A raíz de mi columna pasada, «La epidemia silenciosa: los problemas de salud mental«, mucha gente se ha acercado y me ha contado su historia. Algunos querían saber cómo ayudar a alguien con problemas de salud mental; otros, me comentaron que incluso buscaron tests en internet para ver si los síntomas de algún conocido empataban con los de alguna enfermedad mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Es decir, un verdadero estado de salud incluye bienestar físico, emocional y social.
Lo “normal” no es normal
Es común que la gente considere sus síntomas como “normales”, pero no es normal sentirse desmotivado, dejar de comer, trabajar más horas de lo establecido o tener horarios irregulares de sueño. Según la National Alliance on Mental Health, uno de cada cinco adultos jóvenes en el mundo tiene algún tipo de enfermedad mental, pero casi la mitad de ellos lucha en silencio. Dejemos de normalizar los síntomas.
Una nueva generación de atletas
Simone Biles, la gimnasta artística estadounidense ganadora de 19 medallas de oro, se retiró de la competencia final en equipo de Gimnasia Olímpica en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 (que sucedieron en 2021). Según el primer anuncio, salió de la competencia debido a una lesión en el tobillo; luego se reveló que realmente fue por un ataque de ansiedad. Tras retirarse, Biles publicó en su página de Facebook: “Realmente a veces siento que tengo todo el peso del mundo en mis hombros. Sé que hago que parezca que la presión no me afecta, pero ¡a veces es difícil!”
Los tiempos han cambiado. Hace algunos años, hubiera sido impensable que un atleta olímpico admitiera algo similar; y no solo sucedió con Simone, sino también con Naomi Osaka, la tenista que encendió la llama del pebetero olímpico, este año se retiró del torneo de Roland Garros para cuidar su salud mental. Tras este incidente, Osaka reveló en Twitter que había sufrido largos episodios de depresión desde 2018.
Estas personas son el ejemplo de que está bien no estar bien y están sentando un precedente para hablar de salud mental abiertamente. Y justamente este es el cambio que necesitamos. Tristemente también tenemos el caso de la ciclista Olivia Podmore, quien se quitó la vida el 9 de agosto supuestamente por no haber sido seleccionada para representar a Nueva Zelanda en las actuales Olimpiadas.
Platiqué con Jimena González, psicóloga del deporte y responsable del departamento de psicología del deporte de la Conade (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte), quien asistió a los 164 atletas que integraron la delegación mexicana en las actuales Olimpiadas. Mucha gente piensa que los psicólogos en el deporte se dedican a motivar o a ayudarles a “echarle ganas”; ahora imagina que eres un atleta olímpico… ¡obviamente le vas a echar ganas! En realidad, a lo que se dedican es a dar apoyo puntual a los atletas. Les recuerdan que deben hidratarse, relajarse de vez en cuando o incluso acompañarlos en los entrenamientos para tener un mejor rendimiento.
Jimena me comenta que los atletas se enfrentan principalmente a la presión social, puedes tienen la idea de que la gente “no quiere ver a su superhéroe vulnerable” y que no pueden fallar en su trabajo. ¿Te suena?
Salud mental en el espacio de trabajo
Entre 2019 y 2020, México pasó del lugar 23 al 46 del Reporte Mundial de la Felicidad, un informe elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sustentable, iniciativa de las Naciones Unidas. Se estima que el motivo fue el Covid-19 y el manejo general de la pandemia en el país.
El Covid-19, ha traído una ola de emociones fuertes, como el miedo o la ansiedad. Pueden ser abrumadoras y desencadenar otros problemas como el burnout o la sensación de estancamiento y vacío. Es crítico saber reconocer los signos relacionados con el estrés, así como saber a dónde acudir si necesitas ayuda.
Esta problemática requiere, ante todo, de un cambio de mentalidad. Necesitamos desmentir pensamientos anticuados, cambiar el chip, aceptar que todos necesitamos ayuda y que está bien pedirla. Comencemos por los cambios pequeños. Cuida de ti y de quienes te rodean, creemos entornos y condiciones de vida que propicien la salud física, mental, emocional y social. Hablemos cuando necesitemos ayuda y rompamos el estigma.
Si tienes dudas, contáctame en: anapena.techtalk@gmail.com
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