La informalidad laboral es el primero de los cinco problemas que enfrenta el mercado laboral mexicano y que impacta a la generación de empleo digno.
Existen más de 30 millones de empleados en la informalidad y solo 21 millones en la formalidad con derecho a seguridad social, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH).
Llegamos a un 1 de mayo, y a un mes en que el debiera celebrarse la creación del trabajo con prestaciones, con una tasa promedio de informalidad laboral de 56%. Pero hay estados que llegan hasta 80%, comenta Héctor Márquez, presidente de AMECH.
Oaxaca tiene una tasa de informalidad del 81%; Guerrero y Chiapas del 78%, e Hidalgo del 73%. Mientras los estados con la menor tasa de informalidad son Coahuila con 36% y Baja California, Nuevo León y Chihuahua con el 37%, según cifras emitidas por la Asociación.
Hay ingresos, el ‘pero’ es que faltan los derechos
Para marzo del 2022 la informalidad fue una opción de ingresos para 31.6 millones de personas, presentando una Tasa de Informalidad Laboral del 55.8% de la población ocupada, 1.2% más en comparación con febrero cuando se reportó en 54.6%, alcanzando a cubrir a 30.6 millones de personas.
En el contexto de creación de empleo postpandemia, la informalidad se mantiene en crecimiento, y la falta de registros patronales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es un fuerte indicador de la falta de derechos laborales que existe.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se en marzo se reportaron 2 millones 829,031 empleadores en el país. De estos, solo 1 millón 57,624 paga Seguridad Social a sus empleados.
Héctor Márquez comenta que esta brecha deja terreno a que se produzcan malas prácticas en las contrataciones de empleados, que limiten el acceso a los derechos y beneficios que por ley les corresponden.
Y, además, existen otros factores que agravan la situación laboral de los trabajadores. Este es el caso de los bajos sueldos, la alta rotación de personal, la escasez de talento y las condiciones laborales.
El salario es una de las principales causas de la informalidad
El factor salarial es uno de los directamente relacionados con la informalidad, ya que no existe una retribución competitiva para los niveles y horas trabajadas de un empleado mexicano.
“Se trabaja mucho, pero se produce y gana poco”, afirma Márquez.
El sueldo promedio de todos los mexicanos en el IMSS es de 14,333 pesos al mes; a ello se agrega esquemas de contratación con malas prácticas, como hacer elusión de las responsabilidades patronales.
La escasez de talento y la alta rotación agravan el escenario de la informalidad
La escasez de talento y la alta rotación de personal, por otra parte, también complican la estabilidad en los índices de empleo.
74% de los empleadores en México reconocieron tener problemas para encontrar al talento necesario, de acuerdo a la encuesta de “Escasez de Talento” de ManpowerGroup.
En tanto, los colaboradores optan por renunciar debido a las malas condiciones de los trabajos, iniciando por los bajos sueldos y por no dar seguridad al trabajador.
Desde los sueldos, impuestos y cargas obrero patronales, hasta las condiciones del lugar de trabajo, el trato, la equidad de género, las vacaciones, el cuidado de la salud mental y los formatos de trabajo, son temas que deben mejorar, comenzando por parte de las autoridades. Es indispensable emitir y respetar lineamientos o reglamentos laborales anuales, al igual que se publica la miscelánea fiscal.
Héctor Márquez habla, y no suena fuera de lugar, de tener una miscelánea laboral, mediante la cual se impulse la creación de trabajos, apoyando tanto a las empresas como al colaborador.
¿Y en cuanto a salud?
De manera reciente se celebró el Día Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo (28 abril). Apropósito de ello, cabe cuestionar ¿qué tan resilientes son las organizaciones al diseñar un programa que cubra el bienestar?
Es decir: ¿se documenta lo que sucedió tras el Covid y otras afecciones en estos dos años? Y a partir de ello se define – como organización- ¿qué se puede hacer para detectar y prevenir enfermedades de índole diversa?, y generar con ello seguridad en los empleados. La resiliencia, por definición, es la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y aprender de las lecciones para para hacer cambios.
La consigna en este tema es que las empresas requieren estrategias de salud resilientes para enfrentar posibles conflictos. No todo necesita ser Covid; se puede tener a un trabajador con hipertensión arterial, sin saberlo, y en cualquier momento eso desencadena en un evento cardíaco. O un empleado con severa ansiedad, como se siente 30.4% de los colaboradores en México.
Una persona con este cuadro de salud tarde o temprano baja su rendimiento, muestra apatía y detona una crisis.
El foco hoy está en promover el autocuidado
“Los líderes necesitan concentrarse en identificar y ejecutar acciones para contribuir a la construcción de hábitos saludables entre los equipos de trabajo”, comenta Ariel Almazan, director de Consultoría en Salud para la firma de soluciones integrales Mercer Marsh Beneficios México.
Y la velocidad, en este objetivo, es vital porque llegamos a un escenario híbrido de trabajo con lugares de trabajo con estas características:
- Aumento en las horas trabajadas, lo que impacta en la ansiedad de los colaboradores propiciando disminución en el compromiso con la organización.
- La interrupción continua en la vida personal, la trayectoria profesional y la planificación del futuro, da lugar a la apatía entre la fuerza de trabajo.
- Esta apatía afectará —como un fenómeno multiplicador—a millones de personas. Se prevé que la fuerza laboral llegará a su punto de quiebre porque las operaciones empresariales están en constante cambio y no tienen las herramientas, y la motivación, para adaptarse a esas modificaciones.
¿En dónde está la prioridad en las empresas respecto a seguridad y salud en el trabajo?
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