Paul Alejandro Sánchez

Paul Alejandro Sánchez

Energía Circular

Las sociedades modernas están muy familiarizadas con el tema del reciclado. Sabemos que las latas de aluminio, los envases de plástico, los cartones, el papel, el vidrio y los metales se pueden reciclar para disminuir la explotación de recursos naturales y el impacto al medio ambiente. Pero, ¿qué hay del CO2 que ya se emitió? ¿Podríamos reciclarlo?

Esta idea se está desarrollando con fuerza en Europa y otros países del mundo. Es un proceso diferente al de secuestro y almacenamiento de CO2, donde se instalan equipos para capturarlo directamente de las chimeneas de los procesos de combustión o producción y se almacena en el subsuelo. En este caso, el CO2 se captura directamente del aire; esto implica que se puede recuperar gas que ya fue emitido y sin instalar mecanismos junto a las fuentes fijas de emisión.

Minar el aire para capturar CO2 ya emitido —reciclarlo, pues— es particularmente útil si consideramos que entre 15% y 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de fuentes móviles, particularmente de vehículos de automotor, aviones, ferrocarriles y barcos.

Climateworks, una compañía suiza, instaló la primera planta comercial de captura directa de CO2 que utiliza la técnica de adsorción-desorción. Esto significa que la sustancia gaseosa entra en contacto con un sólido adsorbente y se adhiere a la superficie; luego se libera a través de la superficie lo que permite que se filtre el CO2 del aire que entró en contacto con el sistema.

La solución de Climateworks es capaz de capturar 900 toneladas de CO2 por año y su costo estimado es alrededor de 600 dólares por tonelada de gas capturado. Esto es alrededor de 0.60 dólares por kilo de CO2. ¿Qué implica esto? Que reciclar este gas incrementaría casi 300% el costo de la energía eléctrica en la planta más barata y menos contaminante del mundo.

De esto se extraen dos conclusiones. Primera: el costo de reciclar CO2 directamente del aire todavía es muy alto; segunda: el costo de la energía no refleja aún el costo total de las externalidades negativas relacionadas con el uso de las fuentes fósiles.

A pesar de ello, este esfuerzo tiene mucho campo para incorporar eficiencias tecnológicas y reducir sus costos en el futuro.

Por último, ya que cerca de 75% de las emisiones globales de CO2 equivalente vienen del sector energético, podemos decir que sería uno de los primeros esfuerzos encaminados al desarrollo de un sector energético basado en economía circular, es decir, los primeros pasos para introducir la energía circular a la práctica.

Brenda Peralta | Business Insider México

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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