gente de todos lados que se sienten infelices, molestas, con posturas realmente extremas sobre la vida.

Es un fenómeno que no es privativo de México y que en julio pasado Gallup nos hizo un fuerte llamado de atención con su reporte Global de las Emociones 2022 (Gallup Global Emotions 2022).

Resulta que desde 2011, la percepción de infelicidad en el mundo mantiene un importante crecimiento, pasó de un índice 24 en ese año, a 33 en 2021. Es decir, cada vez más personas experimentaron emociones de infelicidad pese a los avances tecnológicos de nuestros tiempos.

En contraste, el índice global de experiencias positivas bajó a 69, así que nos encontramos igual que ese año, aunque hay que aclarar que bajó dos puntos respecto a 2020.

Dicho de manera sencilla, hay en el mundo una mayor percepción de la infelicidad y una menor percepción de la felicidad; y no es necesariamente por la pandemia, sino que es resultado de una tendencia que se vive desde hace 10 años.

¿A qué se debe esta polarización en las emociones?

Gallup hace esta medición desde 2006. Pregunta, en esta ocasión a 127 mil personas de 122 países, si un día antes de la encuesta había tenido alguna emoción negativa como dolor físico, preocupación, tristeza, estrés o enojo; o, en sentido contrario, si se había sentido reconfortado, respetado, que había aprendido algo, disfrutado el día o tenido la ocasión de sonreír o de plano carcajearse.

Como ya dije los resultados no son nada alentadores y sí complicados de entender y resolver.

La propia firma explica que el aumento de la infelicidad por décimo año consecutivo se puede deber al aumento de la pobreza, tantas comunidades con ambientes difíciles, el hambre, la soledad y la falta de un buen trabajo.

Sin duda que podemos culpar a los políticos de estas sensaciones: lejos de disminuir, la pobreza y el hambre han aumentado; las personas carecen no sólo de trabajo, sino de uno que los haga sentir bien, y hay millones de personas que pasan semanas sin platicar con nadie. 

Sin embargo, hay que admitir que realmente urge que todos trabajemos en el bienestar, de manera personal, familiar, comunitaria, como país y globalmente. 

Es verdaderamente terrible que con tanto desarrollo no podamos acercarnos a la felicidad, pues como se ha visto, no es un tema de riqueza. Entre los países más felices del índice, siempre están los latinoamericanos (Panamá ocupa el primer lugar). 

Si no empezamos por aprender a manejar nuestras propias emociones, sin dejarnos enganchar por la polarización que predomina en el mundo, poco podremos hacer más por los otros y por presionar a los políticos para que hagan las cosas lo mejor que pueden. Su deber es no hacer menos que eso.

emociones | Business Insider Mexico

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en Facebook , InstagramTwitter y LinkedIn

Consulta a más columnistas en nuestra sección de Opinión