• El profesor Carlos Rosas de la UNAM desarrolló un alimento para pulpo basado en los desechos de pescado.
  • Esto proyecto es un ganar-ganar debido a que pescadores y sus familias pueden vender lo que les sobra de la pesca y Rosas crea el alimento.
  • Sin embargo, la sobrepesca ha creado una presión por criar pulpos en cautiverio, una solución a la que se oponen activistas.
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Cuando el biólogo Carlos Rosas sumerge la mano en el agua de un tanque abierto y la saca, tiene en la palma un diminuto pulpo morado bebé. El animal se retuerce antes de deslizarse de nuevo hacia el depósito, el único hogar que ha conocido junto a otros pulpos.

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Este pulpo, junto con otros 250, vive en cautiverio como parte de un proyecto comunitario en Sisal, una comunidad pesquera en la Península de Yucatán que comenzó hace 15 años como una colectiva de mujeres.

Con la orientación de Rosas, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la pequeña granja desarrolló un alimento patentado para esos cefalópodos sumamente inteligentes.

La instalación se expandió y ahora emplea a pescadores mayores y sus esposas, que pueden recuperar dinero cuando el trabajo se vuelve agotador.

La población de pulpos se está reduciendo por su sobrepesca

Los pulpos son difíciles de criar en cautiverio, pero el aumento de las temperaturas del océano y la sobrepesca están reduciendo su población.

El alza de los ingresos y la preferencia por la cocina internacional están convirtiendo al pulpo en un ingrediente popular.

Sin embargo, científicos y activistas han planteado cuestiones éticas sobre la cría de esos moluscos.

El año pasado, los investigadores concluyeron que son seres sintientes, capaces de experimentar angustia y felicidad, y la cría de alto bienestar sería imposible.

Un ganar-ganar con el alimento de pescado

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Después de muchas pruebas y errores, el equipo de Rosas tuvo éxito con un alimento hecho con desechos de pescado, como cabezas, que de otro modo serían arrojados de vuelta al mar.

Mezclan los restos en una máquina, creando una sustancia similar a una pasta que luego se forma en bolitas. Al pulpo parece gustarle. Es un ganar-ganar, afirmó Rosas.

Los pescadores ganan dinero extra vendiendo sus desechos y la granja obtiene lo que necesita para alimentar al molusco.

«Ahí vamos a hacer de la industria pesquera una industria más eficiente, al mismo tiempo que mejoramos la producción de pulpo», señaló el profesor universitario.

La fórmula de Rosas ha atraído la atención internacional

La empresa española Nueva Pescanova, que planea abrir la primera granja comercial de pulpo del mundo el próximo año, quiere probar el alimento e incluso enviar sus propios desechos de pescado a Sisal para el proceso, dijo Rosas.

Nueva Pescanova, en un comunicado, detalló que se desarrolla un alimento para pulpo de cultivo basado en el modelo de la UNAM, que calificó como «una solución de economía circular».

La comida y las condiciones adecuadas para el pulpo en cautiverio también son difíciles de descifrar

En la naturaleza, solo comen alimentos vivos, explicó Sarah McAnulty, bióloga de cefalópodos, sita en Estados Unidos. Como criaturas carnívoras, se sabe que se canibalizan entre sí, o incluso se comen sus propios tentáculos, bajo el estrés en cautiverio.

«Son animales solitarios», dijo McAnulty.

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«Cuando quieres que un animal sea criado para el cultivo, quieres muchos de ellos en un lugar relativamente pequeño, por lo que realmente no puedes mantenerlos felices juntos».

Mundialmente existe presión para iniciar la crianza de pulpos

Existe una presión para impulsar la cría comercial a medida que crece la demanda mundial y se espera que el mercado alcance las 688,382 toneladas para 2025, según Renub Research.

Eso es un aumento de casi 64% en comparación con las 420,000 toneladas producidas en 2018, según muestran los datos de la Asociación de Pesca Sostenible.

A los ojos de Rosas, eso convierte a México, que ya es uno de los principales productores mundiales, en un lugar privilegiado para desarrollar la acuicultura del pulpo.

Una industria de cría comercial exitosa podría aliviar la presión sobre la población silvestre, agregó, incluido el pulpo maya, nativo de Yucatán.

La rama mexicana de Oceana, un grupo conservacionista, lo ve diferente.

En lugar de centrarse en la cría de pulpos, se deben hacer más esfuerzos para preservar las pesquerías del país con una mejor regulación de los permisos de pesca, dijo la vicepresidenta Renata Terrazas.

Mejorar el marco legal para reconstruir pesquerías

Actualmente, Oceana trabaja para crear un marco legal que obligue a las autoridades mexicanas a reconstruir las pesquerías que están agotadas.

Pero hay poca información sobre las evaluaciones de las poblaciones, particularmente de pulpo, lo que dificulta conocer el estado de esas áreas.

«Si tu apuesta por mantener los productos del mar en un país es la acuicultura, básicamente lo que está diciendo es: No quiero hacer nada con los océanos y no me importa si los estamos consumiendo», dijo Terrazas.

«Ese giro es muy peligroso», agregó.

Rosas reconoció que se necesitan más estudios para asegurar el bienestar del pulpo de cultivo. Para la finca en Yucatán, sin embargo, hay otros factores en juego.

«Pensamos que también tenemos que pensar en el bienestar de nuestra población (…) los pescadores en retiro que experimentan condiciones de pobreza y para quienes el cultivo representa una alternativa para mejorar sus condiciones económicas», argumentó.

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