- Si quieres vivir una vida larga y saludable, existe determinado tipo de alimentos que debes suprimir o reducir de tus menús cuando cumplas los 40.
- La mediana edad incluye nuevos factores de riesgo y cambios metabólicos que te hacen más vulnerable a grasas saturadas dañinas, embutidos o dulces refinados.
- Estos alimentos podrían causar afecciones cardíacas o cáncer.
La edad es solamente un número. Pero lo cierto es que el organismo experimenta cambios a lo largo de los años que lo hacen más vulnerable a padecer enfermedades. Esto hace que se necesite extremar la necesidad de cuidar la alimentación, dar prioridad al descanso o realizar actividad física de forma regular.
Existen alimentos que los nutriólogos recomiendan evitar después de los 40. No quiere decir que no puedas cumplir de manera puntual los caprichos de tu paladar o saborearlos en ocasiones especiales. Pero no deberían formar parte de tu menú diario según en Eat This, Not That o The Healthy.
Algunos de los cambios a partir de los 40 son de carácter hormonal, en la piel o en el cabello. Además hay una ralentización del metabolismo que incrementa la tendencia a aumentar de peso.
Recuerda que es importante controlar la glucosa, el colesterol y la tensión arterial; hacerse revisiones de la vista; dejar de fumar y vigilar lo que uno come. Los nutriólogos recomiendan tachar estos alimentos de tu lista de compra si ya has entrado a tu cuarta década.
Refrescos y bebidas azucaradas
Las bebidas azucaradas se relacionan con el aumento de peso, la obesidad y la diabetes tipo 2, según investigaciones como este estudio de 2010 publicado en Physiology & Behavior.
Mantequilla (y otras grasas saturadas)
No deberías pasarte con la mantequilla y otras fuentes de grasas saturadas como los aceites de coco y de palma, los quesos o los helados. Estas están ligadas a la subida del colesterol malo y pueden incrementar las posibilidades de sufrir una enfermedad cardíaca.
Azúcar refinada: adiós a los pasteles y galletas
Los postres que contienen azúcar procesado, como pasteles, galletas y dulces, empeoran la inflamación y el dolor muscular, además de contribuir al aumento de peso.
Recuerda que la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los adultos con un índice de masa corporal normal es reducir el consumo de azúcar al 5% de las calorías diarias, lo que equivale a unos 25 gramos al día.
Alcohol
No hace falta que te vuelvas totalmente abstemio tras el cambio de década, pero sí que vigiles especialmente el consumo de alcohol a partir de esa edad. Esto porque el alcohol agrava la falta de sueño, la inflamación y el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, cáncer, obesidad y trastornos metabólicos.
Hotdogs, embutidos y otras carnes altamente procesadas
El tocino, el salami o las hamburguesas tienen un alto contenido de sodio, grasas saturadas y nitrato, que pueden ejercer un impacto negativo en la salud.
Numerosos estudios vinculan la ingesta elevada de carnes procesadas se ha relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer de estómago o de colon, por lo que resulta esencial limitar su consumo a medida que envejeces.
Las Parrilladas
Las parrilladas resultan peligrosas conforme te haces mayor: las temperaturas muy altas incrementan los niveles de HCA, sustancias químicas llamadas aminas heterocíclicas, en la proteína, que pueden ser cancerígenas.
Existen algunas investigaciones que vinculan el alto consumo de carne frita o asada a la parrilla con el cáncer colorrectal, de páncreas y de próstata. Recomiendan no pasar de una porción por semana y marinar la carne antes de asarla para reducir la producción de estos compuestos.
Papas fritas
Tu metabolismo se hace más lento y es perjudicado por las calorías adicionales que implican las papas fritas, cuyo contenido nutricional es pobre, rico en aceites hidrogenados, grasas saturadas y sodio. Además, la grasa de este alimento es perjudicial para tu piel. Es mejor que las prepares al horno o en una freidora de aire.
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