• Spotify es la fuerza más dominante en el streaming musical.
  • Pero en este negocio es realmente difícil ganar dinero.
  • Es por eso que Spotify ha invertido tanto tiempo y dinero intentando hacer cosas más allá de su negocio principal.
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Podcasts. Entradas para conciertos. Audio de alta gama.

Estas son algunas funciones en las que Spotify ha apostado para expandirse más allá de su negocio principal: vender suscripciones de música en streaming. Como explica un nuevo informe del Wall Street Journal, ninguno de ellos ha cumplido con los objetivos de la empresa.

El artículo del Journal hace un buen trabajo al explicar los entresijos de muchos intentos de Spotify de hacer algo más que el streaming musical,; esto incluye su apuesta más reciente: convertirse en un centro para audiolibros

No incluido en la lista, está un intento, ahora abandonado, de convertirse en una compañía de videos; por un tiempo se impulsó el insertar clips de empresas como Comedy Central y ESPN en la misma aplicación.

Más allá del negocio del streaming musical

Pero la principal conclusión es que Spotify realmente quiere hacer cosas más allá de vender suscripciones de música.

Porque vender suscripciones de música es un negocio realmente difícil, porque sus costos aumentan junto con su éxito

A medida que Spotify vende más suscripciones y genera más reproducciones, el dinero que tiene que pagar a sellos discográficos y otros propietarios de derechos aumenta. 

La compañía dice que paga 70 centavos a los propietarios de música por cada dólar que genera; dinero que proviene, principalmente, de los 226 millones de suscriptores que tiene a nivel mundial.

Esto es radicalmente diferente a otros negocios de suscripción digital, como video o software. Por ejemplo, Netflix pueden pagar una vez para obtener la licencia de una película; Microsoft puede crear una nueva versión de Excel y venderla un número ilimitado de veces.

También explica por qué Spotify es, con diferencia, el mayor servicio independiente de transmisión de música. Sus verdaderos rivales son los servicios gestionados por empresas como Apple y Google; ellos ven la música como algo secundario —en el mejor de los casos—. No necesitan preocuparse por generar beneficios reales con ella, o ningún beneficio en absoluto.

A los conocedores de la industria musical les gusta darle vueltas a la idea de Spotify como objetivo de adquisición. Es difícil imaginar que eso realmente suceda; ¿quién quiere un negocio en el que es tan difícil ganar dinero? Y si lo hicieran, ¿por qué no crear su versión propia, como lo han hecho Google y Apple?

Buenas noticias para Spotify

Sin embargo, hay buenas noticias para Spotify. Para empezar, a los inversionistas les gusta la historia que ha estado contando la empresa. 

Después de caer en picada desde un frenesí pandémico/tecnológico, las acciones de Spotify han aumentado constantemente durante algún tiempo y se han más que duplicado en el último año.

Incluso si los inversionistas volubles deciden que una vez más son escépticos sobre las posibilidades de Spotify, hay un grupo que siempre los apoyará, al menos para que no fracasen.

Se trata de los grandes sellos discográficos, que no siempre aman a Spotify pero que definitivamente están encerrados en una relación de codependencia con ellos. Para suministrar la mayoría de la música que transmite, Spotify necesita a los tres grandes sellos musicales —Sony, Warner y Universal—, además de Merlin, que representa a varios sellos independientes. Y los sellos necesitan que Spotify siga encontrando más gente que pague por la música. No pueden permitirse el lujo de dejar que fracase.

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