• Si tu jefe te humilla delante los demás, utiliza un lenguaje pasivo-agresivo contigo o incluso llega a insultarte, es una persona tóxica.
  • Existen medidas tanto psicológicas como legales para afrontar este tipo de situaciones en el trabajo.
  • Toma en cuenta estas recomendaciones para evitar situaciones de este tipo durante tu carrera profesional.
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A lo largo de tu carrera laboral es posible que te encuentres con todo tipo de gente… hasta un jefe tóxico, cuyas señales son alarmantes.

En todas las empresas siempre hay personas muy simpáticas y dispuestas a ayudar, del mismo modo que hay personas individualistas, demasiado competitivas y hasta mal compañeros de equipo. 

La experiencia de haber pasado por varios trabajos facilita la ardua tarea de reconocer este tipo de personalidades lo antes posible. Así, se pueden tomar precauciones, decidir con qué compañero o compañera te conviene hacer más amistad, de quién te puedes fiar o con quién es mejor no confesar tus problemas –ni siquiera los no laborales–.

Pero por muy suspicaz que pueda ser este análisis de tus compañeros de trabajo, siempre hay una persona que no se puede evitar y con la que tendrás que lidiar a menudo y es tu jefe. 

Cuando es un superior quien tiene comportamientos tóxicos, se tiende a justificarlos argumentando que quizás ha tenido un mal día, que puede que tenga «algo» contra una persona o que está agobiado por el exceso de responsabilidad que tiene. 

Pero es un error que suelen cometer muchas víctimas de acoso laboral, que no se identifican como tal y que se suelen cargar sobre sí mismas una culpa que no es tal.

Estas son cinco señales para que te des cuenta si tienes un jefe tóxico y cuentes con herramientas para hacer algo al respecto.

1. Te humilla delante los demás o te ordena tareas vergonzosas

En muchas ocasiones, los jefes tóxicos utilizan su rol superior para ordenarte ciertos «caprichos» y así comprobar cómo de dispuesto estás a acatar sus órdenes. 

Es posible que tengas varios años de experiencia, te hayas especializado en algún campo que dominas a la perfección y aún así tu jefe te mande tareas totalmente fuera de lugar y sentido lógico.

La imagen que más aparece en películas y series es cuando el jefe pide a un empleado (normal como cualquier otro) que le traiga un café.

Otro comportamiento muy habitual es cuando la persona al mando te dice en voz alta (para que se enteren los demás), lo mal que supuestamente haces las cosas. Ello en un modo exagerado e intentando poner en cuestión tu desempeño como trabajador.

Suele ocurrir en reuniones, cuando otros empleados también están presentes. Es una de las señales más claras y un recurso que el jefe tóxico utiliza para humillarte y avergonzarte delante de tus compañeros.

2. Te manipula y hace chantaje emocional

Si tienes algún tipo de desacuerdo con tu jefe o le llevas la contraria con algo, es posible que haga uso del chantaje emocional.

Para ello, apelará pelando a que sus superiores no están contentos con tu desempeño o amenazándote con despedirte (incluso si sabe que no tiene motivos para hacerlo) y así hacerte sentir inútil y culpable.

Pero también puede ocurrir todo lo contrario. Tu jefe puede decirte que eres imprescindible en tu trabajo y que sin ti la empresa no saldría adelante. Todo, claro está, para que no mucho más tarde se vuelva a dirigir a ti de mala manera o te humille. 

Una de cal y otra de arena, también conocido como gaslighting.

Asimismo, hay que andar con cuidado si sospechas que tu jefe podría estar manipulándote para que hagas ciertas cosas. 

Por ejemplo, puede que te diga que es importante laborar horas de más porque está en juego el futuro de la empresa y el de tu puesto de trabajo.

Comentará que más adelante tu esfuerzo se verá recompensado (y que en realidad no sea así). Eso puede generarte ansiedad y presión.

3. Utiliza un lenguaje pasivo-agresivo

Una de las señales para saber si tu jefe es tóxico, es importante determinar el tono que usa cuando habla contigo. Quizás no te dice de forma directa que te consideras inútil, sino que usa un tono con el que puede insinuarlo. Un ejemplo de ello es que te explique las cosas «como si fueras tonto».

También puede hacer comentarios al estilo de «como he dicho en mi anterior correo», «muchos de nosotros pensamos que», o palabras como «obviamente» o «claramente». 

Además, si eres capaz de criticarle este tono, puede decirte que «no es para tanto» y que «eres un exagerado».  

No se trata, sin embargo, de que te salten las alarmas si escuchas a tu jefe decir una vez alguna de estas frases o palabras. Pero sí que suelen ser frecuentemente utilizados por las personas tóxicas.

Esta «curva» de la comunicación se da también de forma no hablada. Por ejemplo, puede que tu superior te mande un correo en el que ponga en copia a su proprio jefe para meterte más presión. 

4. Te da malas contestaciones o te insulta

Cuando tu jefe te da una mala contestación o incluso llega a proferirte insultos, las alarmas suelen saltar con mayor rapidez porque son dos de los signos de toxicidad más claros. Son, por poner un ejemplo más gráfico, la parte visible del iceberg.

Pero estas señales pueden pasar desapercibidas por algunas personas que sí llegan a tolerar este trato de su jefe tóxico porque se menosprecian; creen que en parte se merecen esa conducta por su (supuestamente escaso) rendimiento laboral. 

Además, el acoso laboral no suele tener un inicio brusco, así que lo más probable es que si tu jefe llega a utilizar este tipo de lenguaje, anteriormente haya ido haciendo más frecuentes o más intensas ciertas acciones si no ha encontrado una oposición en ti o en otros miembros de la empresa.

5. No te deja hacer bien tu trabajo

Si ya de por sí aguantar todo este tipo de actitudes puede suponer ciertos impedimentos psicológicos para afrontar el día a día en el trabajo, tu jefe podría ser capaz de ir más allá y poner «trabas» para que no hagas las cosas tan bien como te gustaría.

Alguna señales de ello pueden ser que te sature de tareas (algunas que además tomen mucho tiempo), que esté siempre encima tuya y ni si quiera te dé tiempo a hacer las cosas, o incluso que ofrezca ciertas herramientas y recursos a otros trabajadores que a ti no, como equipo informático.

Indirectamente, además, si todas las actividades necesitan pasan por tu superior, es posible que las postergues con la intención de evitar hablar con esa persona.

Esto, a fin de cuentas, se convertirá en una espiral que se retroalimente y que te impedirá cumplir con los tiempos, tener un buen desarrollo en el puesto y «ganarte» así más conflictos.

La solución si tienes un jefe tóxico

El miedo a las consecuencias de denunciar el acoso laboral es una de las razones por la cual muchas personas guardan silencio. En otras ocasiones, el problema es económico: la víctima teme perder su único sustento si lo denuncia.

También hay una parte en la que la víctima es consciente de que no será creída si lo cuenta, por ejemplo, a sus compañeros de trabajo. «¿Pero cómo te va a tratar mal ‘X’, si es genial?».

El acosador puede mostrar una versión simpática y desenfadada con el resto y, a su vez, una actitud totalmente hostil hacia la víctima.

El primer paso ante las señales de un posible jefe tóxico es darte cuenta de que estás sufriendo acoso laboral por su parte. 

La psicóloga Aída Rubio, directora de Therapy Chat, así lo cree. 

«Reconocerte como víctima de acoso laboral y tomar conciencia de la situación es quizás lo más importante. Después, un ejercicio de introspección para entender qué es lo que no va bien en el día a día», aconseja Rubio.

Lo siguiente, según la psicóloga, es hablar y buscar apoyo en el entorno, con amistades, familiares o incluso con compañeros de trabajo que no se hayan convertido en aliados silenciosos del jefe tóxico. 

Recursos psicológicos y legales para ayudarte ante un jefe tóxico

Si esto no sirve, es recomendable pedir ayuda profesional y buscar el apoyo de un psicólogo que te guíe y te permita mejorar en la gestión emocional del problema. 

«También te ayudará a establecer límites, a recuperar tu espacio y tomar decisiones firmes», explica Rubio. Si esto no funciona, tan solo queda la vía legal.

Para hacerlo, es recomendable reclamar por escrito a la empresa para que abra una investigación.

Otro recurso que va más allá pasa por acudir a un abogado experto en temas laborales que te guíe y asesore. Si el experto dictamina que sufres acoso laboral, el paso siguiente es recabar pruebas que lo demuestren. Aquí funcionan correos electrónicos, mensajes de WhatsApp, grabar llamadas telefónicas o contar con el testimonio de compañeros de trabajo.

Por último, también está, en el caso de México, acudir a la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet).

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