Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

En una de las primeras colaboraciones que tuve el gusto de escribir para Business Insider, hablé del fenómeno en la tarjetas de crédito. Parecía que nos habíamos inundado de ellas. Había una avalancha de ofertas de neobancos, fintechs, sofipos, sofomes y otras entidades financieras; todas ofreciendo tarjetas con requisitos mínimos y la promesa de olvidarte de tu banco para siempre.

En esa ocasión comenté que no recomendaba tener más de dos tarjetas, como máximo, para mantener unas finanzas personales saludables. Mi recomendación y mi opinión al respecto no han cambiado; sin embargo, me pareció prudente hablar hoy del tema, debido a que esta oferta, lejos de disminuir o quedarse en el olvido, ha crecido. Incluso, podemos ver opciones muy interesantes para algunos sectores de la población.

La flexibilidad de los nuevos servicios en tarjetas de crédito

Contraté una tarjeta de crédito con Nu para probar su servicio y, aunque ya la cancelé, puedo decir que es interesante. El usuario tiene la libertad de pedir aumentos en su crédito cada cierto tiempo; mientras mantenga un buen historial, el banco le da más facilidades. Además, tiene la posibilidad de elegir sus fechas de pago, algo que no es común ver en la banca tradicional.

Otra ventaja que me pareció interesante fue la verdadera virtualidad de sus servicios. Todo se puede manejar a través del teléfono móvil. No hay necesidad de pisar una sucursal física, y en cuestión de días ya tienes tu plástico personalizado en casa. Para muchos que crecimos en un mundo sin internet, esta clase de servicio es satisfactorio, por la comodidad de hacer todo desde casa. Además, con sistemas como la doble verificación, la sensación de seguridad en línea ha crecido mucho.

Al mismo tiempo estoy consciente de que estas ventajas pueden no parecer la gran cosa para algunos sectores de la población; incluso, las ven como un retroceso. Quienes necesitan firmar un documento físico al contratar un servicio, pueden sentirse poco protegidos si no existe una sucursal en donde puedan ver cara a cara a una persona para solucionar sus dudas.

Considero que el futuro, tanto de las finanzas, como de los trámites que rodean al sistema económico se encuentra en la digitalización. Esta es la opción que las fintech explotan y donde le ganado terreno a los bancos tradicionales; esto tanto por or practicidad, como por velocidad en las operaciones,

No todo es de color rosa

Claro que esta digitalización de las finanzas tiene sus limitaciones y puntos en contra; es buena idea estar consciente de ellos para evitar caer en potenciales fraudes o malas prácticas.

La primera y quizá más visible es la poca certidumbre que pueden dar algunas empresas. Si bien es imposible eliminar el riesgo al invertir o contratar un servicio financiero, muchas veces da más confianza una empresa donde se puede observar claramente el patrimonio; ya sea en forma de una sucursal física o empleados.

Hay casos documentados de empresas que cerraron de un día para otro por diferentes motivos; dejaron a sus usuarios con un plástico sin fondos, sin la posibilidad de recuperar su dinero y con una deuda ante el buró de crédito.

El trámite y los tiempos para tratar de resolver la situación a favor de los usuarios puede tomar mucho tiempo; esto se convierte en un trámite engorroso para muchos, que en primer lugar era lo que buscaban evitar.

Otra posible situación es encontrar una empresa que promete servicios y beneficios con los que no cumple; por ejemplo, trámites ágiles que se demoran más de lo prometido, o un servicio al cliente 24/7 que deja de funcionar después de cierto horario o fines de semana. Acudir a PROFECO o Condusef en estas situaciones es recomendable. Las posibilidades de obtener un fallo a favor del usuario aumentan; sin embargo, esto también supone gastar tiempo en realizar trámites engorrosos.

Para evitar potenciales fraudes, lo mejor es ser cuidadoso y revisar tus opciones antes de contratar cualquier servicio o tarjeta, justo como harías al elegir un banco tradicional. Puede parecer obvio, pero ante la variada oferta de hoy en día, se vuelve más crítico reunir información para tomar una decisión de este tipo.

Revisa que la empresa en cuestión esté regulada, verificada y autorizada para operar dentro del país. Por regla general, Condusef debe tener registro de ellas para dar certeza a los usuarios de servicios financieros, así que si la empresa no aparece en sus archivos, es mejor que lo pienses bien antes de hacer cualquier trato con ella.

El camino hacia una digitalización completa

Como mencioné antes, considero que la digitalización es el motor que impulsará al mundo financiero para ofrecer más y mejores servicios. Para la banca tradicional, el Internet no era un sistema seguro, y hasta la fecha, en gran medida siguen confiando más en el papel. Los sistemas biométricos y la tecnología de reconocimiento facial, en conjunto con la doble verificación, han hecho que los datos de los usuarios estén más protegidos y que sean más eficientes que incluso un humano detrás de una ventanilla para evitar el fraude.

Otras industrias ya han comenzado esta migración hacia un modelo virtual casi por completo, en donde las sucursales físicas funcionan más como un showroom que como un punto de venta. Los centros comerciales, por ejemplo, han sufrido un cambio que se aceleró con la pandemia, donde las tiendas físicas han tomado más el rol de almacenes o puntos de exhibición para que la gente pueda ver de primera mano algunos productos y comprobar que funcionan, pero la venta se mantiene a través del e-commerce y una gran parte de negocios y cadenas están apostando a este modelo.

Algunas otras, como la aviación civil, ya no se pueden concebir sin la digitalización. Ahora tienes tu pase de abordaje en un código QR que puedes tener disponible en tu teléfono o cualquier otro dispositivo, y que basta con escanearlo para darte acceso al vuelo; todavía en el año 2000, tenía amigos con dudas sobre comprar boletos de avión a través de Internet, cuando lo normal era acudir a una agencia de viaje que te imprimía tus boletos y la gente creía que sería casi imposible sustituirlos.

El cambio generacional ya nos alcanzó, y para quienes no han terminado de dar este salto, las sucursales y servicios tradicionales seguirán ahí con una persona que te atienda cara a cara. La experiencia nos ha enseñado que eventualmente esto se terminará en algún punto, y que incluso los sistemas que hoy por hoy nos parecen modernos, llegarán a su fecha de caducidad para dar paso a nuevas tecnologías. ¿Tú qué prefieres, hacer operaciones en línea o ver a una persona de frente?

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¿Más tarjetas de crédito? | Jonás Cortés Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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