• Una dieta alta en alimentos procesaros —cargados de azúcar, aceite, grasas y almidón— podría envejecerte más rápido, de acuerdo con un nuevo estudio.
  • Los investigadores encontraron que comer tres o más porciones al día de alimentos altamente procesados está relacionado con telómeros más cortos, estructuras cromosómicas que marcan la edad biológica.
  • En contraste, una dieta rica en alimentos integrales y plantas, como la dieta mediterránea, está relacionada con telómeros más largos y un menor riesgo de enfermedades crónicas.

Los alimentos altamente procesados —cargados de grasas, sal, azúcar y almidón— podrían envejecer tu cuerpo prematuramente, según una nueva investigación presentada en el Congreso Europeo e Internacional de Obesidad de 2020.

Comer al menos tres porciones de alimentos procesados al día se asocia con telómeros más cortos —estructuras cromosómicas que marcan el envejecimiento biológico— que están relacionados con un mayor riesgo de enfermedad crónica, encontró el estudio.

Investigadores de la Universidad de Navarra en Pamplona, España, estudiaron muestras de ADN y los hábitos alimenticios de 886 participantes de 20 años en adelante, con una edad media de 67 años, como parte de una encuesta de investigación en 2008.

Los científicos descubrieron que los telómeros tenían casi el doble de probabilidades de ser cortos en las personas que comían tres o más porciones de alimentos procesados al día, en comparación con aquellos que comían menos de dos porciones diariamente.

El riesgo también pareció aumentar incluso con un poco más de alimentos procesados cada día.

Los participantes que comieron de dos a tres porciones diariamente mostraron un riesgo entre un 29% y un 40% mayor de tener telómeros cortos que aquellos que comieron menos de dos, según los datos.

Los alimentos procesados están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades a largo plazo

Los telómeros ayudan a estabilizar nuestros cromosomas y el ADN. A medida que envejecemos, las células se dividen y los telómeros se acortan.

El estrés, la inflamación y la mala alimentación pueden acelerar este proceso de envejecimiento.

Los telómeros más cortos están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer y la diabetes tipo 2.

Los investigadores también encontraron que los alimentos ultraprocesados estaban relacionados con problemas como la depresión (particularmente entre las personas que no hacían ejercicio), la presión arterial alta y la obesidad.

Además, existe una amplia evidencia previa que relaciona los alimentos procesados con repercusiones negativas para la salud.

Los participantes del estudio que comían más alimentos procesados ​​también tendían a comer más bocadillos y consumían más grasas saturadas, sodio y colesterol.

Por otro lado, también se descubrió que las personas que comían la comida más procesada tenían menos probabilidades de incluir alimentos nutritivos, como frutas y verduras, en su dieta.

También consumían menos proteínas, menos fibra, menos carbohidratos y era menos probable que consumieran grasas saludables como el aceite de oliva.

La clave para mantenerse saludable es seguir la dieta mediterránea

El patrón dietético de alimentos vegetales —en su mayoría integrales, ricos en fibra, grasas insaturadas y micronutrientes— es conocido como la dieta mediterránea.

Una extensa investigación ha relacionado esta dieta con beneficios para la salud, como un menor riesgo de enfermedad, mejoras sostenibles de la presión arterial y el azúcar en la sangre, y también un envejecimiento más saludable.

Por lo tanto, puede parecer obvio que el patrón de alimentación opuesto (una dieta rica en comida chatarra) está relacionado con un envejecimiento más rápido. No obstante, este nuevo estudio es el primero en mostrar este tipo de vínculo entre los telómeros cortos y los alimentos procesados ​​en general.

Investigaciones anteriores también han encontrado que las bebidas azucaradas, el alcohol y las carnes procesadas también están relacionadas con los telómeros cortos.

Sin embargo, estos estudios han sido observacionales, por lo que se necesita más investigación para comparar los efectos de los alimentos procesados a lo largo del tiempo y comprender mejor cómo podrían afectar nuestra salud a largo plazo.

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