- La educación ha evolucionado en varios rubros, como el aprendizaje en línea.
- Pero hay otros en los que aún hay labores por hacer, como impulsar que las escuelas brinden conocimientos más allá de la universidad.
- Michael Fung, director ejecutivo del Institute for the Future of Education (IFE), da detalles sobre este paradigma.
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La pandemia de covid-19 obligó a la humanidad a adaptarse a nuevas maneras de aprender sin necesariamente ir a las escuelas, a trabajar en casa, entre otros rubros.
Sin embargo, la revolución en el ámbito educativo, que ya estaba en ciernes antes del surgimiento del virus, ha sido mucho más intensa y abierta a nuevos paradigmas, especialmente al impulso de obtener más conocimientos a través de los años.
Michael Fung, director ejecutivo del Institute for the Future of Education (IFE), detalla el tema en entrevista para Business Insider México, en el marco del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE) 2023.
Educación para la vida
En gran parte de las naciones, incluyendo México, la educación solo se fomenta en las escuelas desde el kínder hasta la universidad. En algunos casos, se estipula alcanzar grados como la maestría y el doctorado.
No obstante, fuera de esos peldaños, es muy difícil que la población vuelva a las aulas para obtener nuevo conocimiento. Esto comienza a ser una barrera en un mundo donde el mercado laboral es cada vez más competitivo y contar con un título universitario no es suficiente.
«Creo que, cuando vemos la educación en el futuro, lo que se está volviendo cada vez más claro es que el sistema educativo necesitamos verlo no solo en los primeros 18 años de vida de la persona, lo que es la educación tradicional. Necesitamos encontrar maneras de extender esas oportunidades de aprendizaje a lo largo del (tiempo)», comenta Fung.
Ante ello, uno de los desafíos es alistar a las escuelas para que puedan brindar conocimientos a lo largo de la vida, no solo para el sector más joven.
«No importa si es aquí en México o en Singapur, donde yo estaba liderando el movimiento para ese sistema; las necesidades son similares. Con los cambios en avances de tecnología y en la cadena de suministro global; las (modificaciones) de carrera en la vida de la persona y las derivadas de la pandemia, (hay que centrarse) en las necesidades que se requieren para los trabajos hoy en día y en el futuro», afirma.
Por ello, «las instituciones deben transformarse y tomar otro modelo para atacar estas necesidades dentro de la industria y sociedad».
Mejoras al impartir cátedra
Entre las transformaciones que deben hacer las escuelas, apunta Fung, están el mejorar la manera en que se imparte el aprendizaje.
En esa misión, están las clases en línea que, de acuerdo con el experto, aún tienen carencias en áreas como la interacción en persona.
«El aprendizaje en línea por si solo no es suficiente. Lo que debemos hacer es hacer investigación (más dirigida) a entender cuáles son las mejores características de una educación en línea; cómo complementar eso con otras actividades que pueden ser ‘cara a cara’ o usando tecnología para obtener una mayor interacción y compromiso, con el fin de alcanzar mejores resultados de aprendizaje», refiere
El director ejecutivo del IFE detalla que están colaborando con la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur para hacer estudios sobre los sistemas de aprendizaje ciberfísico.
«Están en el CIIE para discutir todos esos temas e integraremos ese aprendizaje al diseño de nuestros cursos y entrega de los mismos», puntualiza.
Inclusión en las aulas
Si bien es un tema que escuchamos en la sociedad, la inclusión también debe estar presente en las escuelas, desde los primeros años de vida y a lo largo del tiempo.
Para ello, Fung destaca que en el IFE, para mejorar en ese tema, se enfoca en ejes como dar «empuje» a una educación con propósito, así como la revisión de los métodos de enseñanza.
Otro de nuestros intereses «es que sea accesible el ampliar el acceso a la educación a mayores segmentos de la población que desea aprender. (En este apartado) se incluye la discapacidad», pondera.
Esto es relevante, debido a que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hay más de 30 millones de mexicanos con alguna discapacidad.
De ellos, 2.5 millones está en edad laboral y tan solo 30% tiene empleo. En su mayoría, son aquellas que necesitan asistencia de bastón, muletas o silla de ruedas, por ejemplo.
Una muestra de su labor son los proyectos para fomentar el aprendizaje de habilidades en Madagascar, en el que colabora la Corporación Financiera Internacional.
«Se apoyan diferentes startups y utilizan tecnología y otros métodos para ayudar a los segmentos con necesidades para que aprendan, incluyendo personas con discapacidades», expone.
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