• Los artistas mexicanos perciben ingresos mensuales inferiores a 7,000 pesos en promedio.
  • Además, muchos trabajan en la informalidad laboral, lo que hace difícil alcanzar una estabilidad económica.
  • Maktub busca ser el puente que conecte a los artistas con recursos y lograr hacer redituable su talento.
  • ¡Nos vemos en TikTok!

El mayor reto de estudiar artes no siempre tiene que ver con el talento, sino con la oferta laboral que espera a los recién graduados.

De acuerdo con datos del Gobierno de México, un músico gana en promedio 6,700 pesos mensuales, pese a que se trata de una de las profesiones con mejor posicionamiento en el país; además, 88% labora en la informalidad. Para los bailarines y coreógrafos, los número no mejoran. Perciben un promedio 3,950 pesos mensuales y 61% se desempeñan informalmente.

Las cifras son alarmantes ya que ambos montos son precarios y carecen de la posibilidad de brindar una buena calidad de vida. Solo basta recordar que el salario mínimo mensual en gran parte del país es de 7,468 pesos.

En México, la industria artística y cultural ha tenido altibajos. Estos aumentaron con la pandemia de covid-19, que obligó al confinamiento y cancelación de eventos y presentaciones. Si bien en 2021 tuvo una recuperación de 7.5% y representó 3% del PIB en México, es un porcentaje bajo si se compara con otros sectores como el turismo (también afectado), que alcanzó 7.5% de participación, según datos del INEGI.

Maktub, en busca de financiar artistas

Los datos parecieran indicar que «no se puede vivir el arte», que las palabras dinero y arte parecen no encajar en la misma ecuación. Sin embargo, es aquí en donde entra en acción iniciativas e incubadoras como Maktub, que busca financiar proyectos artísticos y culturales por medio de inversionistas para hacerlos redituables.

La incubadora fue creada en 2022 por Paola Zozaya y Meylim Ortiz, quienes se unieron con el propósito de cerrar la brecha financiera que existe entre el artista y su desarrollo en México y Latinoamérica.

“El común denominador siempre era la falta de recursos así que la solución resultaba bastante obvia: ser el puente que conecta a aquellas personas con recursos”, menciona Paola Zozaya, artista y cofundadora de Maktub.

Maktub funciona al fondear proyectos artísticos y culturales al conectarlos con inversionistas que, a su vez, son amantes de la industria y quieren apoyar desde sus posibilidades. Por eso hablan a dos sectores diferentes: los que crean y los que invierten. 

“Por el momento nuestra meta son las pequeñas y medianas empresas que se interesen por este tipo de industria y que puedan invertir entre 20,000 y 50,000 por proyecto», destaca Ortiz. En cuanto a los artistas señala que «buscamos personas con más de 5 años de experiencia, ya que eso nos permite potenciar las posibilidades de tener visibilidad y lograr su sueño”.

Por ahora su objetivo es llegar a más inversores y artistas para convertirse en un referente en el ámbito artístico y cultural.

“Somos ese espacio que quiere ayudar a que las cosas salgan. Sabemos cómo hacerlo crecer, de manera que se transforme en ‘energía’ para aquellos cuyas ideas merecen ser vistas por el mundo”, concluye Zozaya. 


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