- En ocasiones, conceptos como el team building puede conllevar a imposiciones que deberían surgir de manera espontánea.
- Si las actividades de un proceso de team building se llevan a cabo dentro del horario laboral, puede perjudicar a la productividad de los empleados; si se hacen fuera del mismo, estarían cargando a las personas con horas adicionales.
- El team building no es prueba de que una relación laboral pueda convertirse en una amistad, esto tiene que ver con la compatibilidad entre personas.
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En la sociedad actual, marcada por la tecnología, la especialización técnica o el trabajo en casa, los conceptos tradicionales relacionados con el mundo laboral están cambiando. Solo hace falta percatarse de los muchos anglicismos que se están introduciendo en el lenguaje empresarial.
Estos términos se usan en Estados Unidos y suelen interpretarse como algo moderno y sofisticado. El término llamado “team building” es un concepto muy habitual en estos tiempos, y parece ser la actividad clave en cualquier negocio, pero también tiene su lado negativo.
Los peligros del team building
Decir palabras en inglés puede sonar más interesante o importante de lo que realmente es y decir “team building” no es otra cosa que referirse, literalmente, a la construcción de equipos; algo que puede sonar optimista, pero que no siempre resulta así.
Por ejemplo, cuando se habla de team building, podemos pensar en fortalecer los vínculos entre un grupo de trabajadores, mejorar sus lazos personales, además de los profesionales.
¿Esto representa un beneficio? A primera vista, parece que sí, pero en la perspectiva del trabajador son muchas las veces que hacer team building supone una carga de trabajo extra.
Hay que pensar que si las actividades de un proceso de team building se llevan a cabo dentro del horario laboral, esto puede perjudicar a la productividad de una empresa.
Si se hacen fuera del mismo, como sucede con frecuencia, estarían cargando a las personas con horas adicionales.
Además, es imposible no pensar que, pese a todo, este concepto tan americano no tiene algo de imposición. Al fin y al cabo, ¿no se busca la profesionalidad de un trabajador, por encima de todo? Por no hablar de que las relaciones personales de la empresa deberían ser, atendiendo a la lógica, algo que se desarrollara de forma natural y espontánea.
Equipos “forzosos”
Se agradecen los esfuerzos de algunas empresas para que sus trabajadores se lleven mejor entre ellos, están más felices y, al tener más compañerismo, rindan mejor. Sin embargo, esta idea choca con una realidad: pasar más tiempo con alguien no va a hacer que te lleves mejor con esa persona.
Una cosa es la relación laboral, que debe ser, cuanto menos, respetuosa, y otra la personal, que en algunos casos puede terminar en una amistad. Pero cuando esto sucede, es más probable que se deba a una cuestión de afinidad de personalidades que a una actividad de team building.
Otro tema es la realidad del trabajo en casa, que abre otras preguntas interesantes y que ninguna empresa debe pasar por alto: ¿Hasta qué punto puede beneficiar a alguien pasar tiempo junto a los compañeros que no conoce por una mera cuestión de ubicación? ¿Mejora esto su rendimiento o el ambiente general en el negocio?
Aunque estos interrogantes podrían tener muchas respuestas, no hay que olvidarse de un factor clave: cada tipo de trabajo y cada empresa es un mundo. Lo que funciona en un lugar puede que no funcione en otro.
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