Simon Dalgleish

Simon Dalgleish

Simón Dice

En la entrega anterior hablé sobre las características generales de la renta fija y variable, además de los beneficios que te ofrece cada una y su objetivo dentro de un portafolio. Esta ocasión quisiera ahondar en los diferentes instrumentos y opciones que tiene cada una para comenzar a explorar las mejores alternativas para tu portafolio.

En ocasiones, la gran cantidad de opciones puede paralizarnos, o llevarnos a tomar decisiones poco informadas y seleccionar mecanismos para los que todavía no tenemos el ‘estómago’ que se necesita. Si entendemos las propiedades y características de cada una de las opciones, podemos tomar mejores decisiones y convertirnos en inversionistas cada vez más sofisticados. En estas opciones busco resaltar una breve descripción, que te permita conocer qué estás comprando, y algunas recomendaciones o reflexiones breves sobre cada una de ellas, también he incluido algunas nuevas formas de invertir que me parecen muy interesantes.

Renta fija: simpleza y seguridad

La renta fija es fácil de comprender: se trata de deuda emitida por empresas o el gobierno. Tienen un respaldo financiero muy sólido detrás, y por esto son la opción con menor riesgo que existe dentro de las inversiones.  Pero a la vez nos limitan a una renta preestablecida sin embargo no tiene certidumbre total.

Lo más conocido y más seguro son los CETES y Bonos, cuyos plazos van desde los 7 días y hasta los 30 años. No son instrumentos pensados en grandes ganancias, su objetivo para ti como inversionista es tener un colchón sólido, donde tu dinero tiende a conservar su valor a lo largo del tiempo.

Luego existen bonos corporativos emitidos por empresas grandes con flujos de efectivo comprobados y respaldados por sus activos: pues en caso de no contar con los flujos necesarios se supone que podrán liquidar dichos activos para cubrir los pagos previamente establecidos y así cumplir con sus obligaciones.

En esta categoría encontrarás varias firmas calificadas por los principales evaluadores de credibilidad crediticia como S&P y Moody’s.  Son instituciones polémicas cuyo precisión se podría debatir, pero por lo general se han demostrado bastante atinados. Calificaciones A y B indican que tienen mayor probabilidad de pagar a tiempo y forma mientras calificaciones de C y D sugieren que existen más riesgo de incumplimiento.  Por lo general entre más alto la calificación (A siendo mejor y D siendo peor) menor será el rendimiento que recibirás y al revés.

Renta variable: mayor riesgo, opciones y ganancias

Pasando a la renta variable: son instrumentos cuyo rendimiento cambia durante el periodo en el cual invertimos. A diferencia a inversiones de plazo fijo donde difícilmente verás una baja de un día a otro podrías entrar un día y ¡ver que tu inversión vale menos que el día, mes o año anterior!

Hay una amplia variedad, pero en esta ocasión quiero concentrarme en los 5 principales y una nueva opción que ha ganado interés y confianza de los inversionistas en los últimos años:

  • Acciones: son el instrumento más conocido del mercado de valores. Básicamente son los títulos en que se divide el capital de una empresa, cuyo valor va cambiando durante el periodo en el cual invertimos, tienen una liquidez relativamente alta. Aquí mi recomendación es que las incluyas en canastas dentro de tu portafolio, en fondos de inversión, fondos indexados o ETFs principalmente, dejando la opción de compra directa de acciones de una compañía, para casos muy específicos como lo menciono aquí. Si estás iniciando, te recomiendo mantenerte aquí.
  • Commodities: son las mercancías y materias primas que se mueven en los mercados financieros, que incluyen granos (como trigo y maíz), metales (oro, plata, cobre, etc.), carnes y hasta energéticos. Mi recomendación para los inversionistas novatos o que van comenzando: no te metas con ellos. Hay demasiadas variables y no es claro durante los últimos años de que vayan hacia arriba. Tal vez mi única acotación sería el oro, que a muchos da cierta percepción de seguridad, pero mi recomendación general es que los dejes fuera.
  • Divisas: tal cual, se trata de las monedas de otros países o regiones que se comercializan en nuestro mercado. Al igual que los commodities, te diría “no te metas con ellas”… con una excepción. Dado que estamos en México y la cercanía con Estados Unidos: el dólar, históricamente siempre va a valorarse hacia arriba. Sin embargo, no lo consideraría un mecanismo de inversión, ya que no estás ganando, sólo protege tu dinero ante la inflación; mi recomendación: invierte en dólares usando la bolsa, esto es, comprando acciones en dólares. Si vas a comprar dólares como divisa, que sea sólo para tener un fondo de emergencia que no se vea afectado por la inflación.
  • FIBRAS: los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras) son instrumentos que permiten cobrar las rentas que generan distintas categorías de inmuebles (hoteles, oficinas, plazas comerciales, etc.). Son relativamente nuevos ya que cotizan en la Bolsa de Valores desde 2011. Invertir en Bienes Raíces debería ser parte de todo portafolio, y en países como México, tienen un historial bastante bueno aún con los ires y venires de la economía y la industria. Como mecanismo lateral a este tipo de inversiones, por supuesto [y con el disclaimer de que soy director de M2Crowd] no puedo dejar de recomendarte el crowdfunding inmobiliario, que está abriendo las oportunidades de inversión en bienes raíces a capitales más pequeños.
  • Fondos de riesgo: incluye el ‘Private Equity’ y los ‘Hedge Funds’; son las opciones de mayor riesgo y también menor liquidez en este listado. El Private Equity o Capital de Riesgo se enfoca en la compra de empresas para optimizar sus flujos y los ‘Hedge Funds’ que son muy flexibles en cuanto al tipo de inversiones que hacen.  En ambos casos el principal reto es calificar para invertir en ellos ya que típicamente tienen mínimos muy altos y requieren plazos de 4 o más años. Aparte de la dificultad para poder invertir en ellos, es una práctica común que se apalancan, hecho que implica que aún que puedes tener grandes beneficios podrían resultar en grandes pérdidas.
  • Criptomonedas: son divisas digitales que utilizan una fuerte encriptación para hacer transacciones. Considero que su trayecto en los últimos años sugiere que dentro de algunos años se volverán cada vez más populares. Economías muy estables no ven mucho valor en ellas, pero economías más fluctuantes como la de México y muchos otros países reciben grandes beneficios con este mecanismo. Es muy importante que las compres tú mismo, no tiene sentido hacerlo a través de un tercero y podrías arriesgarte a ser defraudado. Personalmente, te recomiendo Bitso (la opción que uso) y/o Ripio, que ofrecen seguridad y un trato serio a los inversores. Segundo ‘disclaimer’, sólo soy un usuario y no tengo participación accionaria en estas plataformas.

Como puedes ver, las opciones para armar tu cartera de inversiones son amplias y abarcan todos los niveles de riesgo y rendimiento que necesitas para tener un buen balance. Mi recomendación para los inversionistas con un apetito de riesgo moderado y aquellos que van iniciando, concentrarse en acciones, a través de fondos ETF; sumar un poco de criptomonedas y redondear con crowdfunding inmobiliario.

Cuéntame cómo va tu experiencia invirtiendo y si te gustaría profundizar en un instrumento en particular de tu interés, pues creo firmemente que siempre podemos aprender de la experiencia de otros, intercambiar experiencias y aprender juntos en beneficio de nuestras finanzas.

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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