• Ómicron se convirtió en el virus de propagación más rápida de la historia y modificó la situación epidemiológica en todo el mundo.
  • Los datos sugieren que tiene cierta capacidad de escape a las vacunas actuales y los estudios apuntan a nuevos síntomas.
  • Expertos de varios países señalan cuáles cubrebocas consideran que son los mejores y peores para protegerse contra Ómicron.

La nueva variante Ómicron del Covid-19 modificó el panorama epidemiológico mundial y se convirtió en el virus de propagación más rápida.

En poco más de un mes, se expandió a decenas de países, es el predominante en algunos de ellos y mostró indicios de cierta capacidad para superar la inmunidad de las vacunas. Aunque de hecho parece que provoca casos no tan graves y menos hospitalizaciones.

Según la plataforma Global Initiative on Sharing All Influenza Data (GISAID), en México hay en total 254 casos de Ómicron. De estos, 159 se detectaron en la Ciudad de México y 35 en el Estado de México.

Desde su aparición, los expertos coincidieron en hablar de preocupación y no de alarma. También informaron sobre cómo pueden influir las nuevas características de Ómicron en la población general —ya sea por la eficacia de las vacunas o los síntomas que van observándose—.

Entonces, la siguiente pregunta surge en relación con una de las medidas sanitarias: ¿influye la aparición de Ómicron en los cubrebocas que usamos?

Todos los tipos de cubrebocas autorizadas y con material homologado ofrecen algún tipo de protección contra el coronavirus. Sin embargo, hay diferencias entre unas y otras.

Además, la situación con esta nueva cepa es diferente. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cambió sus directrices para el uso de cubrebocas y respiradores por parte del personal sanitario, «en vista de la rápida propagación de Ómicron».

«Los trabajadores sanitarios deben llevar un respirador —FFP2, FFP3, N95 aprobado por NIOSH, equivalente o de nivel superior certificado— o un cubrebocas médico junto con otros equipos de protección personal. Estos incluyen bata, guantes y protección ocular y debe ser antes de entrar en una habitación donde haya un paciente con Covid-19 sospechoso o confirmado», señaló.

En cuanto al uso de cubrebocas para la población general ante la propagación de Ómicron, Graham Snyder, director médico del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh dice que cualquiera de calidad que ofrezca un sellado eficaz y se use correctamente (cubrir la nariz y la boca) ofrece protección.

Snyder dijo que le gustaría recibir datos de los CDC sobre cómo se propaga Ómicron y si la transmisión está relacionada con los tipos de cubrebocas. También recuerda la importancia de usarlo frente a quienes no utilizan ninguno: «Los cubrebocas funcionan. Y punto», afirma a The Wall Street Journal (WSJ).

Sin embargo, otros expertos van más allá y señalan cuáles consideran que son los mejores y peores cubrebocas para protegerse de Ómicron. En sus opiniones hay un alto nivel de coincidencia.

El mejor cubrebocas contra Ómicron: los expertos recomiendan sobre todo el KN95

Eric Gaillard/Reuters

En su guía inicial, Consumo y Sanidad resumían que las personas sanas deberían usar «preferentemente» tapabocas higiénicos; los quirúrgicos debían ser la «prioridad» de las personas sintomáticas o asintomáticas positivas por coronavirus; y finalmente, se reservaban los EPI a quienes cuidasen o estuviesen en contacto con personas con Covid-19, como el personal sanitario.

Esto era así sobre todo al principio de la pandemia, para evitar la escasez de suministros, pero la situación ahora es otra.

Muchos de ellos recomiendan el KN95 o (FFP2 en Europa) como el mejor cubrebocas para protegerse y proteger contra Ómicron. Estas son del tipo EPI (Equipo de Protección Individual) que se compran en farmacias, establecimientos especializados y se pueden usar por 4 horas.

«El mejor filtrado para las variantes que tenemos es el KN95, sin duda. Es el más conveniente, el que mejor se adapta a la cara y que se debería utilizar», afirma Àlex Arenas, experto en evolución de pandemias.

«El quirúrgico también protege pero menos, por eso no son las más recomendables. Si quieres realmente evitar el contagio utiliza KN95», declaró a Nius.

También Joan Caylà, experto de la Sociedad Española de Epidemiología, coincide en ambos puntos: «Con la situación epidemiológica actual, elevada incidencia y contagiosidad de Ómicron usaría el KN95. Sería un avance importante que la población general lo use».

«La mayoría llevan quirúrgicos, que no están mal, pero sirven básicamente para proteger a los demás del contagio, no a uno mismo«, añade.

Los matices los pone Benito Almirante, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, sobre la hipótesis de que todos usen cubrebocas KN95. «Me parece un discurso con el que hay que tener cuidado», advierte.

«Si los 45 millones de personas mayores de 6 años [en España] tuviéramos que ponernos un KN95 ¿de dónde los sacaríamos? Porque, además, necesitaríamos una nueva cada día. No se pueden producir tantas, y todo el mundo no se las puede pagar. Se tienen que poner normas que se puedan cumplir», aclara al mismo medio.

Los tres, sin embargo, coinciden en descartar el FFP3 excepto para personal sanitario o casos excepcionales de personas de especial riesgo, como inmunodeprimidas. Esto porque muchos tienen válvula de exhalación, por lo que no protegen a los demás; además, son caras, rígidas, no se ajustan bien y dificultan la respiración.

Además, tres expertas de Estados Unidos y una de Ecuador señalaron el mismo cubrebocas como ideal en la actualidad: la N95 o KN95 (certificadas como FFP2 en Europa).

Idealmente, en lugares concurridos, se «debería usar un KN95 o N95», declara a CNN Leana Wen, analista médica, ya que frenan tanto las partículas grandes como las diminutas.

Como alternativa, «necesitamos usar al menos un cubrebocas quirúrgico de tres capas», explica.

Monica Gandhi, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco, también recomienda las N95 o FFP2.

En su defecto, al menos pide llevar un cubrebocas de tela de varias capas ajustada encima de uno quirúrgico. «Si realmente no quieres exponerte, tienes que llevar el cubrebocas adecuado», advierte, en declaraciones a WSJ.

Además del tipo, el uso correcto y la calidad de los materiales también son importantes, aporta Daniel Simancas-Racimes, investigador en medicina y salud pública.

En un hilo de Twitter, recordó que «no todos sirven igual» y algunos «podrían dejar de proteger adecuadamente», y deja varias pautas:

  • «Si van a utilizar cubrebocas quirúrgicos, soliciten a su proveedor que sean al menos de tres capas y estén certificados para uso sanitario. Esta medida sí ayuda, especialmente en lugares abiertos y bien ventilados. En lugares cerrados no es suficiente solo una», publica.
  • «Los mejores cubrebocas son los denominados ‘respiradores’. Es decir, KN95 o N95 [o FFP2], estos últimos de uso sanitario casi exclusivamente».
  • «Y finalmente, una combinación de N95 o KN95 más uno de tela o quirúrgico podrían ser efectivos para evitar los contagios en espacios cerrados o poco ventilados», concluye el coordinador en el Centro Asociado Cochrane de Ecuador-Red Iberoamericana/Centro de Investigación en Salud Pública y Epidemiología Clínica (CISPEC).

«Tenemos que educar al público y decirle que los cubrebocas de distinta calidad ofrecen una protección diferente», enfatiza Megan Srinivas, médica y especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Carolina del Norte.

Ella y su familia también apuestan por el KN95, y lo recomienda asimismo a los padres que se preparan para enviar a sus hijos a la escuela en el nuevo año. En su defecto, aconsejan cubrebocas quirúrgicos desechables autorizados, recoge The Wall Street Journal.

El peor cubrebocas contra Ómicron: los de tela

Willy Kurniawan/Reuters

Si hay un alto nivel de coincidencia entre los expertos mencionados en este artículo sobre cuál es la mejor mascarilla contra Ómicron, se llega a la unanimidad respecto a la que consideran que es la peor: el cubrebocas de tela.

«Los que sí hay que evitar son los de tela» y los transparentes, apunta Arenas; «La transmisión depende de no usar cubrebocas, no de usar un tipo u otro, descartando las de tela», suma Almirante; «Por desgracia, aún se ven por la calle personas que llevan cubrebocas de tela o incluso que usan y que pueden contagiarnos», critica Caylà.

«Los cubrebocas de tela son un peligro y deberían dejar de usarse, especialmente en lugares cerrados. Son los que menos protegen, y [solo] podrían ser útiles siempre y cuando se utilicen con otro adicional», comparte Daniel Simancas-Racines.

«Protegen al individuo pero no al que está junto a él. Así que, a menos que se utilicen con otro cubrebocas por encima, no ayudarían mucho», advierte.

La analista médica Leana Wen da otro voto negativo muy claro: «Los cubrebocas de tela son poco más que decoraciones faciales. No hay lugar para ellas a la luz de Ómicron», algo que «los científicos y los funcionarios de salud pública han estado diciendo durante meses, muchos meses, de hecho», recuerda.

Gandhi también las descarta. Más aún en el contexto de Ómicron: «Si todo el mundo lleva solo un cubrebocas de tela o solo uno quirúrgico, no habrá ninguna diferencia» con esta variante tan transmisible, observa.

Asimismo habla a WSJ Ranu Dhillon, médico del Brigham and Women’s Hospital —segundo hospital docente más grande de la Facultad de Medicina de Harvard—: «Cualquier cubrebocas es mejor que ninguno. Pero las los de tela y luego los quirúrgicos no son tan buenos como los N95».

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