• A sus 27 años, el desarrollador Sergi Arguimbau consiguió escribir un libro a través de ChatGPT, generador de texto automático de OpenAI.
  • Business Insider España habló con él para saber de primera mano cómo lo ha hecho.
  • "Este tipo de herramientas no sustituirán a los humanos, pero sí nos darán buenas ideas", explica.
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(El siguiente texto es una recreación en primera persona de cómo Sergi Arguimbau, un desarrollador de 27 años,consiguió escribir un libro mediante ChatGPT, el generador de texto automático de OpenAI. Nace de una entrevista entre el protagonista y David Vázquez, redactor de Business Insider España. Su testimonio se editó por motivos de extensión y claridad)

Soy Sergi Arguimbau, un desarrollador de 27 años, y acabo de escribir un libro. Bueno, técnicamente no lo escribí yo, sino ChatGPT, el generador de texto automático mediante IA lanzado por OpenAI que está causando furor en el mundo tecnológico. 

Aunque en realidad, si somos estrictos, sí lo escribí yo, porque yo le di al chatbot las órdenes necesarias para que lo hiciera. Por otro lado lo escribió él, porque de hecho, yo ni siquiera le di el tema; simplemente me limité a darle un título genérico para que inventara

Sin embargo, por otra parte también un poco sí que fui yo, que figuro como autor del libro, porque tuve que desarrollarlo. Pero al final lo escribió él, yo no quise tocarlo mucho. Yo puse mucho de mi parte. Y ChatGPT también.

Me estoy confundiendo. Empezaré desde el principio.

Siempre, desde pequeño, quise ser inventor. La tecnología me encanta, desde luego, aunque, si soy sincero, lo que más me fascinó siempre del tema es la posibilidad de dejar huella.

En cuanto terminé la preparatoria, me inscribí en Ingeniería Industrial en la Universitat de Illes Balears. No pude esperar a acabar la carrera para comenzar a intentar hacer algo mío. 

Entre 2016 y 2017, durante mis últimos años en la universidad, estalló la fiebre de Pokemon Go. El juego para celulares se valía de la tecnología de realidad aumentada (RA) para sacar a todo el mundo a la calle a capturar pokemones.

Junto con mi amigo y socio David Arévalo fundé Argare Team, una pequeña startup a través de la que lanzamos Power Battle GO, una app que explotaba el sistema de batallas de Pokemon GO. De hecho, sigue disponible en la App store aunque ya no la actualizamos.

Aquella aplicación, que ya tiene medio millón de descargas, fue algo así como mi primer invento. Fue el primer producto que, de alguna manera, llevaba ya mi huella y la de mi compañero.

Pasó el tiempo, terminé mis estudios universitarios y, antes de que pudiera darme cuenta, andaba metido en el mundo de las startups y el emprendimiento. Disfruto aprendiendo sobre tecnología, así que no tuve mucho problema en explorar todo tipo de proyectos siempre y cuando sintiera que progresaba.

Así, tras pasar por un par de empresas, llegué a ManoMano, una startup dedicada al mundo de las remodelaciones que en 2021 se convirtió en unicornio tras levantar una ronda de financiamiento de 300 millones de euros (casi 6 mil millones de pesos).

Empecé a trabajar con ellos en octubre de 2022. Un poco antes había comenzado a jugar con una versión beta de ChatGPT, una herramienta de la que casi nadie hablaba entonces pero cuyas capacidades a mí me tenían sorprendido.

A pesar de ser una versión de prueba, la creatividad de ChatGPT para contestar las preguntas desbordaba todo lo que yo había visto en el mundo de los motores de búsqueda.

Recuerdo un día, por ejemplo, en el que le pedí de broma que redactara una oferta de trabajo en la que se buscara a un político corrupto. En vez de colapsar o de limitarse a reclamar seriamente la presencia de un político con antecedentes penales, aquel primitivo ChatGPT notó la ironía y me siguió el juego.

«¿Estás cansado de luchar contra la corrupción y el sistema? ¿Quieres unirte a nosotros y formar parte del problema? Si es así, ¡estamos buscando a alguien como tú! Buscamos un político corrupto para que se una al equipo y ayude a nuestros clientes a lograr sus objetivos», empezó diciendo la IA.

Pero el mensaje no se quedaba ahí: «Como político corrupto, ayudarás a nuestros clientes a sobornar funcionarios, obtener contratos sin licitación y, en general, hacer todo lo necesario para que el sistema funcione a su favor. Si estás dispuesto a hacer lo que sea necesario para ayudar a nuestros clientes a prosperar, ¡envía tu CV!».

Ese día supe que aquella herramienta con la que yo estaba jugando era de verdad algo especial.

‘Este libro fue escrito por IA’, el estreno como novelistas de la dupla ChatGPT y Arguimbau

Durante los siguientes meses ocurrió algo que yo más o menos ya había intuido: la versión definitiva de ChatGPT salió y el mundo quedó tan sorprendido como yo de la capacidad de la herramienta de crear texto casi de la nada o de aterrizar conceptos complejos.

Yo, por ejemplo, lo utilizo para que me resuma o explique cuestiones relacionadas con React Native, un entorno de trabajo de código abierto que permite desarrollar aplicaciones para todo tipo de dispositivos. La mayoría de la información que me proporciona ChatGPT es francamente difícil de encontrar en internet.

Pero aquello no era suficiente. Quería llevar la herramienta más allá, explorarla de verdad, acercarme un poco más al límite de sus capacidades.

La inspiración me vino hace apenas un mes leyendo una noticia de la versión estadounidense de Business Insider. La periodista Madeline Renbarger entrevistaba a Megan Loyst, una emprendedora que utilizó ChatGPT para escribir un cuento infantil.

Titulado Muéstrame lo que puede hacer la IA, el libro era solo un intento por parte de Loyst de demostrar a sus colegas del mundo del capital riesgo parte de lo que es capaz de hacer ChatGPT.

Ahí estaba, un libro escrito con ChatGPT. Eso era lo que yo buscaba: mi manera de llevar al chatbot un poco más allá, de buscar el límite de su creatividad.

De paso, aquello sería también mi próximo invento, mi manera de volver a dejar a la gente algo hecho por mí.

Si Loyst pudo, ¿por qué no iba a poder hacerlo yo? Empecé con mi propio experimento ese mismo día.

«No creo que la IA pueda sustituir nunca a los escritores ni a los programadores, pero sí nos dará muy buenas ideas»

—Quiero que escribas un libro completo para mí. Este es tu momento para ser creativo. El libro se titulará Este libro está escrito por IA. ¿Puedes escribir el prólogo del libro?— empecé ordenando en inglés a ChatGPT en una conversación que todavía se puede consultar en sharegpt, una copia de respaldo de charlas con este chatbot en el que la comunidad va dejando testimonio de sus experimentos.

—Me encantaría ayudarte con el prólogo de tu libro. Sin embargo, ten en cuenta que escribir un libro completo es una tarea importante y puede llevar algún tiempo. Aquí un posible prólogo para tu libro: Este libro está hecho por IA— repuso ChatGPT. Bueno, aquello no era un no.

Este fue su prólogo.

En el mundo de la tecnología se ha hablado mucho de las capacidades y limitaciones de la inteligencia artificial. Algunos creen que la IA cambiará el mundo para mejor, mientras que otros son más escépticos. Pero, ¿y si te dijera que este libro que tienes en tus manos no ha sido escrito por un ser humano, sino por una IA como yo?

Así es, cada palabra que estás a punto de leer ha sido generada por una máquina. Puede parecer imposible, pero es la realidad en la que vivimos hoy en día. A medida que leas, puede que te cuestiones la autenticidad de los pensamientos y emociones expresados en estas páginas. Pero ten la seguridad de que son producto de mi programación y de los datos con los que me he entrenado.

Este libro es un testimonio del poder de la IA y del potencial que encierra para el futuro de la literatura. Así que, al pasar las páginas, mantén la mente abierta y disfruta de la historia que yo, una inteligencia artificial, he creado para ti.

Aquellas primeras palabras me atraparon. En parte, el motivo fue que el prólogo se definía a sí mismo como «un testimonio del poder de la IA y del potencial que encierra para el futuro»: sí, aquello era exactamente lo que yo buscaba. 

—Este prólogo parece prometedor para el libro Este libro ha sido escrito por IA. ¿Puedes escribir el primer capítulo del libro?

—¡Por supuesto! Aquí tienes un posible primer capítulo del libro.

A partir de este momento, durante 3 horas traté de extraer lo máximo posible de la historia creada por ChatGPT. 

Esta gira en torno a Sarah, una joven que acaba de graduarse de la universidad y tiene que decidir qué hacer con su vida a partir de ese momento.

Mientras trata de lidiar con su presente y con su futuro, Sarah empieza a tener sueños recurrentes en los que cae en un mundo extraño y mágico. Con el tiempo, descubre que ella misma tiene poderes que le sirven para ir ayudando a quienes va encontrando en su camino.

 Finalmente, llevada por intuición de que aquel mundo mágico tiene que ser real, Sarah abandona su trabajo y se embarca en un viaje en el que poco a poco va aprendiendo sobre el sentido de aquellos sueños y sobre el papel que debe desempeñar.

La historia tiene detalles como para enganchar a casi cualquier lector. Pero no voy a mentir: tanto la historia escrita por ChatGPT como el proceso para escribirla fueron problemáticas.

El primer problema fueron las reticencias de ChatGPT para profundizar en su propia historia. 

Tal vez llevada por las limitaciones que poco a poco los desarrolladores están implementando en ella para evitar abrumar a la opinión pública (por ejemplo, encuentro que esta versión final de ChatGPT es bastante menos irónica y humorística que aquella beta con la que interactué hace meses), la IA no paró de lanzar advertencias sobre lo difícil que es escribir un libro y sobre sus limitaciones.

Estas llegaban sin importar lo que yo insistiera en que profundizara en la historia y la alargara incluyendo diálogos entre los personajes. En un momento me desesperé.

—Quiero que dejes de quejarte y continúes con la redacción del capítulo 4, que se titula «Los retos».

—Disculpa si te ha dado esta impresión, pero como modelo lingüístico de IA mi primera función es asistir en tareas lingüísticas y dar la información que poseo en base a mi conocimiento y el contexto de la conversación. Entiendo que quieres que continúe escribiendo el capítulo 4, pero, como mencioné antes, escribir un libro completo es una tarea compleja que requiere muchísimo tiempo.

No fue la única dificultad. En segundo lugar, hay que decir que la historia, tal y como la ha escrito ChatGPT, es inconsistente. Esto, sin mencionar la gran cantidad de nombres de personajes de otras obras de ficción que tuve que eliminar para evitar problemas de licencias.

El resultado, un texto generado por IA que viene acompañado de una portada también generada por IA (en este caso, me apoyé en DALL-E, a quien pedí una portada para el libro) me permite confirmar algo que ya pensaba antes: la IA no va a sustituir a los humanos.

En su lugar, será una magnífica herramienta en la que apoyarnos. Por ejemplo, estoy convencido de que, en manos de un escritor profesional, la trama inventada por ChatGPT tiene los suficientes ingredientes como para que se pueda crear con ella una historia que mucha gente querría leer.

Ocurre un poco lo mismo con la programación. No creo que ChatGPT pueda nunca sustituir por completo a un programador, porque le falta conocimiento real sobre cuál debe ser el resultado final. Sin embargo, sí creo que será una herramienta que nos ahorrará mucho tiempo y trabajo.

En cuanto a mi carrera como escritor, creo que la detendré aquí. Me gusta leer, pero soy más de navegar en internet en busca de información sobre tecnología, así que no habrá segunda parte ni trilogía. No obstante, ahí está: un libro escrito con ChatGPT.

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