- No quieres volver a la oficina? Prepárate para perder tu empleo.
- Ese es el mensaje de los jefes en Silicon Valley y Wall Street.
- Millones de empleos podrían perderse si los trabajadores no regresan a las oficinas.
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Comienza a parecer el verano más cruel para los trabajadores que ya se despiden a regañadientes de la libertad hogareña para regresar a la oficina. De lo contrario, se arriesgan a desatar en la ira de sus gerentes.
Desde Silicon Valley hasta Wall Street, los empleadores se preparan para ser implacables con cualquier trabajador que planee interponerse en su gran campaña del regreso a la oficina, que parece culminar justo después del Día del Trabajo.
Desde que comenzó la pandemia de covid-19, millones de estadounidenses de cuello blanco esperaban que el trabajo remoto continuara. Operan bajo la premisa de que los empleadores confían en que trabajarán en su propio espacio mientras equilibran su vida personal.
Es cierto que más trabajadores han comenzado a regresar a las oficinas en cierta medida. Pero no es resultado de una compulsión severa o porque el trabajo remoto haya perdido popularidad.
Una encuesta mensual realizada por la Universidad Stanford, la Universidad de Chicago, el MIT y el ITAM en México encontró que los residentes estadounidenses disfrutaron de más de 30% de sus días completos pagados en casa en julio. Esto muestra la persistencia del trabajo remoto más de tres años después de que comenzara la pandemia.
Pero parece que los empleadores han tenido suficiente.
Las órdenes para que los trabajadores regresen a la oficina ya son más agresivas frente a una recesión económica que ha sacudido a los directores ejecutivos que luchan con tasas de interés elevadas, la amenaza de la inteligencia artificial, una creciente inclinación hacia el proteccionismo y más.
El incumplimiento de estas instrucciones parece significar una sola cosa: ser despedido. En otras palabras, la campaña de regreso a la oficina está a punto de entrar en su peligroso juego final.
Las amenazas para el regreso a la oficina están aquí
Echemos un vistazo a Meta, de Mark Zuckerberg, que la semana pasada, endureció sus reglas de regreso a la oficina. Lori Goler, jefa de Recursos Humanos, dijo a los empleados que están «asignados a una oficina» y que necesitaran trabajar en ella tres días a la semana.
Negarse a cumplir con estos nuevos requisitos conlleva consecuencias. «Al igual que con otras políticas de la empresa, las violaciones repetidas pueden resultar en medidas disciplinarias, incluida una disminución en la calificación de desempeño y, en última instancia, el despido si no se abordan», escribió Goler en un foro interno.
Lo que hace que esto sea aún más difícil de aceptar para los empleados es lo rápido que cambió el tono de Meta.
En junio, se les informó que, a partir del 5 de septiembre, asistirían a la oficina tres días a la semana, según The Information. Lo que no se les informó fue lo drásticas que serían las consecuencias si tenían dificultades para cumplir con los nuevos requisitos.
Amazon sigue una estrategia similar a la de Meta, con un regreso a la oficina que implica tácticas de intimidación. El mes pasado, Insider informó que Amazon impondría una «renuncia voluntaria» a cualquier empleado que se niegue a trasladarse a uno de los centros de oficina.
Esto sigue al anuncio del CEO Andy Jassy a principios de este año de llevar a los trabajadores de vuelta a la oficina al menos tres días por semana bajo la premisa de que «aprender unos de otros es más fácil en persona».
En la costa este, los jefes de Wall Street parecen más angustiados ya que enfrentan la presión de reavivar las negociaciones después de una sequía prolongada. Un administrador de fondos de cobertura le dijo a Linette Lopez de Insider: «Absolutamente todos tendrán que volver a sus escritorios para este otoño».
El nuevo nivel de insistencia de los jefes está provocando una inevitable reacción negativa. En Amazon, los empleados se han dedicado a burlarse de los principios de liderazgo de la empresa; un trabajador descontento sugirió que el comportamiento que ahora se espera de ellos es «disentir y cumplir».
En el mundo financiero, los directores pueden encontrarse con que su agresión provoca una ola de renuncias. Una encuesta realizada por Deloitte y Workplace Intelligence en abril encontró que 66% de los empleados en servicios financieros dijo que renunciaría si tuvieran que volver a la oficina cinco días a la semana.
Está claro que las cosas están a punto de complicarse. Pero como pocas personas pueden permitirse estar sin trabajo en este momento, es posible que los empleadores se salgan con la suya.
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